Aviat arribaran les vacances d'estiu i el problema de la convivència continuada amb els fills, especialment si hem de viatjar, de vegades comporta problemes. Presentem un article publicat al Magazine del diari La Vanguardia el 5 de juny de 2011 que ens dóna algunes idees que ens poden ser útils.
Texto de Carme Giró
Ilustración de Anna Llenas
Los viajes con los niños son positivos para los pequeños y para toda la familia, y no tienen por qué ser pesados ni aburridos. Exigen quizás un poco más de planificación, pero cada día se dispone de más propuestas para cubrir las necesidades y los gustos de cada familia.
La familia Gómez, con dos hijos de cuatro y seis años, está planificando sus vacaciones, una ruta por Escocia. Algunos de sus amigos les dicen que se van a arrepentir, que los niños no aguantarán… Los niños están encantados porque van a visitar el castillo de Alnwick, donde se rodaron escenas de la serie cinematográfica de Harry Potter y la catedral de Durham, por donde volaba la lechuza del joven mago.
Las vacaciones en familia se plantean a menudo sólo con destinos de playa o con actividades como parques de atracciones, divertidas para los niños pero no para los adultos. Sin embargo, aunque exigen más planificación, se puede hacer muchos viajes sin que ni niños ni adultos se aburran.
“Queremos animar a las familias a viajar con sus hijos de todas las edades”, afirma Natalia Ruiz la cofundadora de la empresa de servicios turísticos Trip Trup . “Un viaje en familia –prosigue– permite trabajar muchos valores: solidaridad, empatía, abrir la mente a otras culturas, a otras cocinas y lenguas, perder el miedo a lo diferente, lo que se traduce en tolerancia hacia los demás. Y propicia estrechar lazos familiares”.
“¿Por qué siempre que vamos con niños tenemos que ir a lugares preparados para ellos? ¿Acaso a vosotros os llevaban de vacaciones a parques temáticos? En mi caso, no, ¡ni existían! ¿Y no os lo pasábais bien?”. Es el comentario de uno de los usuarios del foro www.losviajeros.com , donde se intercambian información y consejos sobre viajes. Es bueno que los niños se acostumbren a todo tipo de vacaciones. No por ser pequeños se debe esperar que sólo puedan correr todo el día por la playa o el campo. Pueden visitar un museo o un monasterio, aunque su capacidad de atención es menor que la de un adulto y quizá habrá que pactar que luego pasarán la tarde en la piscina. Pero así, poco a poco, aprenden otros códigos de conducta.
Los viajes enseñan a los niños a organizarse, a cuidar de sus cosas, a adaptarse a situaciones diferentes, a saber estar en otros entornos, a tener paciencia en las esperas y a aplicar los conocimientos adquiridos en la escuela, desde la geografía hasta los idiomas.
Existen muchas webs con ideas y consejos para viajar con niños. A veces ofrecen productos y rutas elaboradas por mayoristas, completadas con animadores para entretener a los niños, como Travelkids.es , un turoperador español. Ofrece desde los destinos más clásicos –Nueva York, París o Londres– hasta otros más exóticos como Kenia o Tailandia. También organizan viajes muy centrados en el entretenimiento del niño la firma juguetera Imaginarium o algunos parques zoológicos, entre otros.
Otro tipo de webs, como la de la empresa turística Triptrup.com, proponen rutas a medida para cada familia, con alojamientos seleccionados por su idoneidad para los clientes familiares. Islandia, Croacia, Flandes o Costa Rica son algunos de esos destinos. “Creamos nuestros productos dependiendo de las necesidades de cada familia. La experiencia de descubrir nuevos paisajes y culturas con las personas que más queremos es una gran aventura”, explica Natalia Ruiz.
Hay webs especializadas en familias monoparentales, como viajacontuhijo.com , que ofrecen “viajes y actividades con atención especial a singles con hijos, donde los más pequeños podrán disfrutar de la compañía de otros niños, mientras los adultos tienen la posibilidad de ampliar su círculo de amistades”.
