Los totalitarismos del siglo XX: ¿están muertos? |
1. ¿Qué es el totalitarismo? Totalitarismo es el sistema político en el cual todas las actividades, todos los aspectos de la vida, sean de orden social, político, económico, intelectual, cultural o espiritual, se hallan subordinados a los intereses e ideología de los gobernantes. En este régimen, derechos y libertades no merecen ninguna consideración: perturban los propósitos del líder. Cualquier tipo de oposición o crítica al Estado y a la ideología de los gobernantes es reprimida y tildada de traición. En los totalitarismos, nada se puede poner en tela de juicio; la voz de la argumentación y de la crítica queda anulada frente al poder mediático de la organización totalitaria. El totalitarismo del siglo XX se diferencia de otros formas autocráticas como el despotismo, el absolutismo, la tiranía o la dictadura. En éstas, pagando el precio de abstenerse de política, es generalmente factible vivir y trabajar con cierta autonomía. Pero en el totalitarismo moderno esta parcela de autonomía o independencia no es posible; la organización hace que todo el mundo dependa por completo de los deseos y obsesiones del partido político y de su líder. Los totalitarismos menosprecian y se oponen a las concepciones liberales y democráticas de la vida política. Es el líder y el partido quién organiza directamente tanto la vida privada como la vida pública. Toda la sociedad está sujeta a una organización jerárquica en la cual, incluso los miembros del partido que ocupan lugar con un determinado poder, se hallan sometidos a la imprevisible «voluntad del líder».
El control de todos los medios de comunicación es fundamental para el establecimiento del régimen totalitario; con este control, la información deviene propaganda y adoctrinamiento. Por otra banda, se dispone de una eficiente policía secreta que espía y horroriza toda la población, incluidos los que ocupan lugares altos en la jerarquía totalitaria. Esta policía prueba y evalúa la fidelidad de los individuos: los campos de concentración son su imprescindible institución.
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2. Los dos totalitarismos del siglo XX Los dos totalitarismos que más profundamente han marcado el siglo XX han sido el nazismo y el comunismo. Tras la Gran Guerra o Primera Guerra Mundial (1914/18), las democracias liberales mostraban una fuerte pérdida de credibilidad. Movimientos extremistas de extrema derecha y de extrema izquierda menospreciaban y debilitaban las democracias liberales, parlamentarias y pluralistas.
Los dos sistemas totalitarios se desafiaron mútuamente luchando por la hegemonía en Europa. Ahora bien, Berlín y Moscú mostraban una inquietante «identidad cultural». ¿Qué compartían ambos sistemas totalitarios? ¿En qué se diferenciaban? Respondemos a estas preguntas de la mano de Jorge Semprun (Conferencia Huizinga, 17 de diciembre de 1999). Semejanzas
Diferencias
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3. Actitudes que fomentan el totalitarismo Hoy el totalitarismo no es la forma de gobierno de nuestro entorno, pero actitudes totalitarias a menudo rebrotan como si las semillas de éste perdurasen arraigadas en nuestra sociedad. ¿Qué actitudes totalitarias? Podemos preguntarnos en qué medida tienden al totalitarismo las siguientes:
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