Hacia el descubrimiento
de nuestros antepasados
Isabelle Masingue. Etiopía
www.cybersciences.com
(12-06-04)
El descubrimiento en Etiopía
de fósiles humanos de hace 160.000 años pone
fin a la polémica sobre los orígenes del hombre
moderno.
En el desierto del valle del Awash,
en Herto (Etiopía), los paleontólogos han
hallado los cráneos fosilizados de dos adultos y
un niño. Por su talla y su forma, esos cráneos
de una antigüedad de 160.000 años poseen las
características del Homo sapiens. Las ligeras diferencias
-la distancia entre los ojos, por ejemplo- que les diferencian
del hombre actual, Homo sapiens sapiens, han llevado a los
investigadores a situarles en una nueva subespecie, bautizada
como Homo sapiens idalu. Este descubrimiento acaba de ser
publicado en la revista Nature.
Desde hace ya años la genética
propugna un origen africano único del hombre moderno.
Diferentes investigadores han estudiado las diferencias
entre el ADN mitocondrial de los Homo sapiens que vivieron
entre 50.000 y 100.000 años y sus contemporáneos
neandertales y los hombres modernos. La mayoría han
llegado a la conclusión de que estos últimos
proceden de una madre común Homo sapiens, una "Eva"
que habría vivido en África hace alrededor
de 150.000 años. Esta tesis se opone a la de un origen
multiregional de la humanidad moderna. Por lo que se refiere
a los hombres de Neandertal, que vivieron en Europa entre
200.000 y 30.000 años antes de nuestra era, y en
los que algunos suponían un parentesco con el hombre
actual, las importantes diferencias genéticas halladas
respeto al hombre moderno sugerían ya excluirlos
de la filiación humana. Sin embargo faltaban elementos
fósiles en que apoyar dicha tesis. Este es el vacío
que vienen a llenar los descubrimientos africanos. El equipo
de investigadores afirma que los testimonios fósiles
ajustan con las pruebas genéticas de que los Homo
sapiens evolucionaron en África para dispersarse
posteriormente por el mundo entero. "Puede afirmarse
que los neandertales nada tienen que ver con el hombre actual",
sostiene Berhane Asfaw, codirector etíope de la investigación,
en el New York Times.
El doctor Asfaw ha ensamblado pacientemente
durante tres años más de 200 fragmentos de
huesos para reconstruir el cráneo de un niño
de seis o siete años. En el yacimiento de Hero, excavado
desde 1997 se han hallado también huesos de hipopótamos
con marcas de cuchillos y más de 600 útiles
de piedra de la misma época. Por lo demás,
las incisiones en los cráneos que parecen haber sido
decorados y pulimentados, y la ausencia de esqueletos encontrados
en los alrededores, permiten tal vez pensar en antiguos
ritos funerarios entre esos primeros humanos.