Ex abundantia enim cordis os loquitur

Como los malos Estudiantes, que dejan todo para última hora, así me ha pasado con estas líneas que tenía que escribir de despedida de toda la comunidad del Xirgu. Al final lo hago desde Sao Paulo, mi nuevo destino.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Además ahora, por no haber hecho los deberes a tiempo, es más complicado, tras la despedida sorprendente que me hicisteis el 23 de enero. Así que tendré que dejar hablar al corazón aplicando aquello de ex abundantia enim cordis os loquitur. Ante vuestra despedida me quedé, en principio, sorprendido, perplejo, después abrumado no sólo por la participación de toda la comunidad escolar, profesores, padres, PAS y alumnos, sino también por el gran afecto que me manifestásteis. Agradezco, aunque no sé cómo expresarlo, vuestra generosidad, vuestro esfuerzo organizativo, ese precioso vídeo que voy enseñando orgulloso en el Xirgu.

Pero quiero recordaros que los logros de estos años, por modestos que sean, son resultado del esfuerzo colectivo (viribus unitis).

He tenido el privilegio de contar con un equipo directivo de gran valía por su competencia y su dedicación; he contado también con unos excelentes coordinadores de ESO  y de otras áreas y con un profesorado (vos estis sal terrae) que ha sabido asumir los retos del Xirgu, que ha hecho un esfuerzo importante ante las dificultades y que ha contribuido generosamente a crear el ambiente cálido imprescindible para llevar a buen puerto el Xirgu. También el PAS y la AMPA han estado al pie del cañón y colaborado en la buena marcha del centro. A todos reitero mi agradecimiento.

Naturalmente, no me olvido de los alumnos, que sois la razón de ser del Xirgu. Os recuerdo que sois unos jóvenes privilegiados porque tenéis acceso a una formación de calidad. ¡Cuántos jóvenes en el mundo no están escolarizados o su escolarización es de ínfima calidad! Merece la pena que os esforcéis, pues es el mejor camino para un futuro mejor y más feliz. Os pido que os impliquéis en la tarea colectiva del Xirgu, colaborando para que siga siendo un centro en que la convivencia entre todos sea el buen caldo de cultivo que os permita formaros adecuadamente.

Os aseguro que me llevo un recuerdo imborrable del Xirgu. Deseo fervientemente que todos lo sintáis como algo propio y que perdure el clima de tolerancia y comprensión para que la formación de nuestros jóvenes sea un éxito.

Desde este trópico estaré pendiente de vosotros y dispuesto a echar una mano en lo que me pidáis.

Que seáis felices.

Adéu. Adiós. Adeus. (Ut valeatis).

Joaquín Roldán

São Paulo, 31 de enero de 2009

 

A modo de despedida

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