Historia de Abraham. Detalle. Mosaico de la iglesia de San Vital . Rávena (Italia). Siglo VI.

Jehová se le apareció a Abraham en el encinar de Mamre, estando él sentado a la puerta de su tienda, a la hora de más calor. Alzó los ojos y vio a tres varones que estaban junto a él...Haré traer ahora un poco de agua para que lavéis vuestros pies, y luego os recostaréis debajo de un árbol. Traeré también un bocado de pan para que repongáis vuestras fuerzas antes de seguir...Después tomó mantequilla y leche, y el becerro que había preparado, y lo puso delante de ellos

Génesis 18: 1-5

Los varones le revelan el futuro nacimiento de un hijo, a pesar de la avanzada edad de su mujer, Sara:

De cierto volveré a ti el próximo año, y para entonces Sara, tu mujer, tendrá un hijo.

Génesis 18: 10

Ese hijo será Isaac.

 

La imagen del mosaico de Rávena ofrece una interpretación bastante próxima al texto bíblico. Vemos a los tres varones sentados bajo el árbol. Sobre la mesa el pan que Abraham les ofrece y a la izquierda el patriarca llevando hacia ellos una fuente con la carne del becerro. El caracter sagrado de los tres varones se pone de manifiesto a través de los nimbos que rodean su cabeza. Aunque en el texto no se utiliza en ningún momento el término ángeles para refererirse a ellos, es habitual que, dado que se trata de enviados del Señor, se les represente como tales y, en consecuencia, provistos de alas.

 

Gerbrand Eeckout. La hospitalidad de Abraham (San Petersburgo, Museo del Hermitage).  Segunda mitad del XVII. Así en esta pintura holandesa del siglo XVII, los tres varones en torno a la mesa despliegan sus alas de ángeles

 

 

Tiépolo en los frescos del palacio episcopal de Udine, prescinde de toda alusión a la hospitalidad de Abraham, y nos muestra al patriarca arrodillado ante los tres ángeles.

G. B. Tiépolo. Abraham y los tres ángeles. Palacio episcopal de Udine (Italia). 1726-1729.

 

En la Edad Media los teólogos tendieron a ver en la imagen de los tres varones un símbolo de la Santísima Trinidad, lo que justifica la frecuencia con que se representa la escena.