LA LEYENDA DEL BABAU
Había una vez un pueblo llamado Rivesaltes. Estaba rodeado por una gran muralla. Había dos pozos que permitían tener agua potable a los villanos. Para lavar la ropa, las mujeres iban río. Habían construido un molino y un horno.
La muralla tenía un agujero cerca del horno donde tiraban los desperdicios. A este agujero lo llamaban el agujero del horno.Una noche, los habitantes del pueblo notaron una especie de temblor en el suelo. Los niños lloraban. De repente volvió el silencio. La gente salió de su casa. Algunos niños habían desaparecido. Todo el pueblo se puso alerta. El agujero del horno estaba muy abierto. Durante dos noches, Rivesaltes durmió tranquilamente. Los villanos no escucharon nada a excepción del maullar de los gatos. De repente, la tercera noche, volvió. Las piedras fueron despedidas por le aire. Dos casas fueron visitadas. Ningún niño murió aquella noche. Pero los villanos habían encontrado dos conejos muertos en medio de la calle. Los villanos habían visto al monstruo que se escondía en el agua del río. Había dejado enormes rastros de sus garras cuando marchaba. A los vigilantes les pareció que era como una enorme lagartija. Su cuerpo verde estaba recubierto de escamas y las flechas habían rebotado en la piel. Parecía que era como el monstruo del que se explicaba en la historia, las noches junto al fuego, del monstruo de Rumania Bau-Bau, y así fue como se llamó Babau.
	Galdric, un valeroso caballero, decidió ayudar al pueblo. El mismo día preparó un plan. Ató un cerdo delante del agujero del horno. Durante tres días no pasó nada.
Al tercer día el Babau salieron del agua. El monstruo se lanzó sobre el cerdo. Galdric le tiró una flecha al cuello, los guardias le tiraron agua hirviendo por encima. El Babau herido y enfurecido volvió al río.
	Unos días más tarde unos rivaseltanos dijeron que se habían encontrado un monstruo muerto, no muy lejos, junto al agua. Se enviaron hombres para verificar si era el monstruo. Llevaron un hueso como prueba al pueblo. Una gran fiesta se organizó en el pueblo para festejar la muerte del Babau. Y todos los años en el mes de agosto, Rivesaltes festeja la muerte del Babau.