"il.lustració"
La Guerra Fría (1945-1990)

La interpretación de los hechos

 

 

Introducción General


Desde 1919 se habían asentado las bases del siglo XX, de un mundo dividido y enfrentado entre vencedores y vencidos, entre potencias coloniales y colonias o países dependientes, entre capitalismo y socialismo. En 1939 asistíamos a la culminación de las tensiones imperialistas entre las potencias capitalistas (la II Guerra Mundial), después de 1945 esta confrontación cederá lugar al enfrentamiento entre capitalismo y socialismo (comunismo) que la guerra había desplazado momentáneamente, en gran parte debido a la debilidad soviética, y en la que se intercalará el proceso descolonitzador. La Guerra Fría entre 1945-1990 es el enfrentamiento a todos los niveles, ideológico, político, social, económico y militar, provocado por el aumento de la inseguridad que sufre la gran burguesía en el momento en que la fuerza potencial del socialismo soviético aumenta extraordinariamente. La Guerra Fría será también interna, y esta lucha feroz contra el comunismo lleva a la gran burguesía a nuevas estrategias para mantener el dominio, desde la alianza con la socialdemocràcia y, por lo tanto, a una ampliación de derechos sociales (el Estado del Bienestar en Europa Occidental), al apoyo a fuerzas fascistas donde la revolución socialista está ya en marcha (sudamèrica). Se trata, en todo caso, de la lucha sin tapujos del capitalismo contra la fuerza creciente del socialismo, lucha que aterrorizó al mundo con la amenaza de una Tercera Guerra Mundial.
Por lo tanto, la II Guerra Mundial no supuso la paz internacional, la hegemonía mundial de los EEUU ante la decadencia y la dependencia de Europa Occidental, se encontraba limitada por la extensión del sistema socialista, lo que comportó la división del mundo en dos grandes bloques políticos y militares antagónicos. Estos dos bloques, integrados por una serie de Estados en defensa mutua de los intereses comunes (económicos, políticos e ideológicos), estarán dirigidos por las dos superpotencias: el bloque capitalista por los EEUU y el bloque comunista por la URSS. El periodo 1945-1990 es, por lo tanto, un periodo caracterizado por la continuación del espíritu de guerra, con todas las características de una época pre-bélica, de política de armamentos, de una economía belicista permanente, de propaganda ideológica, y de una actitud beligerante de miedo y de odio contra el enemigo, pero que no llegó a la lucha armada directamente USA-URSS, precisamente por el miedo a la autodestrucción del planeta. Cosa que no evitó, eso así, la lucha indirecta entre los dos colosos (Guerra de Corea, Guerra de Vietnam), sin olvidar que, además, en el resto del mundo, el movimiento descolonitzador contra las metrópolis que se extendía por Asia y África a través de guerras independentistas, va incrementando la tensión internacional intercalàndo-se en el enfrentamiento entre los dos bloques, y, en definitiva, hace que este periodo se identifique decididamente con el nombre con que será conocido: La Guerra Fría.
Una época de crisis que hace tambalear las estructures capitalistas y las referencias culturales después del horror de las guerras mundiales, empezando por la crisis de los valores liberales más esperanzadores que se habían mantenido mínimamente en varios estados occidentales (la libertad individual, la fe en el progreso), mientras los nuevos valores provenientes de la izquierda se desarrollan lentamente (el desarme, la descolonización y la solidaridad en un marco de una mayor igualdad social). El enfrentamiento entre estas fuerzas a todos los niveles es, tal como se ha dicho, lo que caracterizará el periodo que estudiamos hasta que, finalmente, el triunfo del capitalismo inagurará un nuevo periodo histórico (1990). Pero no significa que la división del mundo se haya acabado. La globalización supone la extensión del capitalismo por todo el mundo pero, decididamente, no en condiciones de igualdad. Ahora, la división del mundo o, si queremos, la desigualdad, continúa y, especialmente, tiene una sóla línea divisoria: la que separa los países ricos de los países pobres.

 

Las relaciones entre los dos bloques


                      La IIGM había traído una serie de consecuencias, entre ellas, la expansión del comunismo (socialismo) por toda la Europa del Este y parte de Asia y de América, con movimientos guerrilleros y triunfos revolucionarios (China, al 1949). El miedo de los EEUU a la extensión del comunismo por Europa Occidental (con una economía destrozada y fuerte implantación del PC entre su población) hará que, ya antes de finalizar la guerra, tal como hemos visto, se reunieran los dirigens de USA y URSS para concretar el área de influencia o de dominio de cada potencia y es así como el mundo quedó dividido en dos bloques: el capitalista liderado por USA, defensor de las libertades individuales y de la democracia parlamentaría, y el socialista o comunista liderado por la URSS, defensor de la igualdad y de la democracia proletaria. La política exterior que practicaban era, según decían los dos bloques, la garantía de la paz mundial.

 

Las fases de la Guerra Fría

la primera fase de la guerra fría (1947-56)

                 Las relaciones entre los dos bloques atravesaron varias fases: la primera fase de la guerra fría (1947-56), la de máxima tensión, la más propiamente de paz armada, estará presidida por la llamada doctrina Truman, la finalidad de la cual era la lucha contra el comunismo a todos los niveles para evitar su extensión ("teoría de la contención" por la que se definía el conflicto entre capitalistas y comunistas como una lucha entre «pueblos libres» y «regímenes totalitarios»). La contención de la URSS llevó a los EEUU a la ayuda o a la intervención militar y/o económica en una serie de países, (cómo, por ejemplo, Grecia y Turquía), abandonando definitivamente la política aislacionista mantenida hasta la IIGM, ahora con el fin de asegurar el capitalismo en los países no controlados por la URSS (esta política de ayudas y subvenciones quedaba condicionada a la expulsión de los ministros comunistas de los gobiernos que se habían constituido).
El problema alemán, la llamada crisis de Berlin, fue el primer escenario de la ruptura entre los dos bloques: mientras que Stalin implantó el comunismo en su zona de influencia y desmantelaba la industria y las infraestructuras en concepto de reparaciones de guerra, los tres aliados occidentales decidieron unificar sus territorios y crear la República Federal de Alemania (RFA), una democracia parlamentaria de carácter liberal con un sistema monetario diferente del de la zona oriental. Como respuesta a esta violación de los acuerdos de Jalta y Potsdam, el junio de 1948, la URSS cerró todas las fronteras de la ciudad de Berlín, ubicada en la zona soviética, y se aisló al sector occidental de su zona impidiendo que llegaran suministros. Los Estados Unidos respondieron con la creación de un puente aéreo, que se prolongaría durante un año, para poder proveer su parte de la ciudad, mientras los soviéticos establecieron la República Democrática de Alemania (la división alemana culminaría con la construcción, en 1961, del muro de Berlin, símbolo de esta época: "muro de la vergüenza" para los occidentales, "muro de protección contra el fascismo" para los orientales).
Además de la crisis de Berlin, la victoria electoral de los comunistas en Checoslovaquia (1948) fue considerada como un golpe de estado por los occidentales, consolidándose a partir de entonces una profunda división entre los dos bloques que Churchill popularizó con el nombre de "telón de acero" (discurso a Fulton en 1946) .

La política exterior de los EEUU y la URSS estuvo encaminada a contener al enemigo; para conseguirlo se hicieron dos grandes alianzas militares: los aliados de los EEUU (GB, Fr, It, Hol, Bel, Lux, Nor, Din, Port, Canadá, Islandia, Grecia, Turquía, RFA -desde 1954-) formarán parte de la OTAN contra toda agresión proveniente del enemigo (abril de 1949), mientras que los aliados de la URSS formarán el Kominform (1947-50) entre todos los partidos comunistas de Europa oriental, y, posteriormente, en 1955, el Pacto de Varsovia (Albania, Checoslovaquia, Bulg, Pol, Rum, Hong, RDA) para contrarrestar las alianzas del capitalismo. De igual manera, cada potencia intentó crear su propia área de influencia económica: para ayudar a la reconstrucción rápida de Europa Occidental, evitar la conflictividad social, el aumento de los partidos comunistas y encontrar un mercado por sus productos, los USA dieron una gran ayuda económica a gran parte de la Europa capitalista (el Pla Marshall, 1947-52), y lo mismo hizo la URSS en la Europa del este (el COMECON, 1949).

El gran desarrollo del armamento atómico (1949, 1ª bomba atómica de la URSS) hizo inviable el enfrentamiento armado entre las dos potencias (puesto que las dos habrían quedado destruidas), pero aun así el peligro de una tercera guerra mundial planeó durante todo el periodo de la Guerra Fría con crisis muy graves (Guerra de Corea, Muro de Berlín, crisis de Cuba, guerra de Vietnam). En esta primera fase, a partir de la pérdida por parte de los EE.UU. del monopolio atómico, que coincidía con el triunfo de la revolución comunista de Mao en China sobre el Kuomintang (que contaba con ayuda de los EEUU), se amplía la intervención USA en Asia, África y América Latina, con la intención de combatir las ideologías contrarias y detener los movimientos revolucionarios, muchas veces financiados desde la URSS, como ocurría en el caso de las ex colonias europeas del Sudeste Asiático. A principios de la década de 1950, los EEUU formalizaron alianzas militares con Japón, Australia, Nueva Zelanda, Tailandia y Filipinas ( ANZUS y el SEATO-1954-), contra todo tipo de agresión comunista y subversión interna, alianzas que proporcionaron a los Estados Unidos una serie de bases militares a lo largo de la costa asiática del Pacífico. La CENTO (1955) fue la alianza de defensa mutua entre USA, GB, Irán, Pakistán y Turquía. USA tenía, además, bases aéreas en GB, Turquía, Noruega, Islandia, Japón, Irán, España e Italia. A partir de 1949, pues, la Guerra Fría Nuclear había empezado (posteriormente otras países desarrollaron también sus propios ensayos nucleares: GB en 1952, Francia en 1960 y China en 1964).

Uno de los conflictos representativos de La Guerra Fría, en la que la lucha entre los dos bloques se hacía a través de guerras localizadas donde los ejércitos soviético y norteamericano no se enfrentaban directamente, fue, como decíamos, la Guerra de Corea. La península fue anexionada por el Japón en 1915 pero después de la derrota japonesa en la IIGM, el norte de la península fue ocupado por tropas rusas y el sur por los norteamericanos hasta que se retiraron dejando gobiernos afines. Por una serie de incidentes, en 1950, Corea del norte invadió el sur y Truman envió sus tropas bajo bandera de la ONU (puesto que la URSS no pudo ejercer el derecho de veto sobre esta cuestión porque estaba boicoteando a la ONU porque no aceptaba a la China comunista como miembro permanente). El enfrentamiento armado entre el ejército comunista y las tropas sur-coreanas y norteamericanas durará hasta que en 1953 la paz estableció como definitiva la división de las dos Coras. La Guerra de Indochina, en principio una guerra anticolonialista, también derivó en un conflicto de guerra fría en el momento en que los Viet-minh de Ho-Chi -Minh contó con el apoyo de la URSS y de China mientras que los norteamericanos daban apoyo financiero a Francia. Después de la derrota francesa de Dien Bien Phu (1954), Francia aceptó la división de Vietnam entre la República Democrática del Vietnam (comunista) al norte y al sur una república nacionalista proamericana (situación que pocos años después derivaría en la Guerra de Vietnam).

Los conflictos árabe-israelíes también presentan características del enfrentamiento entre los dos bloques. Después de 1945, los judíos reclamaron el derecho a volver a su antigua patria, Palestina, y la metrópoli colonial de estos territorios, Gran Bretaña, les cedió el nuevo Estado judío. Según una resolución de la ONU, Palestina quedaba dividida en dos partes, una árabe y la otra judía (el nuevo Estado de Israel, en 1948), pero esta resolución engendró inmediatamente graves problemas entre las dos comunidades dado que muchos palestinos fueron expulsados de sus tierras, entregadas en Israel, y el nuevo Estado no fue aceptado por los países árabes. Desde la primera guerra árabe-israelí en 1948 hasta la cuarta en 1973, mientras Israel ha ido ocupando cada vez más territorio, el conflicto se ha ido internacionalizando puesto que si los EE.UU. apoyaban en Israel, la URSS ayudó a la OAP (Organización para la liberación de Palestina, dirigida por YasserArafat), Egipto y Siria. Precisamente, la postura de los países árabes de disminuir la producción de petróleo, aumentar el precio y embargar el destinado a los EEUU en 1973 derivará en la llamada crisis del petróleo que afectó gravemente a las economías industrializadas.

