Cristo ante Caifás
Tras su arresto Cristo es llevado ante el sumo sacerdote judío Caifás. Éste, tras interrogarlo y escuchar a algunos falsos testigos que acusan a Cristo de blasfemar, lo entrega a los guardias:
En esta pintura de Duccio vemos a Caifás en su trono rodeado por otros sacerdotes judíos. Ha entregado a Cristo a los guardias que tras vendarle el rostro, lo golpean y se burlan de Él (episodio conocido como el escarnio de Cristo):
Entonces lo escupieron en el rostro y le dieron puñetazos; y otros lo abofeteaban, diciendo: "Profetízanos, Cristo, quién es el que te golpeó".
Mateo 26, 67-68
El tema del escarnio, que suele representarse aisladamente, aquí se combina con el de la negación de Pedro. En la parte izquierda de la composición, a las puertas del edificio donde tiene lugar el escarnio una mujer señala a Pedro con el dedo: le está preguntando si es discípulo de Cristo, cosa que él niega. El gallo que se ve sobre su cabeza es una alusión a las palabras de Jesús anunciándole que a lo largo de esa misma noche lo negaría tres veces:
Estando Pedro sentado fuera, en el patio, se le acercó una criada y le dijo: -- Tú también estabas con Jesús, el galileo. Pero él negó delante de todos, diciendo: -- No sé lo que dices. Saliendo él a la puerta, lo vio otra y dijo a los que estaban allí: -- También este estaba con Jesús, el nazareno. Pero él negó otra vez con juramento: -- ¡No conozco al hombre! Un poco después, acercándose los que por allí estaban, dijeron a Pedro: -- Verdaderamente también tú eres de ellos, porque aun tu manera de hablar te descubre. Entonces él comenzó a maldecir y a jurar: -- ¡No conozco al hombre! Y en seguida cantó el gallo. Entonces Pedro se acordó de las palabras que Jesús le había dicho: "Antes que cante el gallo, me negarás tres veces". Y saliendo fuera, lloró amargamente.
Mateo 26, 69-75