Sherlock Holmes, Hércules Poirot, Dick Tracy, Nero Wolfe o Marlowe son famosos detectives de ficción. Aunque proceden de la literatura (los relatos y novelas de detectives son un género literario muy popular desde inicios del siglo XIX), el cine los ha consagrado; en series y películas policíacas, los detectives son mostrados como personas perspicaces, que a través del método deductivo y la lógica resuelven los casos y crímenes que se les presentan, dejando mal parados a los policías tradicionales.
En la realidad, los investigadores privados existen, aunque no son exactamente iguales a los de ficción, ni puede llevar a cabo los mismos proyectos que sus homónimos ficticios. Según Wikipedia, un investigador privado, a solicitud de personas físicas o jurídicas, se encargará de:
A estos efectos se considerarán conductas o hechos privados los que afecten al ámbito económico, laboral, mercantil, financiero y, en general, a la vida personal, familiar o social, exceptuada la que se desarrolle en los domicilios o lugares reservados.