• Si queréis ampliar la información sobre los conflictos mencionados en la primera fase de la Guerra Fría ir a:
http://www.buxaweb.com/historia/temes/contemp/guerrafreda.htm , apartados 9 Los conflictos de la guerra fría y 10 El conflicto del Oriente Medio.

•Si queréis ampliar la información sobre el islamismo ir al material de ampliación.

En estos años (1947-56), tal como decíamos, se inicia una carrera armamentística entre los dos bloques desarrollándose la proliferación de armas nucleares, los misiles balísticos, los antimisiles y otros tipos de armas nucleares que llegaron a tener una potencia destructiva capaz de "volatilitzar el planeta varias veces" según la expresión popular de la época, que correspondía al principio de destrucción mutua asegurada -MAD; es decir, llegó un momento en que cada bloque poseía la capacidad de aniquilar al enemigo por medio de un ataque nuclear masivo en caso de ser agredido, de tal manera que el primero que intentara destruir al otro tenía la seguridad de ser destruido a su vez. Así, se crearon armas con potencias cada vez más grandes gracias a la fusión nuclear, que imitaba las reacciones energéticas de las estrellas. En una segunda fase, en 1952, Estados Unidos consiguió hacer estallar la primera arma termonuclear o bomba de hidrógeno y, enseguida, la Unión Soviética construyó una bomba de fusión parcial y después una de fusión completa. Después se crearon los misiles de alcance intercontinental capaces de destruir blancos remotos situados en otros continentes. El Cohete R-7 soviético (1959) podía lanzar una bomba de 3 megatones a 8.800 km de distancia, lo cual le permitía llegar a los Estados Unidos continentales, Europa y la mayor parte del Hemisferio Norte. Los Titán norteamericanos conseguían los 9 megatones. La destrucción mutua estaba asegurada. Durante toda la Guerra Fría ambas potencias se amenazaron con decenas de miles de armas nucleares preparadas para disparar y en varias ocasiones estuvieron a punto de ser lanzadas, debido a errores o de situaciones conflictivas, la más conocida de las cuales fue la Crisis de los misiles de Cuba, ya en los inicios de la segunda fase de la Guerra Fría. Este equilibrio del terror (frase atribuida a L.Pearson, en 1955) se convirtió, paradójicamente, en un equilibrio disuasorio, en una garantía de la paz, y fue, posiblemente, el que evitó que las dos superpotencias se enfrentaran directamente durante el tiempo en que convivieron.

La competencia entre las dos superpotencias también se puso de manifiesto en la conquista del espacio, dando lugar a una carrera espacial entre 1957 y 1975 aproximadamente, convertida en una parte importante de la rivalidad cultural y tecnológica entre USA-URSS que tuvo gran repercusión psicológica entre las dos sociedades y supuso enormes gastos. Al mismo tiempo, y desde el primer momento, la carrera espacial tuvo también finalidades militares (fotografías del territorio o interceptar satélites enemigos, entre otros). Empezó con el lanzamiento del satélite artificial Sputnik (octubre de 1957) como demostración de la capacidad científica y técnica soviética, de su recuperación poco después de la guerra devastadora, en un momento en que la población norteamericana se creía indiscutiblemente superior en todos los campos (también en el de la tecnología). Y EEUU emprendió un enorme esfuerzo en el programa espacial (la NASA, que en 1958 disponía de cuatro laboratorios y de unos 8000 trabajadores, irá aumentando extraordinariamente su presupuesto y el número de científicos trabajando en cada proyecto), para demostrar al mundo que seguían siendo los primeros (" A los ojos del mundo, el primero en el espacio significa el primero, punto; el segundo en el espacio significa el segundo en todo", carta del vicepresidente Johnson escrita a Kennedy en 1961): cuatro meses después, lanzó el Explorer I. Los primeros satélites tenían finalidad científica (como medir la densidad atmosférica) y en algunos casos llevaron animales a bordo (como la perra Laika en el Sputnik2, 1957). Yuri Gagarin fue el primer cosmonauta en la nave rusa Vostok 1, en 1961, un año antes que John Glenn, el primer estadounidense en orbitar la Tierra. La URSS había enviado al espacio el primer animal doméstico, el primer hombre y la primera mujer (Valentina Tershkova, en 1963), e hizo el primer paseo espacial. Por esto los EEUU tenían especial interés en ser los primeros en llegar a la luna (programa Apollo) y lo consiguieron con la Apollo 11, cuando Neil Armstrong se paseó por nuestro satélite en julio de 1969 (a partir de aquí ambas potencias se dedicaron a proyectos mucho más económicos).

 

La segunda fase de la Guerra Fría (1957-79)


                  A partir de los años sesenta se inicia un nuevo periodo de la Guerra Fría que es conocido con el nombre de la distensión o la coexistencia pacífica (1957-79) en el cual se relajan o enfrían las relaciones entre los dos bloques. Las causas de la distensión fueron diversas: los líderes más beligerantes de las dos potencias habían muerto (Stalin) o ya no estaban en el poder (McCarthy), la política armamentista era demasiado costosa, y la situación permanente de tensión empezaba a ser contestada por sectores de la población (aumento del movimiento pacifista y progreso del neutralismo), por otro lado, el liderazgo de las dos potencias empezaba a ser cuestionado por sus aliados (oposición de Francia y desconfianza de GB hacia los EEUU y de la China a la URSS en algunos aspectos), y el M.C.E. (1957) necesitaba ampliar las relaciones comerciales (con Europa Oriental y la China). Además, la descolonización había creado numerosos nuevos países, el Tercer Mundo, la problemática del cual era centro de atención mundial y de rivalidad en la ayuda y la captación hacia su bando por parte de las dos superpotencias, y en muchos de estos nuevos Estados predominaba la tendencia de la no alineación. La idea de un mundo dividido en dos bloques permanentes fue progresivamente aceptada y se entra en una fase de guerra fría suavizada.

Manifestaciones de la coexistencia pacífica fueron la disolución del Kominform (1956), debido a la aceptación por parte de la URSS de las "diversas vías al socialismo" en referencia a la Yugoslavia de Tito o a la China de Mao, la firma del Tratado del Antártida (1959) según el cual se prohibía la instalación de bases militares, y toda una serie de acuerdos para limitar la peligrosidad del armamento atómico almacenado, como el de la prohibición de pruebas nucleares en la superficie o en la atmósfera de 1963 (no subscrito por Francia ni la China Popular), el Tratado de no proliferación nuclear de 1968 (que limitaba la disponibilidad de armamento nuclear exclusivamente a los países que le poseían hasta entonces) y los acuerdos Salt de 1970 que se consideran el inicio del desarme nuclear. Especialmente significativa de este situación de deshielo, fue la visita de Kruschef a USA, en 1959, que tuvo gran impacto en la opinión mundial. En esta reunión entre Eisenhower y Kruschef en Camp David se trataron temas relativos al desarme nuclear y se acordó tener una linea telefónica directa entre los dos despachos (el teléfono rojo). Incluso las dos superpotencias cooperarían en una misió espacial conjunta Apolo-Soyuz en 1975. Pero los momentos de tensión continuaron en el enfrentamiento entre China comunista y Formosa (apoyada por los EEUU) en 1958, la Guerra de Vietnam (1959-1973), la construcción del muro de Berlin (1961), la crisis de los missils en Cuba (1961) y la tercera guerra árabe-israelí (1967).

• En el siguiente enlace podéis encontrar información sobre todos estos conflictos:
http://www.buxaweb.com/historia/temes/contemp/guerrafreda.htm, apartado 11 La coexistencia pacífica.

 

La tercera fase de la Guerra Fría (1979-90)

                       A partir de 1979, asistimos a lo que se podría considerar una revitalización de la Guerra Fría, un retroceso en la distensión del periodo anterior. Manifestación de esta nueva situación crítica son la instalación de euromíssils por parte de la OTAN, en 1979, que amenazaban la interrupción de las conversaciones SALT. Las causas de este recrudecimiento de la Guerra Fría a ultranza fueron, por parte norteamericana y a nivel interno, la existencia de una cierta desmoralización del pueblo americano por la pérdida del prestigio que supuso el fracaso de Vietnam y el incremento de la oposición al sistema y al dominio del sector conservador por parte de los defensores de los derechos civiles y sectores progresistas contrarios a reformas proyectadas (reformas contra de la abolición de la pena de muerte en los Estados que lo habían establecido, a favor de las restricciones al aborto o de la obligatoriedad de las oraciones en las escuelas públicas). Este malestar o sentimiento de frustración de la sociedad americana conservadora fue asumido por el nuevo presidente Reagan (1980) que practicará una política de represión o mano dura contra "la subversión interior", y una política exterior tendente a incrementar el prestigio mundial de los EEUU, basada en el rearme y el Programa de Iniciativa de Defensa Estratégica SDI (conocido popularmente con el nombre de "Guerra de las Galaxias", 1983) contra la amenaza comunista, porque también fue la respuesta USA a la ofensiva soviética en el Tercer Mundo. El proyecto espacial SDI (que incrementó los gastos armamentísitiques hasta suponer más de una cuarta parte del presupuesto global del gobierno federal en 1987), tenía por objetivo eliminar definitivamente la amenaza nuclear soviética sobre el territorio norteamericano mediante la creación de un sistema de defensa formado por satélites y plataformas espaciales en órbita alrededor de la Tierra, con capacidad para interceptar cualquier misil soviético antes de que pudiera caer en territorio de los Estados Unidos.

Las causas de la rebrote de la Guerra Fría por parte de la URSS vienen determinadas por el descenso de la influencia ideológica soviética en el mundo, las dificultades económicas de auto abastecimiento de productos básicos (preludio de una crisis económica profunda), el fracaso en las previsiones del PCUS de avance hacia el comunismo (se encontraban en la fase de transición del socialismo al comunismo), y de conseguir la primacía económica mundial, todos estos factores llevarán a los nuevos dirigentes (Brejnev) a practicar una política exterior de fuerza contra el bloque capitalista con objeto de incrementar el prestigio mundial de la URSS, como fue la intervención en Afganistán en 1979 en ayuda del gobierno de la reciente República Socialista contra los rebeldes islámicos mujahidins, y el aumento del apoyo a todos los movimientos revolucionarios que iban apareciendo por el Tercer Mundo. En consecuencia, en África (Angola, Mozambique, Etiopía) y en América Latina (Nicaragua) aparecieron regímenes de inspiración marxista que tensaron la situación entre soviéticos y norteamericanos. El choque de estas dos políticas exteriores de dureza hacia el rival explica la recuperación de las maneras propias de la primera época de la Guerra Fría. Enseguida, los EEUU adoptaron un discurso abiertamente antisoviético ("El imperio del mal", según Reagan) y apoyaron económica y armamentísticamente a todos aquellos movimientos o Estados que se opusieran al expansionismo soviético (como la Contra nicaraguense o la UNITA de Angola), incluso a las dictaduras fascistas sudamericanas, al igual que a las guerrillas de mujahidins que luchaban contra las tropas soviéticas, cosa que provocó la prolongación de la Guerra de Afganistán (1979-89) demostrando la incapacidad soviética para derrotarlas.
Todo esto acabará causando un gran problema económico y político a la URSS debido al malestar entre la población y el ejército por el elevado número de bajas de la guerra, mientras la economía se acercaba al colapso por el desmesurado número de recursos que absorbía la política exterior y militar del país, cada vez más incapaz de mantener la carrera armamentística o espacial de su rival, en un momento en que la SDI generó un gran impacto entre los dirigentes, puesto que se pensó que los Estados Unidos poseían la capacidad suficiente como para realizar un ataque masivo contra la Unión Soviética.

•En el siguiente enlace podéis encontrar información sobre la Guerra de Afganistán:
http://www.historiasiglo20.org/GLOS/afganistan.htm.

 

Introducción general a la Guerra Fría interna

                      El periodo 1947-1960 fue el más intenso de la Guerra Fría, pero no solamente a nivel internacional, La Guerra Fría fue, también, interna. Según la interpretación tradicional, debido a la amenaza comunista, la política interior del bloque capitalista tendrá como objetivo prioritario evitar fisuras internas, eliminando la oposición de la izquierda considerada pro-comunista. Este será el programa político aplicado especialmente en USA donde se prohibió el PC y todas las personas que eran consideradas de ideología izquierdista fueron perseguidas por el FBI -despidos, listas negras...- y, acusadas de actividades antinorteamericanas, muchas tuvieron que exiliarse. En Europa Occidental se presionó para que el PC no ganara las elecciones. Por el mismo motivo, en la URSS, la dictadura perseguía a todos aquellos pro-capitalistas o pro-occidentales e imponía gobiernos comunistas en la Europa del Este donde las desviaciones fueron duramente reprimidas (Hungría).

