Los condenados por gula son sentados por los diablos ante una mesa repleta de manjares, pero los diablos les impiden disfrutar de ellos. Es un castigo inspirado en un personaje de la mitología clásica, Tántalo, un rey que igualmente fue castigado a sufrir en el infierno sed y hambre por toda la eternidad: sobre él pendían ramas con frutos que se alejaban cuando intentaba cogerlas, y sus pies estaban sumergidos en agua que también se retiraba cuando quería beberla. |
En la catedral de San Giminiano Tadeo de Bartolo representó también esta mismo suplicio en el marco de un amplio infierno:
Una variante de este mismo castigo es la condena a comer obligatoriamente bichos inmundos:
En esta ilustración del incunable Compost et Kalendrier des bergers publicado en París en 1493 por el impresor Guyot Marchand podemos ver como los golosos son obligados a comer sapos, serpientes y ratas.