Jane Goodall: Una gran divulgadora de
la vida salvaje
Eudald CARBONELL
En el año 1997 nos daban el
Premio Príncipe de Asturias al equipo de Atapuerca.
Seis años más tarde, es una colega primatóloga
quien recibe este galardón. Mi enhorabuena. Se lo
merece con creces. Todos hemos oído hablar de la
doctora Goodall, al menos los que nos interesamos por los
temas de evolución de los primates tanto humanos
como no. Precisamente, Jane Goodall comienza su experiencia
científica como profesional a la edad de 23 años,
en 1957, al entrar en contacto con Louis Leakey, uno de
los más importantes prehistoriadores africanos de
todos los tiempos. A partir de aquel momento nada sería
igual para esta científica.
Su viaje de tres meses a Kenia donde
participará en los trabajos arqueopaleontológicos
de Olduvai marcará su vida para siempre. Sobre todo
cuando Louis Leakey le propone estudiar el comportamiento
de los chimpancés del Lago Tanganika. Con esta propuesta,
el paleontólogo quería conocer el comportamiento
primate para tener modelos comparativos con el comportamiento
de los homínidos que encontraban en el yacimiento
prehistórico más antiguo conocido en aquellos
momentos.
En 1960, Jane Goodall llega al Gombe
National Park de Tanzania. Los descubrimientos se suceden,
pero uno de ellos es de vital importancia: los chimpancés
elaboran utensilios y los manipulan. De esta manera, el
chimpancé se acerca a la Humanidad prehistórica
de los productores de útiles. Aunque yo no soy de
la misma opinión porque pienso que los primeros útiles
de nuestros antepasados son verdaderas herramientas cuya
fabricación sigue una secuencia lógica y premeditada
que obedece a una cadena operativa bien definida. Los chimpancés,
en cambio, sólo modifican varillas de madera con
las manos y nunca hacen herramientas con otros objetos,
no fabrican cuchillos con piedras. Son innumerables los
premios que ha recibido trabajando bajo el patrocinio de
National Geographic, ha sido una gran divulgadora de la
vida salvaje, sobre todo de los primates, su etología
y comportamiento, distinguiéndose por su perseverancia
y por la escuela que ha formado. Así como por el
impulso social que ha dado a la conservación de estos
primates, que, al igual que sus parientes los gorilas, corrían
peligro de extinción. Al darlos a conocer, al socializar
su conocimiento, ha contribuido de forma eficaz a convertir
el conocimiento de nuestros primos hermanos en la evolución
en un recurso natural, cultural y económico y económico
para Tanzania.
EL MUNDO, 22 de Mayo de 2003