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En el aprenendizaje musical, los contenidos conceptuales (teóricos, de nomenclatura, vocabulario...) a nivel de percepción y recepción pueden ser evaluados por la vía de las pruebas convencionales (orales y escritas) y pruebas objetivas (de recuerdo, reconocimiento y razonamiento).

Es necesario tener presente, que gran parte del aprendizaje musical solamente puede evaluarse desde la expresión. Esto quiere decir evaluar la ejecución, la interpretación y la creación como procedimientos y maneras de hacer. Todo y que son difíciles de cuantificar y es muy fácil caer en apreciaciones subjetivas.

En la actividad creativa se tendría que evaluar la propia creación como una destreza y habilidad pero también el porque de esta. Por tanto habrá que tener presente todo un conjunto de habilidades que incluyen:

  • La invención o descubrimiento derivada de procedimientos analógicos.

  • La iluminación personal fruto de la reflexión.

  • El proceso de producción consecuencia del trabajo de manipulación, ordenación, combinación y planificación de todos los elementos.

De alguna manera el alumnado tendría que saber explicar las acciones y la secuenciación de estas, así como el tipo de interrelaciones que existen entre las acciones y la secuencia que la han llevado a un determinado resultado. El papel del profesorado es muy importante en el sentido que previamente habrá fijado las relaciones comprensivas existentes entre las acciones que ha de llevar a término el alumnado.

Para conocer todos estos aspectos formativos proponemos las técnicas de observación como herramienta básica para evaluar el comportamiento, la conducta, las destrezas y las habilidades. Nos podremos servir de los cuestionarios sobre hábitos y conductas, entrevistas e informes personales.

Para empezar, proponemos la utilización de dos tipos de herramientas: los informes personales para averiguar lo que los alumnos saben (formulario KPSI de conceptos y/o procedimientos) y las pruebas objetivas para conocer cual es el grado de conocimientos musicales e informáticos que tienen los alumnos. Tampoco descartemos la interpretación en vivo con la voz o un instrumento musical.

Además de las pruebas objetivas, podremos servirnos de los cuestionarios de observación sobre los hábitos de trabajo, actitudes, intereses y disposiciones en relación a las manifestaciones musicales y el uso del ordenador. Evidentemente, también se hará una valoración individual y colectiva de las propias producciones y elaboraciones musicales, tanto en soporte papel pautado como en los archivos que los alumnos iran dejando en los disquets. Los resultados de las pruebas y valoraciones nos permitiran controlar y regular la marcha del proceso de aprenendizaje.

Para acabar, proponemos la propia autovaloración de las producciones musicales del alumnado, tanto las de carácter pautado como libre. Esta valoración se hará a través de la audición y análisis por parte del propio alumnado, ayudado si es necesario por el profesorado, de las actividades llevadas a termino. De esta manera el alumnado y el profesorado podran conocer y valorar su propia evolución en el proceso de aprendizaje.

Asimismo, el alumnado participante puede hacer una evaluación de las actividades de enseñanza-aprendizaje llevadas a término, incidiendo no solamente en los contenidos conceptuales sino evaluando y valorando también los procedimientos empleados y las actitudes y conductas generadas.


RTEE Proyecto
RTEE
Cristina Fuertes
cfuertes@pie.xtec.es