1. Enseñar al alumno a no responder a los estímulos que recibe del mundo exterior, del maestro y de sí mismo.
2. Enseñar al alumno a no interferir con el trabajo del maestro, por ejemplo, queriendo ayudar al maestro.
3. Enseñar al alumno a estar presente (aquí y ahora), es decir, a no distraerse, a no concentrarse, a no dejar divagar a la mente, a no preparase para lo que el alumno imagina que vendrá después y a no querer “hacerlo bien”.
4. El maestro usa las manos para demostrar al alumno cuál es la posición relativa de la cabeza respecto al cuello y de la cabeza-cuello respecto al tronco, estando quieto y en movimiento, es decir, no se trata de una postura fija sino de una relación dinámica.
5. El maestro da unas instrucciones verbales al alumno para que las repita para sí, sin hacer nada. Las instrucciones son peticiones que amablemente indican al alumno que deje de hacer aquello a lo que está acostumbrado, para poder permitir la relación dinámica cabeza-cuello-tronco.
6. Enseñar al alumno a parar y pensar para no caer en el hábito. Se trata de hacer las cosas conscientemente, eligiendo la respuesta al estímulo.
7. Demostrar al alumno con las manos que si deja de interferir sobre si mismo, se sueltan las tensiones musculares crónicas que tiene por todo el cuerpo.
8. Enseñar al alumno el tono muscular preciso para funcionar bien y a aplicar la ley del mínimo esfuerzo a toda actividad.
9. Demostrar al alumno que su percepción sensorial no es fiable aún, aunque la recuperará a medida que aprenda a dejar de interferir en el funcionamiento de su organismo.
Con ello FM se refería a que la manera en que cada uno se usa a sí mismo es un patrón general que afecta a toda actividad las 24 horas del día. Si este patrón es bueno, le afectará positivamente y su vida mejorará continuamente; si el patrón es malo, le afectará negativamente y su vida empeorará continuamente.
Control primarioFM llamó así a la posición relativa cabeza-cuello-espalda. Si la cabeza no está suelta, si contraemos o tensamos la musculatura de cuello-espalda fijando la cabeza, el uso resultante es malo. Concretamente, la articulación de la cabeza con el extremo superior de la columna vertebral debería estar siempre sin bloquear. Las instrucciones para liberar esa articulación concreta las llamó la "dirección primaria".
HábitoEs una respuesta aprendida a un estímulo. No es un reflejo en el sentido neurológico (respuesta automática congénita), aunque a veces pueda parecerlo al estar fuertemente arraigado.
InhibiciónFM usaba este término en el sentido neurológico actual: Inhibir es no-responder a un estímulo.
La inhibición consciente con el propósito de cambiar la respuesta estereotipada permite recuperar la espontaneidad natural.
Es una indicación amable que se piensa, no se hace.
Las direcciones son impeditivas: impiden hacer lo habitual. Si impedimos hacer lo incorrecto, lo correcto ocurre por sí solo. (Casi diríamos que la TA es la versión occidental del Zen.)
FM descubrió que después de dar la dirección primaria, se puede dar otras direcciones secundarias: unas después de otras y todas a la vez. Lo que se aprende en clase es a decir "no" a los estímulos que te da el maestro y a dar esas direcciones primaria y secundarias. Al principio resulta difícil dar más de una dirección, pero poco a poco, casi sin darte cuenta, vas añadiendo otras direcciones. Con el tiempo y la práctica se aprende a pensar, es decir, la mecánica del pensamiento: inhibir y dar direcciones, sin dejarse nunca la dirección primaria, unas después de otras y todas a la vez, en lugar de dar respuestas estereotipadas a los estímulos que te das a ti mismo o que te llegan de fuera. Y luego, en la vida cotidiana te descubres dando nuevas direcciones según la tarea que estés desempeñando y a "parar y pensar" en lugar de responder mecánicamente a los estímulos externos. FM llamó a esto "control consciente y constructivo".
Obtención del finMucha gente cree, a veces sin ser consciente de ello, que el fin justifica los medios y no se para a pensar si aplicar un método determinado para conseguir algo compensa el daño que ese método pueda causar. Prefiere seguir los consejos de cualquiera que considere más cualificado que ella o "hacerlo como se ha hecho siempre". Simplemente no quiere asumir la responsabilidad por sus propias acciones. FM dijo todo lo contrario:
1. El fin nunca justifica los medios.
2. Los métodos directos funcionan raramente.
3. Hay que pararse a pensar en los medios para alcanzar un objetivo sin daños colaterales.
4. Los medios han de ser indirectos, es decir, han de aplicarse paso a paso sin pensar en el objetivo final. Si los medios se aplican correctamente, el objetivo se alcanzará siempre y sin efectos negativos de ningún tipo.
5. El método prueba-error es ineficaz y produce en la persona inseguridad y desánimo. Debe evitarse especialmente en el niño en edad escolar, pero también en el entrenamiento para cualquier oficio o deporte.
La totalidad de nuestro ser debería estar alargándose y ensanchándose en todas direcciones todo el tiempo. La primera vez que nos expandimos con ayuda del maestro en una clase de TA, sentimos alivio y a la vez inseguridad (por ser algo nuevo contrario a nuestro hábito); si confiamos en el maestro, repetiremos la experiencia en clase y la inseguridad desaparecerá. La expansión es un buen hábito a fomentar. Las direcciones primaria y secundarias evitan que nos acortemos y hacen que reconozcamos que estamos acortados, lo que nos permite dejar de hacerlo. Así, con un poco de práctica, fomentamos la expansión. Es decir, no hay que expandirse voluntariamente, sino dejar de acortarse. No se trata de hacer sino de dejar de hacer (el método indirecto para expandirse).
Estructura, funcionamiento y usoSon tres cosas que se influencian entre sí. Somos una estructura que funciona y que utilizamos. FM hablaba del "uso de sí mismo". Decía que no debe cambiarse la estructura ni el funcionamiento, que lo único en lo que podemos y debemos trabajar es en mejorar el uso que hacemos de nosotros mismos. Un buen uso permitirá que las cosas funcionen bien y eso mejorará la estructura; al mejorar la estructura, también mejorará su funcionamiento y ambos mejorarán nuestro uso. Se trata de romper el círculo vicioso: mal uso → mal funcionamiento y daño a la estructura → peor funcionamiento y peor uso → ...
FM nos comparaba con un vehículo: un mal conductor estropeará el coche en poco tiempo; un buen conductor conservará el coche en buen estado toda su vida. Como estamos vivos, la estructura se recuperará por sí sola si dejamos de perjudicarnos usándonos mal.