Iglesia de Santa María de Sangüesa (Navarra). Finales del siglo XII. Típica imagen románica de la mujer lujuriosa mordida en sus pechos por sapos y serpientes. El arte románico recurrió sistemáticamente a esta imagen para aludir a la lujuria y su castigo. Un pecado que raras veces era representado a través de la figura de un hombre. Ello es debido a la valoración profundamente negativa que la Iglesia hacía de la mujer a la que consideraba instigadora del pecado de Adán y, por tanto, fuente permanente de todo tipo de pecados, particularmente del de lujuria.