Aprendiendo a querer

Diálogos


Blanco y negro

     Estimado Antonio: Entre las cosas que me preocupan mucho está el no comprender o aceptar algo que me parece imposible: que un mismo concepto sea para unos blanco y para otros negro, para unos verdad y para otros mentira, para unos bueno y para otros malo.

    Porque a veces las cosas son más bien grises...
Pero no se puede decir que lo malo sea bueno: por mucho que se repita no convence a nadie.
Ni con mil mentiras juntas se puede hacer una sola verdad.

    ¿Cómo puede entenderse, sostenerse y ser aceptado sin más, que unos señores que  tienen una gran influencia para ser creídos, porque son científicos, se permitan decir que son ateos?

    Porque son científicos sólo para los experimentos. En lo demás son tan arbitrarios e ignorantes como cualquiera.
Afirmar que la verdad es patrimonio exclusivo de la Ciencia, es encorsetarla, ver el mundo por un canuto. La verdad científica, además de ser provisional, no deja de ser una construcción humana, un modelo más o menos adecuado de la realidad, pero no la verdad misma.
Sólo Cristo puede decir: Yo soy la Verdad.
Quien no tiene a Cristo no tiene la verdad.
Quien rechaza a Cristo vive eternamente en tinieblas.

    Algo debe haber metido hasta los tuétanos de mi persona, ya que por mucho que lo intento soy incapaz de creerme que cualquier persona diga con verdad que es ateo. Te repito que me resulta imposible creérmelo. Y si no puedo creérmelo de cualquier persona, mucho menos de alguien que sin lugar a ninguna duda ha tenido que poner a trabajar su capacidad de pensar profunda y continuamente.

    ¿Y de qué les ha servido pensar tanto?
Han expulsado a Dios de su pequeño reino, de su conciencia.
Creen haberle matado, pero son ellos los que no tienen vida.
Dicen que son ateos porque viven sin Dios, como si Dios no existiese.
Dicen a gritos:



Te escucho.
Si puedo, te daré un consejo.
En cualquier caso, rezaré por ti.

Escríbeme.



Aprendiendo a querer