Los difuntos levantan las tapas de sus tumbas y se disponen a salir de ellas. Como ves no hay entre ellos ancianos ni niños. Ello se debe a la creencia de que en el momento de la resurrección general todos los resucitados presentarán el aspecto que deberían tener a los treinta años (edad considerada perfecta por ser aquélla en que Cristo inició su vida pública) y saldrán de sus tumbas carentes de cualquier defecto físico. |
Aunque en el Juicio Final de la catedral de Bourges se prescinde de los ángeles haciendo sonar las trompetas que deberán despertar a los muertos para ser juzgados, su presencia suele ser habitual en estos casos:
En ocasiones la escena de la resurrección incluye en sí misma la de la separación de los justos y los pecadores:
En este fragmento del Juicio Final del Misal de Santa Eulalia de la catedral de Barcelona podemos ver como los ángeles se hacen cargo de los resucitados destinados a la salvación, mientras que los demonios se apropian de los condenados