EFE 12/06/2001

El Gobierno alemán y la industria energética firman el acuerdo de abandono de la energía nuclear

Tras un largo proceso de negociaciones, el Gobierno alemán y la industria energética han firmado el acuerdo para el abandono de la energía nuclear civil, que prevé el cierre paulatino de las centrales en un plazo aproximado de 20 años, según ha informado el portavoz del Gobierno, Uwe-Karsten Heye. El canciller, Gerhard Schröder, sus ministros de Medio Ambiente, Jürgen Trittin, y de Economía, Werner Müller, y la cúpula de la industria del sector se han reunido en la sede de la Cancillería para sellarlo.

Tal y como está formulado, el mencionado acuerdo permite a todas las partes salvar la cara.

Para el verde Trittin, que se ha visto enfrentado a las críticas de las bases más ecologistas, el acuerdo supone un "paso histórico" en la política energética, también de cara a su proyección internacional.

La industria lo ha calificado de "compromiso pragmático", pues los plazos de vida para las centrales son realistas y el acuerdo permite a las compañías libertad absoluta en la gestión de las capacidades energéticas.

La satisfacción de las empresas es comprensible si se tiene en cuenta que el documento no habla de fechas exactas para el cierre de las centrales y únicamente un cálculo aproximado permite deducir que la última de las 19 plantas nucleares será desconectada hacia 2021.

Canje energético

En total, cada central obtiene un plazo de vida de 32 años desde su puesta en funcionamiento, pero el complejo sistema de cálculo en que se basa el tratado permite una especie de canje energético entre las diversas plantas.

Esto significa que aquellas plantas que son menos rentables podrán traspasar parte del cupo energético previsto en el tratado a otras más competitivas.

Concretamente, el acuerdo prevé que, con efectos retroactivos del 1 de enero de 2000, las plantas podrán producir 2.600 terravatios/hora en total, volumen que podrá repartirse entre las centrales.

De acuerdo con los cálculos, esto significa que la última no será desconectada antes de 2021, y la primera en 2003.

No se contruirán nuevas plantas

Además, no se concederán permisos para la construcción de nuevas plantas y sólo estará autorizada la tecnología nuclear con fines de investigación.

Respecto al reciclado de los residuos, uno de los aspectos más espinosos de las negociaciones, Gobierno e industria han acordado que hasta 2005 se mantendrán los controvertidos transportes al extranjero.

A partir de entonces y hasta que exista un cementerio definitivo, las compañías energéticas deberán almacenar los residuos en las propias plantas.

Un asunto que se discute desde hace décadas y que sigue sin resolverse es el del depósito definitivo de las varillas de combustible.

Cementerio nuclear

El Gobierno se ha comprometido a solucionar el problema de aquí a 2030 pero al mismo tiempo ha suspendido las tareas de exploración del único depósito que hasta ahora se preveía como cementerio, el controvertido Gorleben, que recientemente volvió a vivir una sonada protesta de los antinucleares a raíz de la llegada de convoyes con material reciclado en La Hague.

Ante la protesta masiva, el Ejecutivo decidió suspender por un periodo de entre tres y 10 años la exploración de las minas de Gorleben, periodo que aprovechará para analizar otras posibles alternativas.

Para las organizaciones ecologistas como Greenpeace, que habían depositado en el partido de Los Verdes todas sus esperanzas de cara al abandono rápido de la energía nuclear, el consenso viene a ser una traición a sus ideales, sobre todo teniendo en cuenta que el socio menor de la coalición surgió del movimiento antinuclear.

En señal de protesta por un consenso que califica de "intento de tomar al pueblo por idiota" activistas de Greenpeace instalaron ante las respectivas sedes de los partidos socialdemócrata y verdes un contenedor con tierra supuestamente contaminada procedente de los terrenos que lindan con las centrales de reciclaje de La Hague y Sellafield (Reino Unido).

"En las próximas dos legislaturas se desconectarán tan sólo cuatro reactores. ¿Qué tiene eso que ver con el abandono nuclear?... Para entonces se habrían cerrado de por sí por motivos económicos, pues todas son centrales vetustas", dijo Susanne Ochse, experta de Greenpeace en energía nuclear.