Sin embargo, aunque hasta ahora hemos analizado la guerra fria internacional, o sea, el enfrentamiento entre los EEUU y la URSS, como causa inicial de la represión interna, algunos historiadores plantean otra interpretación de los hechos y no dudan en presentar la amenaza exterior no como causa, sino más bien como consecuencia, es decir, como explicación obligada y utilizada por parte del capitalismo para justificar el mantenimiento de un sistema político en el cual los derechos estarían restringidos con objeto de impedir un avance de la izquierda radical del propio país. En este sentido, la constante alusión a la amenaza soviética (que en los primeros años de la posguerra no lo era en absoluto por la situación en que la guerra habia dejado a la economía soviética), habría servido a la clase dominante internacional, a la gran burguesía capitalista, para atacar y aniquilar tanto como fue posible las organizaciones de izquierda tanto en USA como en Europa occidental, donde inicialmente eran muy peligrosas por la implantación que tenían entre una población que se encontraba en una situación de crisis generalizada, de hambre y miseria después de la guerra, y en la cual una parte de la sociedad -la Resistencia, por ejemplo-, había luchado recientemente no solamente para poner fin al fascismo sino para, una vez acabada la guerra, llevar a cabo profundas reformas sociales. Esta estrategia de miedo ante una nueva guerra provocada por el enemigo comunista, que enseguida sería compensado por la ayuda económica para salir lo antes posible del hambre, sirvió al capitalismo como escudo y justificación para una Guerra Fría interna de lucha contra las fuerzas progresistas y el movimiento obrero en particular.
Una maniobra política que, según estos historiadores, tendrá un gran éxito porque cuando el capitalismo se imponga a partir de 1990 (definitivamente, según sus partidarios), las organizaciones de izquierda -sindicados y partidos- se encontrarán o desmanteladas o sin fuerza social o, en todo caso, habrán abandonado toda perspectiva revolucionaria porque gran parte de la sociedad occidental se beneficia en mayor o menor grado del statu quo de dominio del mundo que sus élites han conseguido una vez eliminada la URSS. Mientras, la aspiración de la población en los nuevos estados emergentes es imitar el modelo de crecimiento capitalista que se ha impuesto como única vía posible ante el desprestigio de la vía socialista. ¿Podrán las masas hambrientas del Tercer Mundo esperar pacientemente a que llegue su hora de crecimiento?, y, más todavía, ¿es posible sostener un crecimiento global sin reformar el capitalismo?, se plantean.

La evolución de los países capitalistas industrializados (1950-90)

Introducción

                        Los países industrializados liberales entran en este periodo en la tercera fase de la revolución industrial caracterizada por la rápida aplicación de los inventos científicos en innovaciones tecnológicas aplicadas a la creación de bienes y servicios, en una unión cada vez más intensa entre ciencia y técnica; así, se difunden rápidamente la nueva fuente de energía termonuclear, los nuevos sectores industriales como la electrónica y la aplicación a la informática (1973, primer Personal Computer), o se incrementan otros gracias a los nuevos inventos como es el caso de la industria química (fibras sintéticas, plásticos...); todo esto va acompañado de cambios en el proceso de producción por la automatización, es decir, la sustitución de tareas humanas por operaciones programadas mecánicamente, lo que permitió una productividad más elevada y reducir los costes de producción (fábricas sin casi obreros). Estos cambios comportan nuevos papeles en la división del trabajo internacional, ahora, los países o las empresas líderes se dedican a la producción tecnológica y la venta de royalties o patentes dejando el proceso de fabricación en cadena a otros, lo que significa una progresiva deslocalización industrial. En los países más avanzados el sector servicios, pues, se impone paulatinamente al sector industrial en una economía dominada por las grandes compañías monopolistas que tienen filiales en todo el mundo (multinacionales).

Gracias al bajo precio de las fuentes de energía y de las materias primeras, a la renovación tecnológica constante y a la intervención del Estado, los países industrializados del bloque capitalista conocieron un espectacular crecimiento económico ( e incluso cuando llegó la época de recesión no tuvo graves consecuencias sociales). En esta primera fase de crecimiento fueron fundamentales los acuerdos en el sistema monetario internacional tomados en Bretton Woods (creación del Fondo Monetario Internacional, 1944) estableciendo cambios fijos, y las divisas convertibles en dólares (oro), lo que permitió un gran incremento del comercio internacional. Además, la organización Internacional del Comercio, por su parte, impulsó el abandono de la política proteccionista y en 1947 el Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio (GATT) rebajó las tarifas arancelarias.
En efecto, entre 1950-1973 la economía de los países industrializados capitalistas (EEUU, Japón y Europa Occidental ) vive una "edad de oro", una expansión económica sin precedentes caracterizada por altas tasas de crecimiento debido a la aplicación de los nuevos inventos en la economía, con la casi ausencia de recesiones, poco índice de paro o de inflación, el que permitió una reducción de las desigualdades sociales y el desarrollo de la clase media. Durante estos años, el PIB aumentó como promedio casi el 5%, mientras crecía la renta per cápita. Los EE.UU. se convirtieron en la primera potencia económica mundial (su producción superaba la mitad del total mundial), ejerciendo el modelo de vida americano (american way of live) una indiscutible influencia en el mundo capitalista y creando la llamada sociedad de consumo. El Japón, que había quedado devastado en 1945, tuvo las mayores tasas de crecimiento económico de su historia y se convirtió en una de las primeras potencias mundiales. En Europa Occidental los factores económicos citados, junto con la presión social de las organizaciones de izquierda, permitió el Estado del Bienestar y un importante crecimiento económico que culminaría con la Unión Europea. El Estado del Bienestar extendió a toda la población una serie de derechos sociales (equiparables a los que tenía la URSS) en educación, sanidad, subsidio de paro y enfermedad, pensiones de jubilación y ayudas sociales a los sectores más desfavorecidos, aunque el incremento de los gastos del Estado fue notable. El papel del Estado llegará a ser fundamental, en efecto, tanto por el incremento de los gastos militares como por la financiación en las investigaciones científicas, las inversiones en determinados sectores económicos o las nacionalizaciones de sectores clave (como el sector energético o los transportes). En los momentos de recesión se aplicaban políticas keynesianes según las cuales el incremento de los gastos públicos para generar más puestos de trabajo permitía, mediante el aumento de la renta familiar, elevar la demanda y, con ella, la producción, lo cual generaba un aumento de los impuestos indirectos recaudados por el Estado incrementando los ingresos i permitiendo, al final del ciclo recesivo, disminuir el déficit público y acabar con el endeudamiento estatal.

A esta fase expansiva le sucedió una segunda fase recesiva (1973-95) caracterizada por el aumento de las recesiones, el paro y la inflación, generando un incremento de las desigualdades sociales, el descenso de los gastos del Estado y la crisis del Estado del Bienestar. Ya antes del aumento de los precios de la energía, el incremento de los aranceles aduaneros sobre las importaciones de los EEUU en 1970 y la posterior devaluación del dólar (1971), debido a la reducción de sus reservas de oro (balanza de pagos deficitaria, financiación de la Guerra de Vietnam), habían supuesto la suspensión de la convertibilidad del dólar y la flotación de las monedas, provocando una importante inflación y el consiguiente descenso de las transacciones internacionales. La crisis del petróleo (1973), debido al aumento del precio del petróleo provocado por los acuerdos de los países de la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo), supuso un incremento de los costes de producción, más inflación, menos demanda y la disminución de la producción pero con un continuo aumento de los precios (1979, nuevo aumento del precio del crudo); por otro lado, la disminución de los ingresos aceleró un déficit público importante.
La crítica a las políticas keynesianes de lucha contra la crisis impuso políticas neoliberales antiinflacionistas (Thatcher en GB, Reagan USA), disminuyendo los gastos del Estado a través de la privatización de empresas estatales y reduciendo las prestaciones sociales, y, al mismo tiempo, con un incremento de los tipos de interés, intentando provocar, con la consecuente disminución de la circulación monetaria, el descenso de las inversiones, del ahorro, de la demanda y de los precios para provocar, a la larga, un descenso de la inflación (y de los impuestos). A finales de los 90 se apreciaba ya una recuperación de la economía. En otros países de Europa Occidental se aplicaron políticas social-demócratas en la lucha contra la crisis en un intento de mantener el Estado del Bienestar, especialmente a través de la intervención del Estado en una serie de empresas (investigación, sanidad, educación, recursos naturales), sin hacer la competencia a empresas privadas del mismo sector y, por lo tanto, estableciendo una presión fiscal alta. También en estos casos llegó la recuperación económica a fines de los 90 aunque las bases del Estado del Bienestar quedarían alteradas.

La evolución de los EEUU

                            EEUU, líder del bloque capitalista, la primera potencia económica mundial, después de la IIGM incrementó su influencia económica, política y cultural. La guerra supuso una mínima destrucción y la recorvensió en una economía de paz fue muy rápida en el marco de la tercera fase de la revolución industrial. El continuo desarrollo del capitalismo monopolista, gracias al incremento de la demanda tanto por parte del mercado exterior como del interior, convirtió a EEUU en el principal productor y exportador de bienes y servicios a través de sus multinacionales, y en el centro financiero internacional incrementando la exportación de capital y creando amplias áreas de influencia económica en el Japón, Europa Occidental, Centro y Sudamérica, el Próximo Oriente, Asia (Pak, Tai, Filip, Viet del sur, Corea del sur, Formosa...) y África. La propaganda publicitaria, los créditos y la mejora del nivel de vida permitieron el establecimiento de la sociedad de consumo, es decir, una sociedad que, más que utilizar los bienes que ha comprado, los consume rápidamente para reemplazarlos por unos de nuevos en una espiral de comprar, usar y lanzar en la que se disfruta no tanto de la utilización del producto como de la compra en sí misma. Del que se trata no se de comprar el producto que necesitas, sino de darte la satisfacción de comprar, y de demostrar que lo puedes hacer, adquiriendo cosas aunque su necesidad sea más o menos secundaria. Así, algunos de los bienes que hasta entonces eran considerados de lujo se convirtieron en una necesidad básica para una parte importante de la población. La prosperidad económica elevó las rentas de la clase dominante (rentas de 100.000 dólares/año) y mejoró las condiciones de vida de la clase mediana (profesionales liberales y asalariados cualificados) y obrera blanca (asalariados que llegaron a tener una media de ingresos anuales de unos 9000 dólares/año). La mejora del nivel de vida de la población obrera blanca seguramente les compensó de la restricción de derechos sindicales (en USA el sindicalismo será mayoritariamente apolítico), concretamente en el sentido de las limitaciones del derecho de huelga segun la ley de Taft-Hartley aprobada en 1947 (que es la que regula todavía los derechos laborales en los EEUU), con el fin de desactivar el movimiento sindical (obligación de avisar con 80 días antes de iniciar una huelga, derecho de veto presidencial ante "huelgas peligrosas" para la seguridad nacional y elecciones de dirigentes sindicales no afiliados a "asociaciones subversivas" ). El que no haya el derecho a la afiliación sin despido, esté prohibido el boicot por solidaridad y falte protección del trabajador ante el despido por huelga legal, hace que la tarea afiliativa haya sido difícil (además de la gran fragmentación sindical con políticas, a veces, contrapuestas, y sin posibilidad de una negociación colectiva a nivel federal), de tal manera que el nº de sindicalistas disminuyó progresivament desde los años 40, sobre todo en el sector privado, en medio de un desprestigi cada vez más grande: los sindicatos, a pesar de su papel discreto y limitado, no tenían (ni tienen) buena prensa, especialmente entre los republicanos.

Después de la guerra, la alta burguesía norteamericana estableció un estilo propio de su condición de vida privilegiada, que el resto intentaba imitar: eran los waps (white anglo saxó protestante), la etnia blanca americana (que en muchos casos se creía superior) y la principal beneficiaria de la prosperity. Esta prosperidad permitió un aumento significativo de la clase mediana, con más ingresos por la incorporación de la mujer al trabajo remunerado, mejoras salariales, seguros de jubilaciones (planes de pensiones) y sanidad privada (seguros médicos), mientras se mantenían los niveles de pobreza de la población negra (con rentas inferiores a los 6000 dólares anuales), incrementándose las desigualdades sociales. Hacia 1960 entre el 20 y el 25% de las familias, mayoritariamente negras, eran pobres y tenían una esperanza de vida inferior a los blancos (en 1970, 63 años frente a 70) porque, también, vivían en barrios marginados en los cuales la delincuencia y la droga, además de la facilidad para la compra de armas, suponían tasas de violencia y mortalidad elevadas.

