Caravaggio. Santa Catalina (Madrid, Colección Thyssen-Bornemisza). 1598. En esta pintura de Caravaggio vemos a la santa sosteniendo la espada y tras ella la rueda rota. Falta en este caso el libro, pero en la parte inferior, sobre el cojín, aparece, sin embargo, la palma, atributo común a todos los mártires.