Estas webs y empresas especializadas beben de las fuentes de países con mayor tradición viajera. Por ejemplo, en Holanda o Reino Unido existen muchas organizaciones que ayudan a planificar vacaciones familiares o planean rutas que la familia hace por su cuenta. Algunas de estas webs son kidscantravel.com, travelwithyourkids.com, travelforkids.com, o riksjakids.nl. En esta última explican: “Valoramos mucho la libertad que se disfruta al estar de vacaciones, y por eso organizamos sólo hasta donde nuestro cliente quiere. Le ayudamos a encontrar hoteles familiares, rincones poco masificados, en pequeñas rutas de dos a ocho días que cada familia incluye en el viaje que quiere hacer”.
Cuestión de presupuesto y preferencias
Un viaje a Australia con la excusa de ver canguros o uno a California para ver los estudios de cine marcan el presupuesto. Pero hay muchos destinos que elegir, con una agencia o por libre, sin estar condicionados por el presupuesto. Puede costar lo mismo una semana en una casa rural en la Toscana, a media hora de coche de Florencia y rodeados de caballos, que una semana en un bungalow en un cámping de playa a dos horas en coche de casa. Todo es cuestión de qué se prefiere. Los hoteles son la opción de alojamiento más usual, sobre todo si tienen habitaciones familiares. Pero a veces, un apartamento facilita adaptar los horarios y las dietas. O se puede optar por los albergues o hacer intercambio de casa
Diario de viaje
Colores, tijeras, pegamento y un cuaderno pueden proporcionar un magnífico entretenimiento y un recuerdo de las vacaciones. Los niños pueden escribir detalles, anécdotas, recortar fotos de los folletos, pegar entradas, mapas, dibujar... Los adultos pueden adaptar el diario a sus gustos tecnológicos. Se pueden usar las fotografías, músicas locales... lo que se prefiera para tener un recuerdo.
Cultura y destinos para todos los gustos
Castillos, catedrales, museos… son escenarios que para un niño pueden ser un fastidio o el plató perfecto para sus fantasías. Muchos sitios culturales ofrecen talleres para el público infantil o juvenil. Y si el Louvre o el British Museum se han hecho pesados, se pueden compensar con un museo de juguetes como los de Londres o París. Escocia ofrece una ruta por los escenarios de Harry Potter. Si se combina con Cambridge y Oxford, la inmersión es total. En cualquier lugar de la verde Inglaterra se puede invocar el espíritu de Robin Hood. Los castillos del Loira en Francia permiten hablar de la época de la Revolución Francesa. Además, muchos castillos recrean cuentos infantiles, como La Bella Durmiente en el de Ussé. Lo mismo en la región francesa de Alsacia. La región alemana de la Selva Negra suma también edificios medievales y castillos imponentes, igual que Baviera.
Los amantes de Tintín y del cómic no pueden dejar de visitar Bruselas y Flandes. Berlín ofrece una lección de historia de la Segunda Guerra Mundial. Lo mismo que Normandía, en Francia, o la casa de Ana Frank en Amsterdam.
El gran dique que protege Holanda del mar del Norte alberga un parque familiar con películas en 3D, acuario y atracciones sobre la construcción de diques. Florencia es un máster en historia del arte. Y se puede visitar el jardín de esculturas y el pequeño parque de atracciones dedicado a Pinocho, en la localidad natal del autor del libro, Collodi. Islandia sirve para repasar las Ciencias Naturales entre géiseres y volcanes. Las mareas y la vida de los océanos se comprenden mejor tras visitar las islas del mar del Norte, holandesas y alemanas, los fiordos noruegos o las rías gallegas. Los parques naturales de California o de la costa oeste de Canadá permiten adentrarse en la naturaleza. Como un safari en África. Si el presupuesto no llega a tanto, están la reserva francesa de Sigean o el parque de Cabárceno, en Cantabria. En Francia, Futuroscope o los parques Eurodisney y Obélix son otras opciones.
En España, en Valencia, la Ciudad de las Artes y de las Ciencias es uno de los mejores museos de España para visitar con niños. En Teruel, Dinópolis promete una inmersión en el mundo de los dinosaurios. Otros parques son el Warner, que se puede combinar con una visita a la ciudad de Madrid, y Port Aventura, con la Tarragona romana.