San Lorenzo
Originario de Huesca fue ordenado diácono por el Papa Sixto II que además lo nombró tesorero de la Iglesia con el mandato de compartir los bienes eclesiásticos con los pobres, cosa que Lorenzo hizo con gran generosidad. Durante la persecución del emperador Valeriano fue condenado a muerte. Según la tradición habría sido asado en una parrilla:
La Leyenda Dorada cuenta que durante su martirio se dirigió al emperador en estos términos:
"Oye, pobre hombre hombre: de este lado ya estoy asado; di a tus esbirros que me den la vuelta; acércate a mi, corta un trozo de mi carne y cómelo, ya que está a punto para ello"
Santiago de la Vorágine, La Leyenda Dorada
Sin duda ese es el momento que Bronzino ha querido representar en este fresco en el que se establece un diálogo entre el emperador (que, coronado de laurel, señala hacia el santo) y éste que, a su vez, se dirige con el gesto hacia el soberano.
Se le suele representar con las vestuduras de diácono (a veces en compañía de San Esteban y/o San Vicente, también diáconos como él) y sosteniendo la parrilla de su martirio.