Con frecuencia la plástica románica ha recurrido a imágenes simbólicas para expresar el continuo combate entre el bien y el mal. Desde este punto de vista son frecuentes en los claustros románicos las que dan cuenta de caballeros luchando con bestias diversas, particularmente dragones y leones:
El caballero arremete con su lanza contra un león que, en este caso, simboliza el mal. Sin embargo no siempre la imagen del león tiene ese significado negativo, ya que en ocasiones, puede aludir a Cristo.