Estados Unidos era después de la guerra una República Federal con una democracia limitada por la existencia de leyes racistas hasta los años 60, en la que imperaba el bipartidismo entre los liberales más conservadores -los republicanos- y los liberales más aperturistas -los demócratas-. El presidente de la República es también el presidente del gobierno y tiene amplios poderes ejecutivos y legislativos (propone leyes, tiene derecho de veto de las leyes votadas en el Congreso, elige a los ministros, dirige el ejército y la política exterior). Los Estados Federales, que tienen su propia Constitución, poseen amplias competencias aplicables en su territorio. El Estado Federal se encarga de la moneda y las relaciones exteriores. Truman y Eisenhower fueron los presidentes durante la primera fase de la Guerra Fría y la política que aplicaron fue de mano dura y restricción de derechos (prohibición del Partido Comunista) encaminada a acabar con el movimiento obrero y todas las organizaciones sospechosas de prácticas antinorteamericanas, o sea, con la oposición de izquierdas. La denominada cacería de brujas dirigida por el general McCarthy consistía en la persecución y depuración de toda persona considerada simpatizante del comunismo y estuvo especialmente dirigida contra los intelectuales y miembros destacados de la cultura (novelistas, directores y actores del cine).

La oleada represiva empezó a ceder terreno con la elección del presidente demócrata J.F.Kennedy (1960-63) y continuada después de su asesinato por L.B. Johnson. Presentarse ante el mundo como el gran defensor de la libertad y la democracia y mantener en el interior del país millones de personas con derechos civiles limitados y sin derecho de voto era una contradicción insostenible mientras se enfrentaban a la carrera espacial contra el enemigo soviético. Pero, además de este factor externo, Kenney impulsó un nuevo programa, denominado la Nueva Frontera, que, entre otros, tenía como objetivo luchar contra la pobreza y la segregación racial para asegurar una mayor estabilidad social en el interior del país en un momento en que la contestación y la oposición al sistema aumentaba. En efecto, las desigualdades sociales entre pobres-ricos, blancos-negros, hombres-mujeres, junto con el impacto de la elevada mortalidad de miles de jóvenes norteamericanos en la guerra de Vietnam, había creado un movimiento social en pro de una mayor igualdad y de oposición al conservadurismo político e ideológico que imperaba en muchos temas, reivindicando la legalización de ciertas drogas -en esta época no se conocían sus efectos devastadores-, el derecho a los anticonceptivos y al aborto, la abolición de la pena de muerte, la lucha contra el machismo y la segregación racial.

Este último tema era el problema que se consideraba más importante y que más repercusión social tuvo puesto que afectaba al 12% de la población americana, la población negra, mayoritariamente pobre, que en 1958 cobraban como media el 58% del salario de un blanco, tenían un índice de paro mucho más elevado, y no disfrutaban de los mismos derechos civiles ni políticos (carecían de derecho de voto). La supresión de la esclavitud en 1868 no había supuesto la igualdad entre negros y blancos, los negros (y otras minorías no blancas) estaban segregados, es decir, las comunidades estaban separadas en los espacios públicos e institucionales que sólo podía utilizar cada comunidad en esclusiva: escuelas (con maestros) para negros y escuelas para blancos, hospitales (con médicos, enfermeras....) para negros y hospitales para blancos, bares para negros y bares para blancos, asientos del autobús para negros y asientos para blancos, fuentes de agua "only colored" y fuentes de agua "only white", vagones separados en los trenes, bancos separados en los parques, entradas y zonas diferentes o exclusivas para una u otra raza en comercios, restaurantes, cines, museos, night clubes etc, etc...Y la realidad era que las instituciones públicas para los blancos recibían mucho más dinero que las destinadas a los negros que, sin a penas formación educativa, mantenían cuotas elevadas de analfabetismo, por lo cual la proporción de médicos negros o de otras profesiones liberales era muy pequeña. De este modo, las desigualdades entre las dos comunidades eran, tal como se ha indicado, abismales, especialmente en los Estados del sur donde las llamadas leyes de Jim Crow se aplicaban rigurosament. Las leyes de Jim Crow eran leyes promulgadas entre 1876 y 1965, que establecían la segregación racial en todas las instalacions públicas según el lema "separados pero iguales" y se aplicaban a los estadounidenss negros y a otros grupos étnicos no blancos.

En 1955, en Misisipí, el asesinato del joven Emmett Till (por haber mirado provocativamente o silbado a una mujer blanca), a manos de dos blancos que fueron juzgados y declarados inocentes por el jurado formado por blancos, y la acción ese mismo año de Rosa Parks que se negó a levantarse del asiento de un autobús para que se pudiera sentar un hombre blanco (arrestada y sentenciada para violar la ley), están considerados los dos detonantes del movimiento pro derechos civiles contra las leyes racistas, inaugurando una época especialmente convulsa, de fuerte conflictividad social en la historia de los EEUU, mientras miles de soldados -mucho de ellos negros- habían muerto en defensa de la patria y la libertad en la IIGM y contiuaban muriendo en Vietnam. La oposición social tenía diferentes vertientes, utilizó diversos medios de actuación y consiguió resultados desiguales.
El movimiento contra el racismo fue liderado por M.Luther King quien pretendía acabar con la segregación racial pacíficamente, en la marcha sobre Washington (1963) fue donde pronunció el famoso discurso "Yo tengo un sueño". Es la época de la reivindicación de lo negro, de estar orgulloso de la raza negra ("lo negro se bello") y del Black Power, porque no todos los líderes eran partidarios de la no violencia (en la misma marcha se sintieron voces mucho más agresivas contra la política de Kennedy); el movimiento de los Black Muslins, comandado por Malcon X durante un tiempo, perseguía crear Estados independientes en el sur de los EEUU para la población afroamericana y rechazaba la no violencia, y el de las Panteras Negras (organización fundada en 1966) era todavía mucho más radical puesto que luchaban no solamente para conseguir la igualdad de derechos sino también una igualdad de rentas (afines al marxismo), no luchaban para igualarse a los blancos sino contra la sociedad de clases, contra el dominio de la clase dominante (blanca), es decir, la revolución, utilizando métodos violentos (la radicalización de sus posturas comportó que su organización fuera duramente reprimida por el gobierno -el FBI- y esto provocó su pronta desaparición). En cualquier caso, los dos protagonistas citados de esta lucha murieron en la década de los 60, asesinatos (al igual que otros muchos activistas por la igualdad de derechos civiles): Malcon X (en el 65) y Luther King (en el 68), pero también el mismo Kennedy (en el 63) y su hermano Robert (en el 68) fueron asesinados, demostrando la dureza en la toma de posiciones de la lucha en que la sociedad americana se vio inmersa en aquellos años.

La década de los sesenta conoció otros movimientos de contestación social: a mediados de la década, grupos de mujeres feministas recomenzaron la lucha por su liberacióa través del women's lib contra el machismo social de facto, en el trabajo y en la familia, y el derecho al uso de anticonceptivos y al aborto.

El movimiento hippie (iniciado en 1964) preconizaba la no violencia y la libertad sexual (Haz el amor y no la guerra), la lucha contra el consumismo y el regreso a la naturaleza (algunos se fueron de las ciudades y vivían en comunas donde trabajaban el campo y producían lo que necesitaban).

Después de la Segunda Guerra Mundial, norteamericanos de origen mexicano y puertorriqueño fueron objeto de discriminación en Estados Unidos al igual que inmigrantes llegados de Cuba, México y América Central, a menudo sin capacitación laboral y sin saber hablar inglés. El ejemplo del activismo afro-norteamericano, en particular, enseñó a los chicanos la importancia de la política de presión y los hispanos empezaron organizarse y a participar también activamente en la política. También al observar el desarrollo del nacionalismo en el Tercer Mundo y el progreso del movimiento de derechos civiles en la década de 1960, los norteamericanos nativos, los descendentes de los indios, adoptaron una actitud más militante para defender sus derechos. Una nueva generación de dirigentes acudió a los tribunales para defender lo que todavía quedaba de sus tierras tribales o para recobrar las que les fueron arrebatadas en otras épocas, a menudo en forma ilegal

Como resultado de esta conflictividad social se consiguió el fin, al menos teóricamente, de la segregación racial. El nuevo presidente Johnson continuó la política integracionista de Kennedy y en 1964 se aprobó la Ley de Derechos Civiles, según la cual se prohibía la segregación racial en las escuelas, en el puesto de trabajo y en instalaciones públicas en general. Al año siguiente, 1965, se aprobaba la ley del derecho de voto en todas las elecciones federales, estatales y municipales. También se creó un programa de ayudas sociales a los más desfavorecidos. En 1961 Henry B. González fue el primer hispano elegido como representante en el Congreso (Texas). Y el movimiento de los norteamericanos nativos, los indios, consiguió impugnar las violaciones a varios tratados en cada uno de los estados y conquistaron la primera de sus muchas victorias en 1967, al obtener el reconocimiento de sus derechos sobre tierras y aguas que siempre les habían sido negados (el Movimiento Indígena Norteamericano -AIM-, fundado en 1968, ayudó a canalizar fondos del gobierno a organizaciones controladas por amerindios. Pero la reacción de una parte de la sociedad norteamericana a la oleada de contestación de la década de los 60 fue la de acentuar su conservadurismo, con lo cual la aplicación de las leyes contra la segregación racial fue muy lenta, manteniéndose en la práctica un fuerte racismo. La Ley de Ayuda a la Educación se promulgó en 1975 pero la Ley de Vivienda y Autodeterminación para Norteamericanos Nativos no llegó hasta 1996 (el primer norteamericano nativo obtuvo un escaño en el Senado -por Colorado- en 1992). La lucha feminista se ridiculizaba y condenaba (1965, aprobación de los métodos anticonceptivos -la píldora, considerada por muchas mujeres como un paso importantísim del alliberació femenina-, 1973 legalización del aborto). Por su parte, el movimiento hippie era lentamente absorvido y asimilado por la sociedad americana mercantilizando su estética (se venderían pantalones con agujeros para imitar los vaqueros desgastados por el uso de los hippies), y convirtiendo sus ideales en populares slogans publicitarios, perdiendo su significado ya sin conexión con la creación de una sociedad alternativa. Los grupos feministas continuaron reivindicando una mayor igualdad ante la persistencia de la discriminación de facto (entre otras reivindicaciones, la de a igual trabajo igual salario) y el movimiento hippie fue desactivándose a medida que los jóvenes rebeldes (muchos de ellos de clase alta) abandonaban sus postulados para incorporarse a la sociedad tradicional.

La evolución de Europa Occidental

                    Recordemos la evolución económica de los países capitalistas industrializados, como es el caso de Europa Occidental, donde, después de la crisis de la posguerra (1945-50) tuvo una recuperación rápida (al contrario que la posguerra de la IGM) y pudo iniciar la fase expansiva (1950-73) debido al Plan Marshall, la aplicación de la tercera fase de la industrialización y la intervención creciente del Estado en la economía (nacionalizaciones y planes de desarrollo). El crecimiento económico, debido, fundamentalmente, al aumento de la productividad, permitió que la estructura económica de los países más desarrollados de Europa se aproximara a la de los EEUU, con la disminución de las actividades agrícolas y el aumento del sector industrial y de servicios. La prosperidad económica y la presión de un activo movimiento obrero en medio del clímax de La Guerra Fría, conducirían al Estado del Bienestar, con la extensión a toda la ciudadanía de subsidios de paro, por larga enfermedad y pensiones de jubilación, una Sanidad y Educación pública y gratuita y viviendas sociales o ayudas en la adquisición de vivienda. La crisis del petróleo que inaugura la fase recesiva (1973-95), incrementó el Déficit Público e iniciaría la crisis del Estado del Bienestar con recortes progresivos de todos aquellos beneficios sociales.
La expansión económica fue acompañada de un fuerte crecimiento demográfico hasta los años 70, debido al aumento de las tasas de natalidad (el baby boom), a partir de entonces, se inicia un estancamiento demográfico caracterizado por el descenso de las tasas de natalidad, llegando a niveles muy parecidos a los de las tasas de mortalidad. El movimiento de población más significativo de los años 60-70 correspondía a las migraciones internas entre diferentes países europeos, principalmente la emigración de los estados del mediterráneo, menos desarrollados, hacia a los países más industrializados(Alemania, Suiza, Holanda, Francia).
En los años 50-70, la mejora de las condiciones de vida permitió disminuir las desigualdades sociales entre el proletariado y las clases medias (que aumentaron) aunque se mantenía una larga distancia con la alta burguesía (la jet set), y quedaban bolsas de pobreza. La sociedad de consumo llegaba a Europa.

