Aprendiendo a querer

Diálogos


Don de Dios

      Leí lo que escribiste sobre la voz interior y debo decirte "gracias"; había llegado a pensar que estoy completamente loca. Soy cristiano evangélica y aunque los pentecostales estén acostumbrados a lidiar con milagros y dones espirituales, por alguna extraña razón que aún no logro entender, nadie puede creer que mi relación con Dios sea tan fluida; pero lo es...

      ¡Cuánto me alegra encontrar un alma amiga!
¡Más que si recuperase un familiar perdido!
Demos gracias a Dios, porque regala sus dones a quien quiere, para que nadie pueda pensar que merece lo que ha recibido.
Dios tiene pocos amigos en este mundo, y nos ha escogido. No le vuelvas la espalda nunca. Trátale asiduamente. Dale gracias por todo.
Y no te esfuerces en que otros entiendan los caminos de Dios, pues son misteriosos. ¡Si conocieran el Don de Dios!
Procura que los dones del Espíritu den fruto en ti. Somos sal y luz del mundo. No podemos vivir para nosotros solos.

     Creo que a algunos pastores les cuesta creer que Dios te haga caso si no has estudiado en algún seminario teológico.

     Déjalos. Son guías ciegos. Sin vida interior no pueden dar buen fruto.
¡Ah, Santa Teresa...! Al morir, de lo que más se alegraba era de estar en la Iglesia Católica, a pesar de haber sido perseguida por la Inquisición. Fue acusada de herejía y hoy es doctora de la Iglesia. Y ahí tienes a Francisca Javiera del Valle, la autora del "Decenario al Espíritu Santo", que era costurera, y a tantas mujeres que fueron minusvaloradas por los sabios y entendidos de su tiempo y que fueron elegidas de Dios.

     Si otro cristiano tratase de quitarme la certeza de mi relación con Dios en un mundo que cada vez se pudre más en vanidad y materialismo, probablemente me arrebataría mi única razón para vivir.

       No tengas miedo. Relee lo que san Pablo dice a los romanos en el capítulo 8 de su carta: 38 Estoy seguro de que nada podrá separarnos del amor de Dios: ni la vida, ni la muerte, ni los ángeles, ni los espíritus, ni lo presente, ni lo futuro,39 ni los poderes del cielo, ni los del infierno, ni nada de lo creado por Dios. ¡Nada, absolutamente nada, podrá separarnos del amor que Dios nos ha mostrado por medio de nuestro Señor Jesucristo!

     A veces se necesitan palabras de aliento de otro ser humano. Que Dios te bendiga.

      Dios nos bendice. Para Él toda la gloria. Todo lo bueno viene de Dios. No somos más que instrumentos.

     En un mundo en que todos dicen ser cristianos, es difícil explicar por qué una puede llegar a sentirse tan sola.

      Porque no nos esforzamos en mantenernos en presencia de Dios, en ser almas contemplativas, con los pies en la Tierra, pero con el corazón en el Cielo.
Buscad las cosas de arriba... Saboreadlas... Nuestra vida está escondida con Cristo en Dios, decía san Pablo (Col, 3, 1-3).

     A veces me cuesta entender que no todo el que dice:      Señor, Señor      lo conoce realmente.

      Por los frutos nos conocerán. No podemos juzgar a los demás, porque todos tenemos defectos.
Hasta el más miserable es digno de compasión. Yo diría que más, pues es mayor su desgracia.
He de confesarte que me veo muy miserable, pero que esa certeza no me deprime, pues espero que Dios se compadezca de mí, y que me enseñe a ser compasivo:       Tendré misericordia de quien tenga misericordia, y tendré compasión de quien tenga compasión (Ex. 33, 19).

Cuando anida en un corazón el amor de Dios, nadie le resulta extraño.
Los soberbios y los hipócritas nos pueden resultar especialmente insoportables, pero nunca indiferentes.



    "Mis ovejas oyen mi voz,
y yo las conozco, y me siguen.
Yo les doy vida eterna y no perecerán para siempre,
ni nadie las arrebatará de mi mano
."

Juan 10, 27-30


Te escucho.
Si puedo, te daré un consejo.
En cualquier caso, rezaré por ti.

Escríbeme.



Aprendiendo a querer