

Ressenya del llibre "Los Borbones en pelota", Editorial Compañía Literaria, 1996.
 Como cualquier tesoro que se precie, este magnífico libro es muy 
              difícil de encontrar. Si un munífico genio, tras ser liberado de 
              su cautiverio nos concede el deseo de poseerlo, o el divino Baco, 
              como recompensa por haber encontrado a su ebrio amigo Sileno en 
              vez de esa vulgaridad de convertir todo lo tocado en oro nos regala 
              sus páginas, entonces nos encontraremos con un documento histórico 
              trascendental. A través de 89 acuarelas correspondientes 
              a dos álbumes que se conservan en la Biblioteca Nacional de Madrid, 
              más tres trabajos sobre el tema que facilitan al lector la comprensión 
              de la época y las circunstancias en que fueron realizadas, vemos 
              la plasmación gráfica de, como indica el editor en el prólogo, «la 
              más terrible sátira nunca hecha contra el poder».
 
              Como cualquier tesoro que se precie, este magnífico libro es muy 
              difícil de encontrar. Si un munífico genio, tras ser liberado de 
              su cautiverio nos concede el deseo de poseerlo, o el divino Baco, 
              como recompensa por haber encontrado a su ebrio amigo Sileno en 
              vez de esa vulgaridad de convertir todo lo tocado en oro nos regala 
              sus páginas, entonces nos encontraremos con un documento histórico 
              trascendental. A través de 89 acuarelas correspondientes 
              a dos álbumes que se conservan en la Biblioteca Nacional de Madrid, 
              más tres trabajos sobre el tema que facilitan al lector la comprensión 
              de la época y las circunstancias en que fueron realizadas, vemos 
              la plasmación gráfica de, como indica el editor en el prólogo, «la 
              más terrible sátira nunca hecha contra el poder». 
 Bajo el seudónimo Sem, los hermanos Valeriano y Gustavo Adolfo 
              Bécquer, utilizaron su enorme ingenio a modo de guillotina humorística 
              contra Isabel II y toda su "Corte de los milagros". Junto 
              a la ya caída reina, merced a la "Gloriosa" revolución 
              de 1868, estos fraternales humoristas gráficos ajusticiaron al rey 
              consorte Francisco de Asís, al que el pueblo llamaba "Paquita, 
              natillas", sor Patrocinio (su monja preferida), "la 
              monja de las llagas", el padre Claret (confesor de la 
              reina), Carlos Marfori (amante de la reina), el presidente 
              del consejo de ministros González Bravo, y algunos personajes 
              más, en unas acuarelas donde la libertad es absoluta; donde, sin 
              pudor ni recato, dejan volar su imaginación y su espíritu crítico 
              hasta unas cotas que, paradojas de la vida, hoy día escandalizarían 
              no ya a los rancios sectores de siempre, o, por supuesto, a los 
              contumaces monárquicos de toda la vida, sino (tal es el grado de 
              su valiente atrevimiento contra el poder), a sectores más progresistas 
              pero con el lastre de lo políticamente correcto en cuanto a su trato 
              con la corona ...
 
              Bajo el seudónimo Sem, los hermanos Valeriano y Gustavo Adolfo 
              Bécquer, utilizaron su enorme ingenio a modo de guillotina humorística 
              contra Isabel II y toda su "Corte de los milagros". Junto 
              a la ya caída reina, merced a la "Gloriosa" revolución 
              de 1868, estos fraternales humoristas gráficos ajusticiaron al rey 
              consorte Francisco de Asís, al que el pueblo llamaba "Paquita, 
              natillas", sor Patrocinio (su monja preferida), "la 
              monja de las llagas", el padre Claret (confesor de la 
              reina), Carlos Marfori (amante de la reina), el presidente 
              del consejo de ministros González Bravo, y algunos personajes 
              más, en unas acuarelas donde la libertad es absoluta; donde, sin 
              pudor ni recato, dejan volar su imaginación y su espíritu crítico 
              hasta unas cotas que, paradojas de la vida, hoy día escandalizarían 
              no ya a los rancios sectores de siempre, o, por supuesto, a los 
              contumaces monárquicos de toda la vida, sino (tal es el grado de 
              su valiente atrevimiento contra el poder), a sectores más progresistas 
              pero con el lastre de lo políticamente correcto en cuanto a su trato 
              con la corona ...
 Autor de la ressenya: José Luis Castro Lombilla, Tebeosfera
 
              Autor de la ressenya: José Luis Castro Lombilla, Tebeosfera


