MIGUEL DE CERVANTES, Don Quijote de la Mancha.
Real Academia Española, Alfaguara, 2004. p.501, Capítulo XLIX
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CERVANTES
Don Quijote de la Mancha
-Venga acá, señor: ¿podría negar lo que comúnmente suele decirse por ahí cuando una persona está de mala voluntad: "No sé qué tiene fulano, que ni come, ni bebe, ni duerme, ni responde a propósito a lo que le preguntan, que no parece sinó que está encantado"? De donde se viene a sacar que los que no comen, ni beben, ni duermen, ni hacen las obras naturales que yo digo, estos tales están encantados, pero no aquellos que tienen la gana que vuestra merced tiene, y que bebe cuando se lo dan y come cuando lo tiene y responde a todo aquello que le preguntan.
-Verdad dices, Sancho -respondió don Quijote-, pero ya te he dicho que hay muchas maneras de encantamentos, y podría ser que con el tiempo se hubiesen mudado de unos en otros y que ahora se use que los encantados hagan tot lo que yo hago, aunque antes no lo hacían.
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