Es frecuente la representación simbólica de Cristo a través de la imagen del AGNUS DEI o CORDERO DE DIOS. Sus orígenes se encuentran en la identificación de la muerte de Cristo en la cruz con el sacrificio del cordero pascual instituido por Moisés cuando los judíos abandonan Egipto tras la décima plaga.

Esta equiparación de Cristo con cordero sacrificial la recoge también el evangelio de San Juan, cuando hace exclamar a San Juan Bautista "He aquí el cordero de Dios" (Juan, 1:29) en el momento en que ve aparecre a Jesús a orillas del río Jordán. También San Juan en el Apocalipsis alude a Cristo como un cordero.

 

Jan van Eyck. Retablo del Cordero Místico (detalle). Iglesia de San Bavón de Gante (Bélgica). 1432. La equiparación del Agnus Dei con el sacrificio de Cristo en la cruz se refuerza visualmente en algunas de sus representaciones con la imagen de la sangre manando de su pecho y recogida en un cáliz, en lo que supone además una alusión a la eucaristía.

 

Otras veces la relación con la crucifixión de Cristo se expresa a través de la presencia de la cruz junto al cordero:

 

Agnus Dei. Iglesia de Saint Menoux (Francia). Siglo XII.
Agnus Dei. Iglesia de Nohant (Francia). Siglo XII.

 

En el siglo XVII el pintor español Francisco Zurbarán pinta varios cuadros con la imagen del Agnus Dei con el sentido realista propio de su pintura (y de gran parte de la pintura española de ese siglo):

Francisco Zurbarán. Agnus Dei (Madrid, Museo del Prado). 1635.