LA RELACIÓN IMPOSIBLE
Isabelle Cuchet. Italia
http://www.cybersciences.com
(29-05-04)
No somos los descendientes parciales
del Neandertal. Un estudio italiano que ha analizado el
ADN mitocondrial de diferentes huesos, es categórico.
Nuestro ancestro el hombre de Cro-Magnon
convivió con el hombre de Neandertal hace alrededor
de 45.000 años. Quince mil años más
tarde este último había desaparecido. Desde
hace tiempo los paleontólogos se interrogan sobre
los vínculos entre ambas especies: ¿habrían
podido interfecundarse? El descubrimiento en 1998 del esqueleto
de un niño en Portugal desató la controversia:
el niño, que vivió hace 24.000 años,
parecía mostrar caracteres de Neandertal y Cro-Magnon.
Sin embargo los estudios genéticos
recientes que comparan Neandertales y humanos contemporáneos
no muestran ningún parecido entre ambos ADN y testimonian
a favor de una total separación entre las dos especies.
Pero según el magazine británico New Scientist
que explica el descubrimiento italiano, dichos estudios
son incorrectos pues comparan el ADN de especies separadas
por más de 30.000 años. "Con un tal desfase
de generaciones, resulta normal no encontrar parecidos entre
individuos", explica Serge Lebel, paleontólogo
en la universidad de Quebec, en Montreal. Para que las pruebas
sean tangibles, las comparaciones deberían hacerse
entre hombres modernos "antiguos", es decir Cro-Magnones,
y Neandertales que viviesen aproximadamente en la misma
época.
Eso es lo que ha llevado a cabo un
equipo de la universidad de Ferrara, en Italia. Los investigadores
dirigidos por Giorgio Bertorelle han comparado las secuencias
genéticas de 60 europeos y 20 no-europeos recientes,
4 Neandertales y 3 Cro-Magnones. Por el contrario no se
ha descubierto ninguna diferencia notable entre hombres
modernos recientes y hombres de Cro-Magnon.
La polémica, sin embargo,
no ha terminado. En el último número de la
revista Nature, diversos expertos reprochan al equipo haber
pasado por alto, posiblemente, un factor esencial: la contaminación
de los huesos por secuencias de ADN contemporáneo.
"Basta toser sobre un hueso para trasmitirle nuestro
ADN", comenta Serge Lebel. Queda, pues, por verificar
que el estudio italiano no haya comparado seres humanos
contemporáneos, con seres humanos... contemporáneos.