"Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que los arrojó al infierno y los entregó a prisiones de oscuridad, donde están reservados para el juicio"

II Pedro, 2, 4

 

"Y a los ángeles que no guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propio hogar, los ha guardado bajo oscuridad, en prisiones eternas, para el juicio del gran día"

Judas, 6

 

"Entonces hubo una guerra en el cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón. Luchaban el dragón y sus ángeles, pero no prevalecieron ni se halló ya lugar para ellos en el cielo. Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama Diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero. Fue arrojado a la tierra y sus ángeles fueron arrojados con él"

Apocalipsis, 12, 7:9

 

En consonancia con este último texto no es infrecuente que en los retablos dedicados al arcángel San Miguel un tabla represente el momento en que los ángeles rebeldes son expulsados del cielo y precipitados al infierno:

 

Jaume Cirera y Guillem Talarn. Retablo de San Miguel (fragmento). Iglesia de Sant Pere de Terrassa. Siglo XV.

 

 

La imagen corresponde a un retablo dedicado a San Miguel que se conserva actualmente en la iglesia de Sant Pere de Terrassa. En ella vemos en la parte superior a Dios entronizado. Debajo se desarrolla el combate entre los ángeles fieles (alados, con nimbo y armados de espada y escudo decorado con una cruz) y los ángeles rebeldes que han perdido ya su antiguo aspecto angélico y son representados bajo una forma monstruosa en la que se mezclan rasgos humanos con rasgos animales. Caen hacia las profundidades del infierno, al que se alude a través de las llamas que surgen de la tierra.