L’Educació dels fills (Júlia)

És clar que els nens més feliços són els que creixen amb normes de comportament clares. Per això, la coherència, la constància i tenir les idees clares de com han d’anar les coses és molt important. Els pares han de ser capaços de controlar la conducta dels fills. Cal pensar quines coses poden fer contents els nens en el seu temps lliure. La millor manera d’ajudar-los per al futur és arribar a fer que se sentin còmodes i que aconsegueixin controlar els seus propis sentiments. Finalment, cal dir que aquests nens són molt sensibles i que, sovint, tenen sortides molt singulars, fins i tot desconcertants.

 Quan un nen no es pot comunicar, no pot expressar les seves necessitats, els seus desitjos, el seu malestar, etc., pot desencadenar una reacció  agressiva o autoagressiva que aconsegueix, sens dubte, alertar l’entorn i expressar, d’alguna manera, la gran frustració i impotència que comporta aquesta dificultat.  

 

Reaccions que tenim els pares, davant els trastorns greus de conducta, que ens preocupen, ens espanten, que no ajuden els nostres fills, però que són "normals":

·        Els pares ens descontrolem i reaccionem, en ocasions, de manera inadequada, fins i tot amb violència, la qual cosa aguditza encara més el problema.

·        Tenim, en moments puntuals, sentiments molt negatius vers els nostres fills.

· COM PODEM AFRONTAR ELS TRASTORNS DE CONDUCTA

 Els problemes de conducta, com les rebequeries (tot i que la seva intensitat i perillositat és molt més gran) requereixen molta paciència, una acció educativa adequada al caràcter i a les circumstàncies de cada nen, i molt d’amor.

De l’enteresa, l’optimisme o el pessimisme amb què es prenguin els pares els trastorns de conducta dels seus fills dependrà, en bona
part la seva resolució. Aquest transtorns poden superar-se, són un graó, una etapa en l'evolució del nostre fill, que cal superar per poder arribar al graó següent. I l'esforç valdrà la pena.

Els transtorns de conducte són un simptoma que posa de manifest un problema, una frustració, un malestar... En la mesura que aconseguim entendre i solucionar les causes que els provoquen, aquestes conductes aniran disminuint. L'orientació i intercanvi amb professionals especialitzats poden ajudar a millorar les estratègies comunicatives del nen i dels pares i això reduirà els problemes conductuals. Mentrestant, es fonamental que el nen "senti" que el volem ajudar.

Evitar, en la mesura del possible, les situacions frustrants que el nen no pot encara assumir, o que li provoquen malestar, és bàsic per a prevenir l'aparició de conductes descontrolades. Però també és necessari ajudar al nostre fill a tolerar la frustració, en els graus que pugui suportar i en els moments oportuns. Cal posar límits amb tot l'afecte del món.

Castigar un nen amb trastorns conductuals és una forma de violència contra ell, ja que l’estem castigant perquè no sap, no és capaç de comunicar-se amb nosaltres d'una altra manera. L’empatia, la confiança en els progressos del nen per difícils que siguin, la paciència... solen aconseguir, a llarg termini, millors resultats.

Els greus problemes conductuals, que són també una forma de cridar l'atenció dels pares, apareixen en els moments més durs, com un acte reflex, davant qualsevol demanda o malestar, i es reforcen en ser atesos pels adults. El nen ha de sentir-se atès, però no cal que cada vegada correm tots cap a ell. N'hi ha d'haver prou amb paraules tranquil·litzadores perquè se senti acollit. De mica en mica li hem d'anar mostrant pautes que l'ajudin a trobar altres maneres de fer les seves demandes.

 

Tot comportament porta implícit un missatge, la nostra acció educativa ha d'orientar-se a desxifrar aquest missatge i a donar-li la millor resposta possible. No hem d'oblidar mai l'aspecte comunicatiu de les conductes dels nostres fills, per difícils i greus que aquestes siguin.

 

 

La disciplina: se construye día a día.

Educar a nuestros hijos es una de las tareas más difíciles, cada día manifestamos nuevas dudas y nuestros hijos nos exigen pensar hasta donde podemos permitirles.

Por Claudia Mendoza psicóloga

Además, cada etapa de desarrollo trae una mayor complejidad, siendo la adolescencia la que podría traernos más dificultades.

