Es el cuarto de una generación de cinco transbordadores especiales. Mide aproximadamente, 37 metros de largo y 16,5 de alto. Pesa, en vacío, 68 toneladas. Todo y llevando propulsores autónomos, para elevarse cuenta con dipositos auxiliares de combustible.

También tiene dos motores auxiliares externos que, cuando están en órbita, se desprenden y son recuperados.

El Columbia fue el primer transbordador (también nombrado cohete o lanzadera) americano preparado para aterrizar de forma autónoma.

Le siguieron el Challenger, el Discovery, el Atlantis y OV-105 (sustituto del Challenger ). Tienen mucha importancia las investigaciones de laboratorio que se realizan, especialmente en medicina y microelectrónica, y también la puesta en órbita de satélites y naves espaciales, como la Orbiter-Galileo.