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Esta imagen es una ampliación de la porción más cercana al planeta en la
imagen anterior. Ilustra cómo se pueden utilizar de forma complementaria el magnetómetro y el reflectómetro
de electrones.
A diferencia de la ionosfera terrestre, la de Marte no está protegida del viento solar por un fuerte
campo magnético planetario. El viento solar produce un campo magnético en la ionosfera marciana,
representado aquí por líneas onduladas, que hace difícil detectar cualquier anomalía magnética
producida por la corteza de Marte.
El reflectómetro de electrones permite detectar cuándo la nave ha atravesado totalmente
la ionosfera y se encuentra bajo ella.
Mediante el frenado aerodinámico se pretende alcanzar una órbita circular a 376 km de la superficie de Marte,
representada aquí mediante la línea de trazos. Cuando la nave se encuentre sobre el lado iluminado del planeta,
estará rodeada por la ionosfera, y no podrá efectuar medidas de las anomalías magnéticas corticales.
Pero cuando la nave sobrevuele el lado oscuro, en el que la ionosfera es mucho más débil o incluso desaparece,
el reflectómetro servirá para detectar los electrones reflejados por el campo magnético de las rocas de la
superficie.
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