Como consejo general es importante que tengamos claro la importancia de la disciplina como una forma de enseñar a nuestros hijos que conductas podrían ser un riesgo para ellos, física o emocionalmente , para que aprendan a dirigir su vida de la manera más conveniente en el futuro y convivir con los demás.
La actitud más conveniente es aprender a diferenciar entre la conducta y nuestro hijo. A veces tendemos a confundirlos generando frustración en los niños, facilitando la presencia de conductas agresivas producto de una imagen negativa de sí mismo.
Esto se aprecia principalmente a través del lenguaje ...es distinto decir "eres un niño malo" a decir eres un niño que se ha portado mal, especificando cuales son las conductas indeseables.
Es importante que como padres integremos la disciplina como un hábito, estamos tan atentos por criarlos de la mejor manera, que nos exigimos resultados automáticos (casi mágicos) y tendemos a pensar que nuestro niño entiende lo que intentamos enseñarle.
Lamentablemente, cuidar a nuestros hijos requiere de un trabajo constante, construido cada día, a paso de hormiga; por lo tanto, es importante que la disciplina sea incorporada desde que comenzamos nuestra familia.
Es importante destacar que nuestros hijos no necesariamente comprenden lo que deseamos transmitirles, ¿qué es portarse bien? , ¿ ellos entienden qué estamos exigiendo?.
Por tal motivo, siempre es conveniente que nuestros hijos tengan claridad acerca de lo que queremos, no es necesario explicarles...especialmente cuando son pequeños, pues no comprenden muy bien nuestras razones.
Además como padres somos autoridad y quienes generamos las normas.
El hecho de establecer normas no es autoritarismo, tenemos que establecer un espacio en el cual ellos puedan tener libertad y desarrollarse sin riesgos, esto es lo que llamamos límites.
Nuestros límites pueden cambiar y ampliarse a medida que nuestros hijos crecen, lo importante es que existan.
Gran parte de los problemas conductuales de los jóvenes se generan porque no existe un "rayado de cancha", en el cual los padres indiquen hasta donde puedan llegar. Los niños necesitan conocer las consecuencias de sus conductas, pues su afán por conocer puede conducirlos a experiencias extremas de las cuales es difícil escapar.

Nunca olvidemos ser consistentes, nuestro ejemplo es el primer vehículo para el aprendizaje de normas, no podemos exigir a los niños ser educados o tranquilos si los tratamos con garabatos, si nos enojamos cuando nos preguntan o somos impacientes.
También es importante aprender a escucharlos. Si nos comentan alguna experiencia difícil de manejar para ellos, por ejemplo una pelea con un amigo, por lo general nuestra primera reacción es retarlos. En vez de sancionar, escuchemos sus razones, fomentando el diálogo, la paciencia y la confianza.
La tarea de la disciplina no es sólo para uno de los padres, principalmente la madre, que tradicionalmente se mantiene en el hogar o las sanciones, para el padre.
Ambos deben funcionar como una unidad y estar de acuerdo. Los niños siempre querrán hacer lo que quieren, pues en su modo de pensar (intelectualmente hablando) tienden al egocentrismo; es decir, en esta época de la vida no percibirían la necesidad del otro; por lo tanto, será difícil para él tolerar frustraciones, reaccionando desmedidamente cuando no se les satisface, incluso agresivamente.
El hecho de que uno de los padres sea más permisivo facilitará que el niño actúe como desee, aprovechando estos vacíos (como vacíos legales), que restan la autoridad a ambos padres.
Por tal motivo es importante que los padres desarrollen un plan común de cuidado, ¿conversamos con nuestra pareja acerca de que medidas debemos tomar ante un problema?
Por ejemplo, no le tema al castigo, muchos padres confunden el castigo con los golpes. Establecer un castigo significa desarrollar una consecuencia negativa a una conducta que puede ser perjudicial para su hijo. Los golpes son una forma de establecer un castigo, pero existen alternativas dependiendo la edad de su hijo.
Los castigos físicos generan agresividad en los niños y también les enseñan a resolver los problemas a través de la agresión y no a partir de una reflexión. Un golpe finaliza sólo por un tiempo los problemas.
Es conveniente que usted conozca alternativas, si su hijo es pequeño, puede conducirlo a su pieza, por ejemplo.
Consideraciones generales:

Consideraciones generales:

1. Es importante que el niño conozca qué espera usted de él.

2. Tenga presente que su hijo no actúa contra usted, sólo está aprendiendo.

3. Si su hijo es adolescente no asuma sus quejas como algo personal. A esta edad él está en proceso de separación, por lo tanto de conflicto con sus padres.

4. Establezca sanciones acordes a la conducta, trate de no decir: "¡ no vas a salir nunca más!"...el nunca no existe, usted no va a obtener credibilidad. Recuerde el lenguaje es importante, sería más recomendable manifestar que no saldrá durante un tiempo específico: minutos , horas, días.

5. En niños pequeños (hasta los doce aproximadamente), sea muy clara y defina conductualmente lo que desea. Desde la pubertad (once o doce años) aprenda a negociar, siempre dentro de un marco preestablecido.

6. Sea consecuente con su conducta y en el tiempo, la sanción deber ser ejercida lo antes posible.

7. Establezca pocas normas, pero generales y claras, por ejemplo, que esté sancionada la violencia hacia los demás y sí mismo. Tiene que definir que es violencia ¿violencia es golpear un puerta cuando el niño se frustra, violencia es golpear a sus hermanos para conseguir un juguete?

8. No olvide que la discilina también permite compartir con su hijo, de reír juntos y jugar con él. Generemos un espacio para la convivencia.

Claudia Mendoza.
Psicóloga.

RESUMEN:

Es importante que consideremos la disciplina como una forma de educar a nuestros hijos, evitar conductas que podrían ser un riesgo para ellos, física o emocionalmente, desarrollar una herramienta para dirigir su vida de la manera más conveniente en el futuro y como una forma para aprender a relacionarse con los demás.

Disciplina no es autoritarismo.

 

TORNAR A DOCUMENTS anar a curs TIC