La Virgen María: sus orígenes e infancia

 

El culto a la Virgen María, como madre de Cristo, fue adquiriendo a lo largo de la Edad Media, particularmente a partir del siglo XII, un fuerte impulso que se traducirá en una amplísima iconografía. Ese interés por su personas abarcará no tan sólo los episodios relacionados directamente con Cristo. El arte se interesó también por sus padres, su infancia y juventud, recurriendo para ello con frecuencia a narraciones de carácter apócrifo.

Los episodios anteriores a su nacimiento, relacionados por tanto con sus padres, los recogen los evangelios canónicos. Joaquín y Ana, padres de la Virgen, tras veinte años de matrimonio no tienen hijos. Esta circunstancia, considerada por los sacerdotes judíos como una maldición divina, lleva a éstos a expulsar a Joaquín del Templo de Jerusalén cuando el día de la fiesta de la Dedicación intenta presentar la ofrenda de un cordero. Joaquín, humillado por estos acontecimientos, en vez de volver a su casa de Nazaret se retira al desierto con unos pastores para pasar cuarenta días de ayuno y de penitencia. Durante su retiro se le aparece un ángel para anunciarle que su mujer, Ana, tendrá una hija. El ángel conforta también a santa Ana, entristecida por la ausencia de su marido, y le anuncia su próxima maternidad, instándola a acudir a la Puerta Dorada de Jerusalén para encontrarse allí con Joaquín:

 

Maestro de Alkmaar. Escenas de la vida de san Joaquín y santa Ana (Haarlem, Frans Halsmuseum). Hacia 1500.
Maestro de Alkmaar. Escenas de la vida de san Joaquín y santa Ana (Haarlem, Frans Halsmuseum). Hacia 1500.

 

Este díptico secuencia sucesivamente los cuatro episodios de esta historia. En la tabla de la izquierda vemos en la parte inferior como Joaquín es expulsado del templo tras rechazar su sacrificio, y, en la superior, la aparición del ángel cuando se halla retirado entre los pastores. En la tabla de la derecha se representa, arriba, el anuncio a Ana de su próxima maternidad y, debajo, el encuentro de ambos esposos ante la Puerta Dorada. Estos cuatro momentos suelen representarse formando parte de ciclos dedicados a los padres de la Virgen (Giotto, capilla Scrovegni). En ciclos dedicados a la Virgen o a la infancia de Cristo suele optarse por representa preferentemente el abrazo ante la Puerta Dorada y el nacimiento de la Virgen.

 

Los cuatro evangelios no dicen nada acerca de los primeros años de la Virgen. En consecuencia se optó por recurrir a los evangelios apócrifos, particularmente al Protoevangelio de Santiago a la hora de representar escenas de su infancia. Las más frecuentes son la de su presentación en el templo y las relativas a su educación.

Sus padres deciden consagrarla a Dios y a tal fin la entregan al Templo cuando cumple los tres años de edad. El día en que la acompañan al mismo, la niña sube sola los escalones que la conducen a la presencia del sumo sacerdote. La Leyenda Dorada precisa que en torno al templo había un total de quince escalones. A pesar de sus tres años de edad María los sube sóla sin ninguna ayuda:

 

Cima da Cornegliano. Presentación de la Virgen María en el Templo (Dresden, Gemäldegalerie). Principios del siglo XVI.

 

Respecto a la educación de la Virgen las imágenes más recurrentes son las que nos la muestran aprendiendo a leer bajo las indicaciones de su madre santa Ana, o aquéllas en las que aparece ocupada en labores de costura.