EL PAÏS 7/08/2002
Granizo gigante
Los 248 litros de Montgat
superaron en casi un 300% las precipitaciones medias de julio
CRISTINA PARALS / ESTER RIU | Girona / Barcelona
Cataluña está viviendo un
verano insólito. Las precipitaciones se han disparado de forma espectacular y
las temperaturas son muy superiores o inferiores a la media de otros años. Los
meteorólogos son muy prudentes a la hora de achacar esta 'anormalidad' al llamado
cambio climático, pero reconocen que los episodios climáticos extremos son cada
vez más frecuentes.
Después de las fuertes
lluvias que se registraron en el litoral catalán la semana pasada, la localidad
de Camprodon (Ripollès)
sufrió ayer una fuerte granizada. 'La gente mayor no recuerda una tormenta de
piedra tan intensa', dijo el alcalde de la población, Esteve
Pujol. La tormenta de hielo se extendió por los municipios del Ripollès y la Garrotxa, pero fue
en Camprodon donde causó daños más cuantiosos, aunque
todavía no se han podido cuantificar. En tan sólo 10 minutos, la piedra que
cayó de forma repentina y que tenía un diámetro de hasta siete centímetros,
causó daños a unos 600 coches que estaban estacionados
en la vía pública y a numerosas caravanas del cámping
Els Solans. Además, rompió
entre un 70% y un 80% de las ventanas, claraboyas y tejados de casas
particulares. El geriátrico municipal y el pabellón de deportes también se
vieron afectados.
El Ayuntamiento de Camprodon solicitó ayudas a la Generalitat
para reponer todos los desperfectos. También pidió al Gobierno central que
declare el municipio zona catastrófica. La lluvia también causó destrozos en
unas 300 hectáreas de árboles frutales en las comarcas del Baix
y Alt Empordà.
'Lo anormal es ya lo normal'.
Así define Alejandro Martínez, jefe del grupo de predicción del Centro
Meteorológico de Cataluña, la irregularidad y alta variabilidad del clima
mediterráneo. 'Lo que sí es cierto es que los fenómenos extremos son cada vez
más frecuentes', añade el meteorólogo. 'De noviembre del año pasado hasta este
mes de junio se han registrado unos ocho o nueve temporales de levante en la
costa de las comarcas de Barcelona, cuando lo normal es que se produzcan dos',
añade Martínez.
Cambio climático
A pesar de esta evidencia, el
meteorólogo del centro, que depende del Instituto Nacional de Meteorología, se
mantiene prudente a la hora de achacar estos episodios extremos al llamado
cambio climático. 'Todo apunta a que algo está pasando, pero todavía no se puede
hablar con total seguridad de un cambio climático', añade Martínez. Igual de
prudente se muestra el meteorólogo de Televisió de Catalunya Francesc Mauri, quien mantiene que es 'imposible establecer una
relación directa entre las precipitaciones de la semana pasada y este efecto'.
Por su parte Martínez afirma que 'ni los políticos ni los científicos se
atreven a hablar todavía de un claro efecto del cambio climático, por todas las
consecuencias que podría traer'.
El Servicio Meteorológico de
Cataluña señala que, aunque pueda parecer un tópico, la irregularidad del clima
mediterráneo es una 'característica estrictamente cierta, sobre todo cuando se
habla de precipitaciones'. Y es que los 248 litros por metro cuadrado que
cayeron en Montgat (Maresme)
la madrugada del pasado jueves superan con creces la media de un mes de julio normal
en un 300%.
En la estación meteorológica
de la Ciutadella, en la ciudad de Barcelona, se
recogieron hasta el 30 de julio un total de 4,6 litros por metro cuadrado
-valor muy por debajo de la media de cerca de 25 litros-, según el Servicio
Meteorológico de Cataluña. Pero en las últimas horas del día siguiente se
recogieron en la misma estación 88,2 litros.
Para encontrar un mes de
julio con una cantidad de precipitación diaria similar a la registrada el
pasado 31 de julio hay que remontarse al 26 de julio de 1920. El observatorio
ubicado en la plaza de la Universitat documentó en
esa fecha un total de 87 litros.
Francesc Mauri explica que la intensidad de
las lluvias fue debida sobre todo a su persistencia: 'Se trató de una tormenta
estacionaria que duró seis horas y que se iba autoalimentando.
No se observó pues el desplazamienhabitual de las
tormentas'. 'La extensión territorial de las lluvias fue muy reducida y se
registraron notables paredes de agua', añade Mauri.
Esto explica que en localidades tan próximas como Sant
Feliu de Llobregat y Molins de Rei se registraran
cantidades tan dispares como 130 y 22 litros por metro cuadrado
respectivamente.
El Centro Meteorológico de
Cataluña achaca estas intensas lluvias al cambio de circulación general de la
atmósfera. 'Cada vez llueve más, hace más calor, más frío y hay más vientos de
Levante que originan este tipo de temporales', dice el jefe del grupo de
predicción de este centro.
Según Mauri,
la tormenta fue muy similar a la que se produjo en Santa Cruz de Tenerife el
pasado marzo; a la de Biescas, en Huesca, el verano
de 1996, y a la de Barcelona en septiembre de 1995.