Los Estados de la Europa Occidental capitalista (excepto las dictaduras militares de Grecia, España y Portugal) son democracias liberales parlamentarias y pluripartidistas, aunque con dos fuerzas políticas fundamentales que a lo largo de estos años se turnaron en el poder: los liberales demócrata-cristianos, conservadores (los Populares), impulsores del crecimiento económico, y los reformistas social-demócratas (los Socialistas) impulsores del Estado del Bienestar; estas dos fuerzas políticas estuvieron enfrentados hasta los años sesenta a los comunistas (con un peso político diferente según los países, importante en el caso de Francia e Italia). En los primeros años de la posguerra se constituyeron en muchos países gobiernos social-comunistas, pero fueron expulsados del poder como condición a la ayuda norteamericana y fueron sustituidos por gobiernos conservadores de marcado carácter anticomunista en la primera fase de la Guerra Fría. Desde la crítica al stalinismo y el distanciamiento con la URSS en la década de los 60, los partidos comunistas occidentales abandonaron los postulados marxistas y revolucionarios de la dictadura del proletariado y se convirtieron en partidos reformistas -el eurocomunismo- que los aproximó a los partidos socialistas. Con su apoyo y el clima internacional de la distensión o coexistencia pacífica, los socialistas suben al poder en muchos gobiernos europeos y se mantienen durante gran parte de la década de los sesenta. En estos años, coincidiendo con los movimientos contestatarios de los USA, en Europa Occidental surgen movimientos de protesta y grupos de extrema izquierda revolucionarios, trostkistes o maoístas, contra la sociedad de consumo, conformista y conservadora, y, aunque tenían poco apoyo social, tuvieron fuerte influencia cultural en el comportamiento de la juventud (libertad sexual, canción protesta, nueva indumentaria, ecologismo...). La revuelta francesa de mayo del 68 ("prohibido prohibir", "la imaginación al poder", "Seamos realistas, pidamos lo imposible") será el momento culminante del movimiento contracultural europeo.

                   A pesar de que la ayuda de los EEUU fue muy bien acogida por los gobiernos occidentales, la influencia-injerencia norteamericana pronto despertó deseos de independencia contra la competencia económica y el dominio político de los EEUU, además del interés en recuperar un papel más significativo en las relaciones internacionales. Por otro lado, franceses y alemanes eran conscientes que pelearse en guerras para disputarse la hegemonía continental solamente había beneficiado a los EEUU que eran ahora la potencia mundial indiscutible. De este modo, en la segunda mitad de la década de los cincuenta, surgió el proyecto de crear un nuevo Estado, resultado de una Europa occidental unida: la Unión Europea. Esta fue una propuesta, en principio sorprendente, por parte de los que hasta hacía pocos años antes eran enemigos encarnizados, y que por esto llegará a ser forzosamente lenta (todavía estamos inmersos en la integración política): unos Estados Unidos de Europa con todo lo que supone de pérdida de independencia nacional y de creación de un nuevo sentimiento nacional comunitario que se presentaba a unos pueblos que tenían heridas muy recientes y que acumulaban un odio que difícilmente olvidarían en poco tiempo.
El proceso se va ido haciendo a través de una serie de tratados: el primer paso de cesión de cierta soberanía a un organismo supranacional fue la creación de la Comunitat Europea del Carbón y el Acero (CECA, 1951) entre Francia, Alemania, Italia, Bélgica, Holanda y Luxemburgo que renunciaban a la soberania de gestión sobre estos sectores y ponían la producción del carbón y el acero bajo una autoridad común. El segundo, la firma del Tratado de Roma (1957), según el cual se constituía la Comunitat Económica Europea (CEE) el objetivo del cual era, una vez establecido un mercado común entre los estados miembros, ir hacia la constitución de los Estados Unidos de Europa con instituciones políticas comunes. El Reino Unido no quiso participar para preservar su independencia e impulsó la creación de la Asociación Europea de Libre comercio (EFTA) con Portugal, los Países Escandinavos, Suiza y Austria, sin objetivos de unión política, pero ante un crecimiento económico mucho más grande del CEE, en 1967 se produce la unión de las dos organizaciones dando lugar a la Comunidad Europea a la que se adhirieron Gran Bretaña, Irlanda y Dinamarca en 1973. Cuando lo hicieron Grecia (en 1981) y España y Portugal (en 1986), la Europa de los Quince quedaba constituida (años después se añadirían otra serie de países hasta llegar a 28). En 1986 se firma el Acta Única Europea, tratado destinado a eliminar las trabas a la libre circulación de personas, capitales, mercancías y servicios dentro de las fronteras de la UE a partir de 1993, que da lugar al mercado único: el MCE. El Tratado de Maastrich de 1992 establece, entre otros, la moneda única, que entró en vigor en el 2002 (excepto en G.B., Dinamarca y Suecia), la creación de un banco central europeo en 1999, y una política exterior y de seguridad común (también se aprobó el concepto de ciudadanía europea), por lo cual se dio un gran impulso al proyecto de la unión monetaria, económica y política en el amplio territorio supranacional que constituye la UE, un espacio capitalista regulado por la intervención del Estado, con una sociedad clasista donde predomina la clase media, y un sistema de democracia liberal con dominio de los partidos centristas (liberales de centro-derecha y reformistas de centro-izquierda).
Hasta ahora, sin embargo, ha sido la integración económica la que ha conseguido los éxitos mayores, seguramente porque es el terreno en qué era más fácil que los Estados renunciaran a parcelas de su soberanía y donde la susceptibilidad de los europeos (de la generación que vivió la guerra) hacia los vecinos era menor. La unión política ha sido, por lo tanto, mucho más lenta y todavía está en pleno proceso de implantación, ha atravesado grandes dificultades, se enfrenta a una grave oposición (los euroescépticos) y aún tiene que resolver problemas organizativos de gran relevancia : la cuestión de las regiones, un marco constitucional ¿federal, confederal, más unitario?, el ejército europeo, centralización de la política exterior, y la principal: las reticencias, miedos, preferencias e intereses de cada Estado, sin olvidar la falta de entusiamo que en la población europea, en general, despierta el proyecto. El proceso político se ha basado en la creación de una serie de instituciones que se han ido perfilando como las de una Confederación de Estados, y que se han creado y se han reformado según los acuerdos y las necesidades. En oposición a este proceso de integración política, se encuentran partidos neoliberales y, especialmente, la extrema derecha, contraria a la inmigración y a aumentar la cesión de poder político a la Comunidad Europea (y que ha ido ganando posiciones), y también partidos de izquierda porque consideran que las instituciones de la UE responden a los interesos del capital (y, además, su funcionamiento, hasta la época que estudiamos, no ha sido muy democrático dado que el poder legislativo no estaba en manos de los representantes de los ciudadanos, es decir, del Parlamento, que tenía tan sólo carácter consultivo o de asesoramiento).

La evolución interna de los países comunistas del Europa del Este (1950-91)

La URSS


             Stalin, acabada la IIGM, está obsesionado porque cree que la URSS está siendo acosada por los EEUU, especialmente hasta que perdió la exclusividad del armamento atómico; la rivalidad entre ambos países la hemos estudiado en las relaciones internacionales de la Guerra Fría. Stalin practicó una política de contención del enemigo, segun los límites de la influencia establecidos en las conferencias de finales de la IIGM, y evitar la expansión (caso del bloqueo de Berlín el 1948), con el sistema de alianzas militares y políticas ya comentado. En política interior Stalin reprimió cualquier actividad considerada antisoviètica, es decir, contraria o, simplemente, crítica a las directrices emanadas por el dictador, justificando esta política represiva por la necesidad de impedir cualquier fractura en la unidad nacional que pudiera ser aprovechada por la infiltración de espías del enemigo capitalista (aun así, la persecución de los opositores políticos no llegó a los extremos de la década de 1930, y, además, desde 1950 se encontraba gravemente enfermo). Por otro lado, la URSS había salido de la guerra con un enorme prestigio por el triunfo sobre el fascismo, pero con una economía en crisis por las numerosas pérdidas materiales y humanas. Los soviéticos, a base de un gran esfuerzo y estimulados por la propaganda gubernamental o por el propio orgullo y entusiasmo patriótico y nacionalista de demostrar en el mundo su fortaleza, se fijaron la tarea de la reconstrucción económica que marcaría la coyuntura del primer decenio (1945-55). Simultáneamente, se desarrolló el programa nuclear que permitió que el país se convirtiera en la segunda potencia mundial de armas nucleares y se inició el programa espacial.

A partir de mediados de los cincuenta se inicia una época de prosperidad (1955-1980) provocada por una coyuntura de expansión económica en la que la URRS se convierte en una potencia económica, la primera del bloque comunista, la segunda del mundo. La Unión Soviética fue, después de Japón, la economía de mayor crecimiento. La planificación estatal económica (Planes Quinquenales) continuó, aunque a partir de 1965 hay una cierta descentralización y una menor intervención estatal en las empresas que disfrutan, por lo tanto, de más autonomía. El crecimiento económico supuso el aumento de la producción agrícola (debido al incremento de la superficie agrícola y no por una mejor rentabilidad), y de la producción industrial (sobre todo de la industria pesada y, en menor cantidad, de bienes de consumo, especialmente de viviendas -la guerra había dejado sin techo a 25 millones de soviéticos-), puesto que los adelantos tecnológicos (y la inversión) se aplicaron especialmente a la industria de bienes de equipo, armamentista y espacial. Es por esto que los bienes de consumo soviéticos (electrodomésticos, ropa, coches...) eran sencillos y se innovaron muy poco a lo largo de estos años (no había competencia, por lo cual no había mucha preocupación por las cuestiones relativas al diseño, y no existía la influencia de la moda). En algunos bienes considerados de lujo (como un coche) había mucha más demanda que oferta por lo cual eran caros y se tenía que esperar años -quizás 10- en una larga lista para conseguir uno. A diferencia del aislamiento y de la autosuficiencia anterior, el mercado exterior soviético se amplió por todo el territorio de las democracias populares.
En esta época, la población soviética aumentó numéricamente y mejoró el nivel de vida gracias a los incrementos salariales, los servicios sociales subvencionados por el Estado (sanidad, educación, transporte y vivienda), y el aumento de la producción de bienes de consumo, especialmente entre los trabajadores industriales y del sector servicios (en la década de 1960, casi todos los niños soviéticos tenían acceso a la educación primaria y secundaria. El acceso a la educación superior era limitado -sólo el 20% de los aspirantes eran aceptados-, el resto ingresaba en el mercado de trabajo o aprendía un oficio en una Escuela Técnica). Aunque los altos cargos de la administración y del PCUS disfrutaban de una posición que los permitía tener acceso a unas condiciones de vida muy por encima del resto de la sociedad, esta diferencia se disimulaba y quedaba oculta para no contradecir el espíritu de la igualdad socialista; en principio, afectaba a una minoría de la sociedad y, en teoría, no generaba la constitución de una clase dominante, además, dado el secretismo de la vida privada de los dirigentes, el resto de la sociedad no tenía elementos para dudar de la igualdad del nivel de vida de la mayoría de la población. En este sentido, aunque existían desigualdades, eran relativamente pequeñas, exceptuando el caso comentado de los dirigentes estatales o los altos funcionarios o burócratas -la nomenklatura- que obtenían privilegios y beneficios personales a expensas del cargo. Las diferencias salariales, por ejemplo, entre un obrero no especializado y el director de una fábrica estatal podían ser de 80 a 350 rublos, es decir, 4 veces más, pero cómo que toda la población tenía acceso a los mismos servicios sociales (aunque los profesionales de más prestigio -como los médicos- o los cargos intermedios del Partido Comunista obtenían los beneficios sociales más rápidamente o más fácilmente), vestían de forma similar (no había gran variación de modelos), muchos vivían en pisos estatales donde tenían lavadora o TV muy parecidas ( había dos o tres marcas), comían lo mismo (los alimentos eran baratos) e iban a los mismos espectáculos (también muy baratos), se podría hablar de una sociedad bastante homogenea. La IIGM había provocado una gran mortalidad, especialmente masculina, y las mujeres ocuparon todo tipo de puestos de trabajo (en muchas localidades, durante la posguerra, había un 80% de mujeres), pero no había diferencias laborales entre mujeres y hombres. Parecía pues, que la transición hacia el comunismo, a nivel económico y social, iba adelante tal como afirmó Kruschef en 1962.
Pero políticamente, la evolución de la URSS no se dirigía hacia una democracia comunista, sin dictadura del proletariado ni Estado, de hecho, la dictadura personal continuó después de la muerte de Stalin (1953) a pesar de la condena (durante el XX Congreso del PCUS) al abuso del poder, al "culto a la personalidad" y a la persecución política stalinista que su sucesor, Kruschef (1953-64), hizo públicos. Kruschef dirigió una serie de reformas económicas (descentralización, más inversiones en la agricultura), sociales (incrementos salariales, gran construcción de viviendas) y políticas (el fin de la sistemática represión ideológica y política en el interior y la coexistencia pacífica en el exterior -aunque manteniendo el control sobre las Democracias Populares -Hungría 1956-), con el fin de debilitar la burocracia, mientras proseguía con éxito la carrera espacial (Gagarin, el primer cosmonauta); pero surgió una oposición a la política reformista por parte de los sectores inmovilistas (de la jerarquía del PCUS, que disfrutaban de privilegios y poder y temían perderlos) que, juntamente con el fracaso de la política agraria (debido, en parte, a malas cosechas), y la derrota diplomática en el exterior (crisis de los misiles en Cuba), provocaron la caída de Kruschef. El nuevo dirigente, Bresnev (1964-1982), continuó la política de coexistencia y entendimiento con los Estados Unidos, pero practicó la llamada doctrina de soberanía limitada (1968), según la cual si la URSS entendía que en un país de su área de influencia había fuerzas de alejamiento del socialismo, esto afectaba a todos los países comunistas y, por lo tanto, sería necesaria la intervención del Pacto de Varsovia para la defensa del socialismo (así se justificaría la invasión en Txecoeslovàquia de 1968). La intervención en Afganistán (1979) provocaría la revitalización de la Guerra Fría. En política interior, por primera vez, hubo un gobierno colegiado, un triunvirato, pero no continuó la política reformista aumentando el poder de la nomenklatura, provocando descontento entre un sector de la población -los disidentes, la mayoría intelectuales, como el físico Sakharov, el historiador Medvedev y el escritor Solzenitzin- (es difícil precisar la influencia social que podían tener), cada vez más insatisfechos por la carencia de libertades políticas y la falta de transparencia gubernamental (denunciando los casos de fraude y corrupción y la situación privilegiada de la élite dominante, cosa que provocó represalias por parte del gobierno).

