Santa Elena

Es la madre del primer emperador romano que abraza la religión cristiana, Constantino. No sólo se esforzó por favorecer la expansión del cristianismo en el Imperio, sino que además viajó a Palestina en busca de reliquias de Cristo. Según su leyenda habría encontrado la cruz del Gólgota y los clavos de la crucifixión. Según La Leyenda Dorada su localización le habría sido revelada por un judío llamado Judas. Desenterradas las tres cruces, las de los dos ladrones y la de Cristo, la autenticidad de ésta última es revelada a través de una resurección milagrosa al contacto con ella:

El ciclo más completo sobre la leyenda del descubrimiento de la cruz fue pintado por Piero della Francesca en 1455 en la iglesia de San Francisco de Arezzo (Italia). En una parte del mismo (el que se puede ver en la imagen) representa el momento (izquierda) en que son desenterradas las cruces bajo la supervisión de Santa Elena. Inmediatamente después vemos como al contacto con la auténtica cruz de Cristo un muerto resucita y abandona su ataud.

Se la suele representar con corona, como emperatriz que fue, y sosteniendo la cruz.