El País 07/07/1999

La riqueza microbiana en la Antártida es enorme"

Entrevista a Lynda Goff

Xavier Pujol

La Antártida no es en absoluto un desierto. Es, más bien, justo lo contrario: entre hielos perpetuos y en las frías aguas que rodean el inhóspito continente, florece una biodiversidad asombrosa en cantidad y variedad. Lynda Goff, bióloga de la Universidad de California-Santa Cruz y reputada experta en estudios antárticos, cree que el éxito evolutivo de las especies que pueblan la Antártida, sobre todo el de sus comunidades bacterianas sobre las que centra en la actualidad sus investigaciones, es debido a la falta de competencia en sentido ecológico y que el estudio de las mismas puede ayudar a desvelar la existencia de vida en otros planetas. Goff estuvo recientemente en el Museo de la Ciencia de Barcelona para hablar de la vida en condiciones extremas.

Pregunta. De la Antártida siempre se había dicho que había unas pocas especies y en cantidades más bien limitadas.

Respuesta. Ésta es una creencia errónea. Existe una enorme biodiversidad, tanto en los océanos que circundan la Antártida como debajo de las grandes capas de hielo. Incluso puede hablarse de gran biodiversidad en el entorno terrestre

P ¿Qué explicación existe para esta gran biodiversidad?

R. Es cuestión de mirar. Sea donde sea donde uno mire encontrará una gran vida microbiana, bien sea en la jungla tropical o en la Antártida. Simplemente hay que buscar para encontrarla porque no siempre es evidente. En el entorno antártico la biodiversidad existente probablemente sea debida a una falta de competencia en términos ecológicos. En muchos ambientes la competencia es tal que algunas especies son temporales. Eso no parece ocurrir en la Antártida.

P. Entre la biodiversidad detectada destaca una gran variedad de arqueas. ¿Tiene eso algún significado para la comunidad científica?

R. En efecto, se está encontrando una enorme variedad de arqueas [tipo de microorganismos descritos por vez primera durante los años 80]. Por de pronto, su hallazgo en la Antártida nos ha llevado a buscarlas en lugares en los que, a priori, nadie creía que podrían hallarse. Desde que fueron descritas, siempre se había pensado que habitaban en lugares con condiciones extremas para la vida como géiseres, aguas sulfurosa, lagunas hipersalinas o climas extraordinariamente fríos. Hemos visto que pueden vivir en cualquier punto del planeta junto con las bacterias. Lo que investigamos ahora es qué tipo de competencia se establece entre ambos grupos y su influencia en la ecología global.

P. ¿Rompe este hallazgo con la teoría de que las arqueas son los organismos a partir de los que se generó la vida?

R. Algunos científicos continúan pensando que las arqueas son los organismos vivos más antiguos. Otras teorías, sin embargo, sostienen que arqueas y bacterias evolucionaron de forma paralela. Hay varias evidencias que apuntan en esa dirección. Una de ellas, corroborada recientemente, es la presencia en células eucariotas de genes que proceden de arqueas y de bacterias.

P. La biodiversidad antártica podría multiplicarse de confirmarse la existencia de grandes lagos subterráneos.

R. Por el momento no son más que especulaciones. En efecto, se cree que podría existir una gran masa de agua bajo el continente antártico y que la enorme presión del hielo impediría que el agua se congele. Lo que sí se ha encontrado recientemente son algas intersticiales que viven en la nieve y que se cree que podrían aportar grandes cantidades de oxígeno al planeta.

P. También se ha hallado en la Antártida un meteorito de Marte con signos que sugieren vida extraplanetaria.

R. Aún no ha podido determinarse si lo que contiene son inclusiones inorgánicas o restos de microorganismos. En cualquier caso, pudo haber sido invadido por microorganismos propios de la Antártida. Por tanto, no creo que ese meteorito nos dé ningún tipo de respuesta.

P. ¿Cuándo habrá una respuesta?

R. La NASA tiene prevista una misión a Marte para el año 2008 en la que se recolectarán muestras de rocas de lugares donde suponemos que pudo haber agua. En la Antártida estamos encontrando comunidades de cianobacterias muy complejas que, de alguna forma, podrían haber vivido en las condiciones extremas de hace 2.000 millones de años, similares entonces a las de Marte. Por tanto, si todo eso es cierto, las rocas que la NASA traerá de Marte deben contener los registros fósiles de poblaciones similares.