Desde 1980 se inicia la crisis del sistema soviético (1980-1990), especialmente en el orden económico, pues se hace evidente la desaceleración del crecimiento en algunos sectores y el desequilibrio entre una demanda de bienes de consumo cada vez más grande y una producción cada vez más insuficiente para abarcarla. El contacto (muchas veces clandestino) con la Europa Occidental y el deseo de mejorar el nivel de vida explican el aumento del descontento social en algunos sectores de la población. Los nuevos dirigentes se enfrentan a Reagan en la cursa armamentista y se vuelve a los tiempos duros de la Guerra Fría (es cuando la Unión Soviética fomenta una serie de intervenciones de apoyo a movimientos revolucionarios en el Tercer Mundo y en Afganistán), lo que obliga a mantener fuertes inversiones en el aparato militar y la industria armamentista desviándolos de la producción de bienes de consumo que podrían mejorar el nivel de vida de la población. Los problemas de la economía planificada tal como funcionaba eran muy patentes: burocratización excesiva, déficit público y pocos estímulos para el crecimiento de la productividad, de la eficacia, y de las innovaciones, lo que comportaba retraso tecnológico y estancamiento de las condiciones de vida. Con la planificación centralizada las empresas acostumbraban a menudo a formular demandas de material (materias primeras, maquinaria y mano de obra) en exceso porque si no se cumplían los objetivos del Plan, el director de la fábrica podía tener problemas. Por ejemplo, comparando los gastos energéticos con Occidente, encontramos que, en 1980, para producir mil dólares de PNB, en Rusia se necesitaven 1.490 Kg. de carbón mientras que en G.B se necesitaban 820 o Alemania 565 (Jan Winiecki: Las distorsionas en las economías de tipo soviético). La URSS havía acabado estando retrasada en sectores de alta tecnología, como la robótica, la electrónica, telecomunicaciones, fibra óptica, etc.

El 1985 Gorbachov es elegido secretario general del PCUS y pone en marcha un amplio programa reformista enfrentándose tanto a los sectores inmovilistas como a los que deseaban el paso rápido a un sistema más democrático y de orientación capitalista. La necesidad de reformas se hizo evidente después de la catástrofe nuclear de Chernobil en Ucraina el 26 de abril de 1986, demostrando la ineficacia tecnológica soviética, mientras las campañas militares en Afganistán hacían patente la incompetencia del ejército. Todo esto provocó una cierta desmoralización en algunos sectores de una población ya afectada por los desequilibrios económicos, y la desconfianza de otros, más sensibilizados políticamente, hacia los continuos éxitos de la Unión Soviética de los que hablaba la propaganda gubernamental .
El programa -la perestroika- incluía reformas en la economía socialista (empresas estatales con mucha más autonomía, más responsabilidad en los resultados y más exigencia, con incentivos personales de producción, cooperativas de trabajadores e inversiones en mejoras tecnológicas) y la introducción de una cierta economía mixta al permitir la creación de empresas de servicios, de la industria manufacturera y dedicadas al comercio exterior, de propiedad privada. Las reformas políticas -glasnost, transparencia informativa- suponían suprimir la censura, establecer la libertad de religión, de expresión, de prensa y de imprenta y poder crear organizaciones políticas al margen del PCUS. En las relaciones exteriores se proponen conversaciones con los EEUU de cara a la distensión y el desarme, y el fin de las ayudas soviéticas en materia militar y económica a una serie de países (Cuba, sandinistas de Nicaragua, Vietnam y otros); respecto al resto de los países socialistas, se afirma el derecho de cada Estado a decidir por sí mismo sus asuntos (en la idea de que aplicaran también reformas, pero manteniendo el sistema socialista), poniendo fin a la doctrina del socialismo en un solo país. No obstante, el reformismo de Gorbachov generó una fuerte crisis política interna en la URSS y en el resto de países socialistas. Los primeros que se opusieron a los objetivos reformistas fueron los sectores más conservadores del PCUS, que disfrutaban de privilegios, como los dirigentes del partido, las jerarquías militares y los directores de las industrias orientadas a la producción de la tecnología militar. Los acontecimientos se precipitaron, tal como se recoge en el siguiente cuadro cronológico:

1988
  • febrero, se anunció la retirada del Ejército Rojo del Afganistán.
  • Gorbachof propuso un sistema presidencial y una nueva asamblea legislativa que se llamaría Congreso de Diputados del Pueblo.
1989
  • después de unas elecciones libres, tiene lugar la caída de las Democracias Populares en Polonia, Hungría, Checoslovaquia, Bulgaria y Rumanía.
  • Bush y Gorbachov se reunieron, se proclamó oficialmente el inicio de una "nueva era en las relaciones internacionales" y el fin de las tensiones.
  • El nacionalismo independentista iba ganando terreno en muchas repúblicas soviéticas.
  • El muro de Berlin dejaba de ser frontera entre las dos zonas (9 de noviembre).
  • En la URSS, las reformas económicas propugnadas por Gorbachof no tuvieron resultados positivos inmediatos. Aparece el paro. El déficit público, la inflación, el mercado negro y la corrupción se ampliaron. Se agravan las tensiones sociales y políticas.
1990
  • febrero, el PCUS ya no es el único partido legal y se convocan elecciones parcialmente pluralistas. En Lituania, Letonia, Estonia y Moldavia ganaron las fuerzas políticas independentistas.
  • las Repúblicas Bálticas (Lituania, Letonia, Estonia) se declaran independientes.
  • se forma una coalición de fuerzas en torno a Boris Yeltsin (quién había sido expulsado del PCUS en 1987), con el nombre de “Rusia Democrática”
  • mayo, Yeltsin fue elegido presidente del Parlamento ruso en las primeras elecciones libres y Gorvachov presidente ejecutivo de la Unión Soviética.
  • julio, en el XXVIII Congreso del PCUS, Gorbachov propuso un sistema federal menos centralizado como una solución a los crecientes problemas étnicos en la Unión Soviética (El Nuevo Tratado de la Unión que daba más libertado a las diferentes nacionalidades)
  • septiembre, cumbre de Helsinki, acuerdo entre Bush y Gorbachov por el apoyo soviético a las sanciones de la ONU (que finalmente desencadenarían la Guerra del Golfo)
  • octubre, reunificación de Alemania.
  • noviembre, los EE.UU., la URSS y otros treinta Estados firman la Carta de París, un documento que tenía como principal finalidad regular las relaciones internacionales después del fin de la guerra fría. La Carta incluía un pacto de no agresión entre la OTAN y el Pacto de Varsovia.
  • el crecimiento económico soviético de este año es negativo (del –4%).
 
1991
  • enero, la coalición internacional dirigida por los EE.UU. inició su ataque para desalojar a los invasores iraquíes de Kuwait, contando con el apoyo soviético.
  • enero, un comité para el estudio de la propuesta de Gorvachof sobre el Nuevo Tratat de la Unión empezó a trabajar .
  • marzo, resultado del referéndum en la Unión Soviética (promovido por Gorbachov): el 78% de los votantes dijo "sí" a la continuidad de la URSS (renovada según el Nuevo Tratado de la Unión, todavía no aprobado). La ceremonia para la firma del Nuevo Tratat de la Unión por parte de la República Socialista Federativa Soviética de Rusia (RSFS de Rusia) estaba programada por el 20 de agosto de 1991.
  • junio, Yeltsin es elegido Presidente de la República Socialista Federativa Soviética de Rusia (en las primeras elecciones democráticas).
  • 1 de julio, el Pacto de Varsovia queda disuelto.
  • julio, se reconoce la independencia de Lituania.
  • la inflación pasó del 5% el 1990 al 100%, favoreciendo el mercado negro y la economía subterránea.
  • 19-21 de agosto, golpe de estado de los anti-reformistas (dirigentes comunistas del propio gobierno, miembros del PCUS). Suspensión momentánea de las reformas. Manifestaciones populares de oposición a los golpistes en Moscú (encabezada por Yeltsin) y Leningrado. El golpe de estado fracasa.
  • 24-31 de agosto, los Sòviets Supremos de Ucrania, de Moldavia, de Azerbaiyán y de Kirgistán declaran la independencia respectiva.
  • septiembre, los Sòviets Supremos de Armenia y de Tayikistán declaran su independencia.
  • octubre, el Sòviet Supremo de Turkmenistán declara su independencia. Las únicas Repúblicas que continuaban en la Unión Soviética eran Rusia, Bielorrúsia, Kazajistán y Uzbekistán.
  • 6 de noviembre, Yeltsin prohíbe el PCUS
  • 1 de diciembre, Ucrania realiza un referendum y el 90% ratifica la independéncia.
  • 8 de diciembre, por el tratado de Belovesh, las repúblicas de Rusia (Yeltsin), Ucrania y Bielorrúsia se separan de la URSS y firman el tratado que creaba la Comunitat de Estados Independientes (CEI). El Presidente de la Unión Soviética, Mijaíl Gorbachov, criticó duramente esta actuación.
  • El 21 de diciembre, se añaden al CEI, Armenia , Azerbaiyan y otros seis repúblicas; solamente Georgia quedó al margen ( lo hará el 1993)
  • 25 de diciembre, Gorbachov dimite. La bandera roja soviética es arriada en el Kremlin de Moscú. La bandera tricolor de la Federación Rusa la reemplaza.
  • 26 de diciembre, el Soviet Supremo firma su auto-disolució. La Unión Soviética deja de existir.


