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En la imagen puedes ver como las llamas del altar de la izquierda se elevan hacia el cielo. Dios las bendice en señal de aceptación. Es la ofrenda de Abel. Todo lo contrario ocurre con la de Caín. Las llamas de su altar en vez de alzarse hacia lo alto se inclinan sobre sí mismas.
El recurso de expresar la aceptación o el rechazo de Dios de las ofrendas a través de las llamas es un recurso que anteriormente ya había utilizado el arte medieval
En un capitel de la iglesia de Santa María Magdalena de Vézelay (Francia) el altar del sacrificio se sustituye por la imagen de ambos hermanos elevando sus ofrendas hacia lo alto. La mano de Dios bendice el cordero de Abel: