El
catarismo fue una religión cristiana fundamentada en la interpretación
dualista de las Escrituras. La Biblia cátara, el libro
sagrado que los predicadores itinerantes llevaban siempre consigo y que
era la base de sus enseñanzas, era un Nuevo Testamento completo que incluía
los cuatro Evangelios, los Hechos de los Apóstoles, las Cartas Canónicas
y los libros sapienciales del Antiguo Testamento. Los cátaros
rechazaban el Antiguo Testamento, por considerarlo una crónica de la
creación de este bajo mundo, por el falso Dios, en el cual
veian la expresión del principio del mal.
La Biblia cátara (traducción occitana de un original del
latín anterior a la Vulgata de San Jerónimo), casi no tenía diferencias
con la Biblia católica. La diferencia principal se encontraba en los primeros versos
del prólogo del Evangelio según San Juan.
Este es el texto de la Vulgata, que todavía hoy es la base
de la Biblia actual:
-(Jo 1,3):"Todo ha sido hecho por Él, y nada
de lo que ha sido hecho no ha sido hecho sin Él"
-(Jo 1,4):"Tenía en Él la vida, y la vida
era luz ..."
Mientras que el texto de la "vieja lenguadociana" era el siguiente:
-(Jo 1,3):"Todo ha sido hecho per Él, y sin
Él nada no ha sido hecho"
-(Jo 1,4):"Lo que fue hecho en Él la vida,
y la vida era luz ..."
Esto
quiere decir, que los cátaros distinguían dos creaciones: la verdadera,
la de les cosas que "son" realmente, es decir la de Dios
("Todo ha sido hecho por Él"); y la ilusoria,
la de las cosas que no tienen una verdadera existencia, este
mundo visible asimilado a la "nada" ("Es
sin Él que ha sido hecha la nada"), o "todas
las cosas han sido hechas sin Él". El mundo visible, "este
bajo mundo", no es la creación divina. Este mundo
visible, en el que nada es estable, en el que todo aquello
que se manifesta está sometido a la corrupción
y a la muerte, este mundo visible víctima del desorden, del
mal, del sufrimiento, de la violencia, este mundo ha tenido que ser
creación de otro principio, del principio malo, del principio maligno,
en una palabra del diablo.
Efectivamente,
el dualismo no se puede resumir en una constatación moral de la acción
del bien y del mal en este mundo, ni en su antagonismo. Si así fuese, todas las
iglesias cristianas que creen en Dios
y en el diablo serían dualistas. El verdadero dualismo supone la
independencia absoluta de una raíz del bien y de una raíz del
mal, relacionadas la una con la otra.
"Hay dos mundos: uno es visible y el otro
es invisible. Cada uno tiene su propio dios. El invisible
tiene al Dios bueno, el que salva las almas. El otro, el
visible, tiene al Dios malo, el culpable de las cosas transitorias."
Así pues, los cátaros creian en dos creaciones que surgen de los dos principios, según la lógica, cuyos indicios se intuyen ya en el prólogo del "LIBRO DE LOS DOS PRINCIPIOS"
(fragmentario resumen de un tratado escrito por doctores cátaros, que consta de una introducción
y distintos capítulos como la creación, refutación del llibre albedrío,...):
"Un buen árbol no puede dar malos frutos, ni un
mal árbol puede darlos buenos"; se intuye la lógica conclusión, que el mundo
visible sometido a la corrupción, a la muerte y a la maldad, no podía ser la creación del
Dios de amor enseñado por Cristo:"Mi realeza no es cosa
de este mundo ..."