                Parece ser, pues, que una serie de factores contribuyeron a la desaparición de la URSS y, por lo tanto, a finales de la Guerra Fría, con un único ganador: los EEUU; y sucedió en pocos meses, sin enfrentamiento directo, casi se podría decir (si no fuera por todo el trasfondo armamentístico) que pacíficamente, o incluso que ni siquiera fueron los USA los que lo consiguieron, que fueron los propios soviéticos los que acabaron con la Unión Soviética. En fin, se ha escrito mucho sobre los motivos de la caída de la URSS, y, en mi opinión, es un tema complejo porque se tienen que tener en cuenta muchos elementos: internos y externos, económicos, sociales y políticos, algunos muy lejanos, algunos estructurales y otros meramente coyunturales. Intentaré ordenarlos y resumirlos aunque ésta es, insisto en esto, una explicación con dudas y preguntas sin respuesta, que se tiene que completar necesariamente con la lectura del resto de documentos que sobre este aspecto de las causas de la caída de la URSS encontraréis en el material de consulta.

                    La revolución socialista de 1917 se había impuesto muy lentamente y con grandes dificultades en un país atrasado en todos los sentidos, sin contar con el apoyo, al menos ideológico, de la mayoría de la población (el campesinado), además del acoso del capitalismo internacional (intervencionismo durante la guerra civil), lo que significó una amenaza y una debilidad constante que los dirigentes bolcheviques neutralizaron a base de la concentración del poder (de la dictadura del proletariado, a la dictadura del PC, a la dictadura personal). Esto permitió el desarrollo económico, pasar a una economía industrializada impuesta a base de esfuerzo, de sacrificio y de miedo, que mejoró las condiciones de vida de la población, pero, sin dar tiempo a que la mayoría de la sociedad pudiera asimilar plenamente los nuevos valores que la mentalidad marxista, socialista o comunista, como queramos llamarla, suponía (igualitarismo, solidaridad, espíritu colectivo, altruismo, austeridad, fe en el progreso de la humanidad en un mundo sin clases, y libertad sin explotación, entre otros); en definitiva, en la etapa de transición del capitalismo al socialismo, la mentalidad de los millones que habitaban la URSS también se encontraba en transición, y cuando la necesidad de enfrentarse a un segundo ataque -el del nazismo-, obligó los soviéticos a unirse para defenderse de un enemigo muy poderoso, entonces, el nexo de unión no fue un valor proletario, fue el sentimiento patriótico que todavía existía firme, y el mismo Stalin recurrió a él, estimulando el nacionalismo soviético ante el enemigo invasor en la llamada "guerra patriótica" o de la "Gran Guerra Patria".
Y, después de la IIGM, vino el desafío de la reconstrucción y la presión de la rivalidad -fuera una amenaza creada o real- con el capitalismo de la primera potencia mundial. A partir de 1953, muerto Stalin, la política en gran parte continuista en el interior e intervencionista en el exterior que caracteriza los siguientes años de la Guerra Fría crea una serie de dudas y preguntas: ¿tenía razón de ser el proseguir la dictadura personal?, ¿no era demasiado peligroso continuar con el control de la población a través de organismos secretos, insistir en el adoctrinamiento forzoso, sin discusiones, sin iniciativas creativas, sin que se asumiera plenamente y libremente la nueva ideología? y, más todavía, ¿por qué se aceptó la persistencia de diferencias sociales de poder y de prestigio, la separación entre la mayoría social y una élite creada para gobernarla que estaba utilizando esta función en beneficio personal?, ¿quién tenía interés en seguir con esta situación?. Mientras tanto, la sociedad soviética, el sistema de valores de la cual todavía estaba en transición entre los valores burgueses y los valores proletarios, era cada vez más culta (en 1979 había 35 millones de doctores en la Unión Soviética, en ciencias, en filosofía, en medicina ...), y recibía cada vez más noticias de Occidente. Por otro lado, los gastos para mantener la rivalidad y la amenaza de la tercera oleada de presión externa (la Guerra Fría) iban creando vacíos en el desarrollo económico y un retraso tecnológico y productivo respecto al capitalismo occidental, aunque en los años sesenta y setenta la calidad de vida mejoró y tener las necesidades cubiertas daba paz social y aceptación conformista ante la falta de libertades.
Y así llegamos a la crisis de los ochenta, cuando la situación era ya casi insostenible porque las carencias ya eran demasiado grandes y se arrastraban desde hacía demasiado tiempo. Para entenderla nos aventuraremos a dar respuesta a aquellas preguntas que nos hemos hecho más arriba. Una crisis económica por, entre otros factores, la falta de inversiones en determinados sectores propios de la tercera fase de la industrialización desviados hacia la industria militar y armamentista, y por el fraude de muchos directivos de las empresas estatales, aprovechándose (o atemorizados) por el sistema de una economía planificada de carácter represivo. Crisis social, en el sentido de, quizás, pérdida de confianza en los dirigentes de una sociedad decepcionada por la diferencia entre lo que los dirigentes decían y la realidad, pero que no estaba demasiado acostumbrada a tener criterio propio (o, en todo caso, no podía expresarlo), y quería mantener (y mejorar) las condiciones de vida materiales. Crisis política por los nacionalismos separatistas de las repúblicas no rusas por parte de sus grupos dirigentes (que escasamente obtenían lugares importantes a nivel de la Unión porque estaban ocupados por los rusos), y que, en el momento en que las condiciones de vida empeoraron, aprovecharon el descontento de poblaciones rusificades más o menos a la fuerza para coger el poder; también tendremos que tener en cuenta la crisis política de un sistema poco representativo que, por primera vez, pudo ser criticado abiertamente (gracias a la glasnost); era una profunda crisis política especialmente por el deseo de continuar en el poder (o por el miedo a perderlo con las reformas) de la minoría elitista rusa que hasta ahora se había beneficiado, por las luchas internas que generó el enfrentamiento entre los propios dirigentes de la URSS divididos entre reformistas (Gorbachov), inmovilistas (dirigentes del PCUS, de la KGB) y pro capitalistas (Yeltsin), y porque algunos sectores de esta élite determinaron mantenerse en el poder aunque para conseguirlo hubiera que sacrificar el propio sistema socialista. Y por todo esto los soviéticos, la mayoría silenciosa hasta ahora, se encontraron de la noche a la mañana sin socialismo, quizás, porque reaccionaron demasiado tarde (agosto 1991), o porque no supieron defenderlo puesto que no estaban acostumbrados a la participación política, al pensamiento crítico y a desafiar a la autoridad, o, quizás, porque no lo valoraban bastante como para hacerlo.



Si queréis información sobre las Democracias Populares podeis consultar:



La descolonización y el surgimiento del Tercer Mundo

                     

                        La política colonialista habia disgregado las antiguas economías y distorsionado la antigua sociedad dando lugar a la aparición de la clase obrera, sectores de clases medias con los cuadros técnicos, y una burguesía capitalista vinculada a la minoría gobernante metropolitana. En los años treinta, los hijos de esta burguesía habían estado formados en la metrópoli y constituyeron una élite educada a la manera occidental que adoptó parte de la ideología predominante. El liberalismo y su sistema de valores y el nacionalismo y su idea de que todo pueblo tiene derecho a ser libre se convirtieron en los ideales políticos para muchos de ellos, y fue desarrollándose la idea de la necesidad de tener un gobierno propio, de acabar con los privilegios de las empresas metropolitanas y de la inevitabilidad de la lucha por la independencia. El espectacular crecimiento demográfico que experimentaron las colonias al ver reducida la mortalidad pero con una natalidad todavía alta (ciclo demográfico de transición),  origina un aumento importante de la población urbana y  va a producir en muchos casos una ruptura con la mentalidad tradicional que favoreció la adopción de ideologías y modelos políticos de Europa. Pero fue durante la II Guerra Mundial cuando el sentimiento nacionalista cuajó en mayor medida entre esas élites indígenas debido a una serie de factores:

  • Mchos soldados coloniales fueron movilizados en la lucha "por la libertad" frente al fascismo.
  • Alejados de sus hogares, pudieron observar el superior nivel de vida metropolitano comparándolo con el de su tierra, gracias a la explotación de sus riquezas.
  • En Asia, los japoneses fomentaron el sentimiento nacionalista independentista que estaba siendo profundamente afectado  por el fin de mito de la superioridad de la raza blanca
  • Durante la guerra, el incremento de la demanda metropolitana transformó las economias de las colonias ante la necesidad de desarrollar la industria autóctona al igual que se impuso una agricultura mucho más diversificada
  • Al acabar la contienda, la debilidad de las potencias europeas, en plena reconstrucción, imposibilitó restaurar la autoridad por la fuerza frente a los movimientos guerrilleros independentistas. Por otra parte, la represión y la corrupción son muy costosas.
  • Finalmente, el triunfo de potencias no coloniales en la IIGuerra Mundial favoreció la descolonización porque ambas eran partidarias del proceso independentista. La URSS estimuló la descolonización participando activamente en los movimientos nacionalistas a través de los Partidos Comunistas indígenas y ayudando a los Estados emancipados. La política de los EEUU, por su parte, fue mucho más cauta pues aunque le interesaba la posibilidad de ocupar nuevos mercados, temía la influencia comunista en las ex-colonias y, debido a la Guerra Fría, necesitaba la alianza con los Estados colonialistas de Europa occidental.

          Todo ello contribuyó a incrementar el desarrollo de las élites indígenas, frecuentemente en conexión con grupos metropolitanos inmigrados, que fueron las que en muchas ocasiones dirigieron los movimientos descolonizadores y la lucha por la  independencia contra la eplotación económica, la anquilosada estructura social, y el dominio político extranjero. Entre los independentistas, la difusión de la doctrina socialista supuso objetivos revolucionarios (Indochina, Indonesia) frente a otros grupos más estrictamente nacionalistas o con una dirección de matiz oligárquico. Pronto contaron con líderes carismáticos como Gandhi, Ho Chi Min, Nasser y Lumumba. Ya en 1941 la Carta del Atlántico (resultado de la conferencia entre USA y GB), estableció el "derecho de todo pueblo a ser libre" aunque mientras Rooslvelt lo proclamaba al mundo entero, Churchill lo interpretaba "al mundo dominado por los fascistas". De cualquier forma, las promesas o los ánimos dados por los diplomáticos norteamericanos a los líderes independentistas o a los soberanos indígenas durante la IIGM, supuso la resistencia de éstos cuando las potencias coloniales intentaron restablecer su autoridad. La ONU tambén proclamó en su Carta fundacional (1945) el derecho a la autodeterminación.

        Pronto, Gran Bretaña renunció a la politica de fuerza adaptándose a los nuevos tiempos (constatada la escasa rentabilidad que suponía el mantenimiento del Imperio por el elevado coste de su administración y defensa), y mientras fue concediendo la independencia política (consiguiendo crear un modelo nuevo de estructura imperial, con perdurables relaciones entre la metrópoli y los territorios coloniales cuando éstos accedieron a la independencia), continuó la dominación económica en los que serían los primeros pasos para la nueva fase del imperialismo: el neocolonialismo (la única excepción a esta política pactada fue Kenia, donde la aparición del grupo guerrillero Mau- Mau provocó una verdadera guerra colonial entre 1950 y 1956). Aunque Francia fue más reticente a la aceptación del fin del colonialismo tal como había existido hasta entonces, lentamente se fue imponiendo por las mismas razones anteriores. Además, la opinión pública de las metrópolis también se fue decantando a favor de las reivindicaciones de las colonias. De esta manera, en Asia y África, el triunfo de la doctrina anticolonialista incrementó el nacionalismo indígena y provocó la victoria de la descolonización. La derrota del Japón facilitó una primera oleada descolonizadora en Asia (1945-55), la década siguiente (1955-65) sería la de la independencia de África, no sin haber librado en muchas ocasiones una encarnizada lucha por la independencia en ambos continentes.

