La bota de peleón
de mano en mano corría;
toda la gente bebía
menos el pobre Simón.
¿Como no bebe Simón?
le pregunta doña Ustaquia.
Yo no soy de la pirroquia
y los que beben lo són.
Yo no soy de la pirroquia
y los que beben lo son.
Una vez empiné el codo
y se lo dije a mi abuela
estaba comiendo sopas
y me tiró la cazuela.
Con ese garbo que lleva usté
la borrachera le va muy bien.
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