El cuento de Maroz

EL ABUELO DE HIELO  

Los habitantes del pueblo esperan a un simpático personaje gordinflón, de barba blanca. Se llama el Abuelo de Hielo: Santa Claus, en Estados Unidos, El  Pére Noël francés, el Kuecht Ruprecht alemán o el Father Christmas inglés.

El Abuelo de Hielo llega de alguna parte del helado Norte, donde durante todo el año también duerme el hada blanca del frío. Llega al pueblecito montado en una gran troika, un trineo engalanado con luz de las estrellas del que tiran tres caballos de plata. La troika, cargada de juguetes y deseos y su sonrisa hace soñar a todos los habitantes sobre todo a los niños durante largas noches de invierno.

Y mientras los  mas pequeños se adormecen, los mayores se reunen en la sala junto al fuego, donde en medio canciones enciende un tronco hueco que debe arder hasta el día siguiente. La cena es muy sencilla, a veces ni siquiera existe. A las doce de la noche filas de  sombras se dirigen a las iglesias y en el amanecer de marfil la alegría hace estallar la Buena Nueva entre los que esperan la "buena voluntad".

Quizá porque nunca se mostró partidario de ideologías llega en su troika  y reparte juguetes y esperanzas de paz. Antes solo había uno y nunca nadie lo había visto, se acompañaba de personajes de los cuentos infantiles que duermen en la memoria de los siglos; Suegorchka, el lobo Feroz, la Zorra lista o la tímida liebre.