Al margen de la información del libro de texto, si quereis ampliar la información sobre la descolonización podeis ir a:

 

            Pero la descolonización no supuso la liberación de los pueblos ni el fin de la división entre potencias coloniales y colonias porque aunque ya en 1965 habían surgido una serie de nuevos paises, continuaban con una gran dependencia respecto a sus antiguas metrópolis, tenían Estado propio, pero seguían dependiendo económicamente de los antiguos estados colonialistas, e, inmediatamente tras la independencia, se manifestaron una serie de problemas, de los cuales los más acuciantes eran:

  • hambre: la explosión demográfica supuso, en les economies subdesenvolupades de les ex-colonies, que el número de hambrientos aumentara vertiginosamente.
  • pobreza: a causa de una economía agraria con enormes dificultades para la industrialización por el atraso tecnológico y la falta de capital (y la casi imposibilidad de acumularlo) debido a las relaciones del comercio internacional (el valor de los productos mannufacturados siempre superior al de  las materias primas y alimentos), y a que los beneficios de las minas, las refinerías y las plantaciones seguían perteneciendo a compañias extranjeras exportadoras de capital.
  • tensiones sociales: estructuras sociales de tipo patriarcal, semifeudales o tribales, con una minoría culta, la clase dirigente y dominante autóctona,que gozaba de un alto nivel de vida, poco inclinada a reformas sociales, frente a una inmensa mayoría de campesinos analfabetos que vivían en situación de extrema miseria.
  • conflictos políticos: los conflictos sociales, étnicos y religiosos (éstos últimos debido a que se mantuvieron las artificiales fronteras realizadas durante la colonización), generaban una constante inestabilidad política que impidió afianzar democracias parlamentarias imponiéndose las más de las veces dictaduras militares de distinto signo.


          Los problemas que compartían estos nuevos países conformaron lo que se llamaría Tercer Mundo (Sauvy, 1952) que, en seguida, tuvieron proyección internacional, mientras se comprobaba que la desigualdad entre los países ricos y los países pobres en vez de disminuir, iba en aumento. El Plan Colombo (1950), a instancias de Gran Bretaña, había pretendido fomentar el desarrollo de los países del sudeste de Asia (al año siguiente del triunfo de la revolución en China, para, entre otras razones, evitar la propagación del comunismo) a través de la ayuda de los païses avanzados, pero la rivalidad entre los dos bloques hizo que la ayuda de los EEUU y de la URSS fuera totalmente insuficiente. En 1955, la Conferencia de Bandung reunió a 29 paises afroasiáticos recientemente independizados que condenaron el colonialismo (impulsando la solidaridad con los movimientos descolonizadores del momento), la discriminación racial (en especial alusión a Sudáfrica) y el armamento atómico, fomentando la cooperación económica para luchar contra la fijación de los precios por parte de los países compradores en el mercado internacional y, frente a los dos bloques, proclamaron su neutralidad, és decir, la no alineación en ninguno de los dos (cosa que no siempre se consiguió). A medida que fue transcurriendo el tiempo, la realidad del subdesarrollo se fue imponiendo y la separación entre los países del llamado Primer Mundo (o Norte) y los del Tercer Mundo (o Sur, o países subdesarrollados o en vías de desarrollo o, durante la Guerra Fría, países no alineados) se fue haciendo cada vez más grande, hasta llegar a constituir, cuando acabó la Guerra Fría, en uno de los rasgos distintivos de la época actual.
El Fondo Monetario Internacional (creado en 1945) y el Banco Mundial (organismo de las Naciones Unidas) son dos organizaciones que se han dedicado a conceder préstamos a paises en situaciones económicas difíciles, a través de la concesión de créditos a bajo interes pero exigiendo determinadas reformas para conceder las sumas solicitadas como, por ejemplo, inversiones de los recursos económicos concedidos en infraestructura, educación o sanidad. Sin embargo, ambas organizaciones han sido criticadas debido al poder que estas instituciones han llegado a reunir, la dureza de las condiciones impuestas y, sobre todo, porque en ocasiones sus actuaciones han perjudicado a los paises subdesarrollados mientras beneficiaban a los desarrollados (por ejemplo, con la exportación de residuos peligrosos o tóxicos o la reubicación de industrias contaminantes de los países industriales a países en desarrollo).
La Organización para la Unidad Africana (OUA) es otra organización internacional vinculada a la descolonización; cuando fue fundada en 1963 agrupaba a 32 países del continente africano (en el 2002 fue reemplazada por la Unión Africana). Su fundación se debió al impulso de importantes líderes del Tercer Mundo como el emperador de Etiopía Haile Selassie I, Kwame Nkrumah y Gamal Abdel Nasser. En la Carta de Addis-Abeba (donde se encuentra la sede de la organización) se explicitan los objetivos esenciales de la OUA: apoyar la independencia de los territorios coloniales y coordinar las relaciones interestatales de los nuevos países tras las duras luchas independentistas, defender su soberanía, su integridad territorial y su independencia, y favorecer la cooperación internacional. La OUA fue una de las principales promotoras del boicot y las protestas diplomáticas contra Sudáfrica debido al apartheid que practicaba su gobierno (en 1994, debido al fin del sistema del apartheid, fue admitida en la organización).

 

Las características del subdesarrollo (1965-1990)

                      En la época que estudiamos, los países del Tercer Mundo tienen una economía agraria, basada en la mayoría de los casos en el monocultivo de un producto en las grandes plantaciones que practican una agricultura muy a menudo extractiva (es la que utiliza el suelo hasta agotarlo, sin reponer sus nutrientes), con la problemática añadida de la dependencia respecto a los precios internacionales de ese producto destinado a la exportación (café en Colombia o Brasil, algodón en Egipto, cobre en Chile, cacao en Ghana, carne o lana en Uruguay...). Las plantaciones han sido las grandes beneficiarias de las inversiones en el Tercer Mundo y de los planes de desarrollo (infraestructuras de regadío, abonos a precios bajos) ya que sus propietarios son los únicos que disponen de capital suficiente para introducir mejoras. Mientras, otro sector de la población practica una agricultura de autoconsumo en las pequeñas propiedades o en las tierras comunales. En general, se trata de una agricultura de baja productividad agrícola (abundan los latifundios mal aprovechados y los minifundios con escasez de medios técnicos), que determina que el ritmo de crecimiento de la producción de alimentos destinados al consumo de la población sea inferior al ritmo de crecimiento demográfico, por lo que la desnutrición de parte de esa población es una constante y en épocas de malas cosechas llegan la hambruna y la mortandad generalizadas (en los años sesenta la cifra de muertos al año por malnutrición fue de 40 millones). El sector industrial está constreñido, entre una industria ligera dependiente de la maquinaria y la tecnología de la industria pesada de los paises desarrollados (cosa que obliga al pago de costosos royalties) y las empresas extranjeras destinadas a la exportación de materias primas o energía, ya que debido a la estrechez del mercado interior (bajos salarios), la inversión de capital en empresas nacionales es poco atractiva y la clase dominante se dedica a la compra de tierras, la especulación inmobiliaria, los negocios destinados a la exportación o los préstamos). El crecimiento de los servicios en el Tercer Mundo, al revés que en los países ricos, se ha desarrollado antes que la industria (está compuesto, mayoritariamente, por servicios personales). Se trata, en definitiva, de una economía determinada por la división internacional del trabajo  que establece que el Tercer Mundo sea productor de alimentos exóticos, fuenes de energía, materias primas y minerales imprescindibles para la industria del Primer Mundo. Por ello, la economía tercermundista sufre un progresivo empobrecimiento ya que, en la época que estudiamos, los precios de los productos de exportación tienden a descender mientras los precios de los productos de importación tienden a ascender (por ejemplo, en 1965 los países del Tercer Mundo debían producir un 20% más para poder importar las mismas cantidades que en 1956). Es decir, no es que los países del Tercer Mundo no experimenten crecimiento, es que el crecimiento de los países desarrollados es muy superior, por lo que las desigualdades aumentan y, comparativamente, unos son cada vez más ricos y los otros cada vez más pobres. Otra constante de las economías tercermundistas es el incremento constante de la deuda exterior, una alta tasa de inflación, la evasión de capitales y el elevado índice de paro.
Desde los años 80 algunos países periféricos -China, India, Corea, Taiwán. Brasil...)- se separan del resto del Tercer Mundo y se aproximan -todavía de lejos- a los niveles de vida de los países avanzados. Tras la crisis de 1973, debido a que en los países desarrollados la energía era muy cara, a que el proletariado había conseguido cada vez mejores condiciones laborales, y a que la tecnología permitía aumentar la productividad empleando poca mano de obra (aunque muy especializada), se inicia la desconcentración de determinadas fases de la producción. Al Tercer Mundo se fueron aquellos procesos productivos que necesitaban mucha mano de obra. La industrialización de algunos paises del Tercer Mundo es, pues, un hecho reciente que se debe mayoritariamente a la política de deslocalización productiva de las multinacionales (dedicadas a la exportación), que buscan en los países pobres mano de obra  barata y ventajas fiscales. Los beneficios de esta industrialización terminan en manos extranjeras o en la oligarquía autóctona, lo que explica porqué los países siguen subdesarrollados, a pesar de sus índices de crecimiento. Se produce, en efecto, un fuerte desequilibrio en la economía de estos países ya que subsisten áreas económicas modernas (con alto índice de productividad), generalmente vinculadas a la exportación tal como se ha comentado, con otras de economía tradicional atrasadas, pero ambas áreas estan desarticuladas, es decir, no se complementan, permanecen aisladas y por ello los sectores desarrollados no repercuten sobre los otros provocando un crecimiento general.

                  Entre 1950-1990, las elevadas tasas de natalidad y el descenso de las de mortalidad (aunque los índices de mortalidad infantil se mantienen  altos) han conducido a la llamada explosión demográfica del Tercer Mundo, es decir, un aumento constante de la población, considerado en aquel entonces por algunos demógrafos y economistas como uno de los problemas más graves del mundo, si no el mayor. Las políticas de población de los países del Tercer Mundo buscaron ralentizar el crecimiento a base de un control de la natalidad más o menos riguroso, sea distribuyendo anticonceptivos, practicando esterilizaciones (a veces con desconocimiento de las pacientes) o, directamente, prohibiendo tener más de un hijo (caso de China). Las consecuencias de este crecimiento demográfico por encima de los recursos generados, debido a los bajos niveles de inversión, fueron el hambre y las epidemias, una desnutrición constante y una esperanza de vida corta (si la comparamos con la de los países ricos). La falta de medicamentos, de una correcta alimentación y de higiene aseguran la permanencia de enfermedades de todo tipo (algunas de ellas completamente erradicadas en el Primer Mundo como la malaria, el dengue o la diarrea -ésta última especialmente incidente en lugares como África, donde el agua potable es muy escasa), produciendo muertes, pérdida de rendimiento laboral o académico, disminución de la esperanza de vida y mortalidad infantil.
Ante la falta de futuro aparece la emigración (especialmente de los jóvenes) hacia los países más desarrollados, a pesar de las dificultades por los límites y controles que éstos establecen, y, en el propio país, a medida que aparecen islotes industrializados, se acentua el éxodo rural hacia esas zonas urbanas, a menudo superpobladas y con alto nivel de desempleo. En las ciudades de los países subdesarrollados se pueden observar los grandes edificios de los centros comerciales, las viviendas para las clases medias y los barrios marginales de chabolas del proletariado industrial y de servicios que se van construyendo y ampliando para los inmigrantes recién llegados puesto que no se produce un crecimiento paralelo de viviendas y de puestos de trabajo. De esta forma, el número de personas que vive en ciudades aumenta de manera alarmante (ciudades como México, Sao Paolo, Calcuta o Buenos Aires, pronto superaron los 10 millones de habitantes).

                     Las sociedades de estos nuevos países presentaban una gran desigualdad entre las clases con una mayoría de asalariados trabajando en las plantaciones o en las minas que viven en condiciones de extrema miseria (por los bajos salarios y sin subsidios de enfermedad, paro o jubilación), incipientes clases medias, y una minoría de propietarios agrícolas, comerciantes y altos cargos de la administración que constituyen la élite dominante (muy a menudo son castas relacionadas con las oligarquías ex-coloniales). Se trata de sociedades patriarcales complejas con una  mezcla o superposición de rasgos estamentales y clasistas sin abandonar en algunos casos características de las sociedades tribales. A ello debe añadirse un alto grado de analfabetismo y fuerte discriminación hacia la mujer que suele ser la que en determinados países realiza los trabajos que permiten la subsistencia familiar (trabajo agrícola de subsistencia, recolección de agua y leña, necesidad de ayudar o hacerse cargo de las tareas del hogar, desempeño de algunas actividades remuneradas, cuidado de los hermanos menores, etc).  En 1967 aproximadamente, una quinta parte de la población mundial (de los cuales dos tercios son mujeres) era analfabeta, y 113 millones de niños (mayoritariamente niñas) estaban sin escolarizar según un informe de la UNESCO, y la cifra ha ido aumentando. En 1978 el 73 % de la población africana, el 50 % de los asiáticos y uno de cada cuatro latinoamericanos no sabían ni leer ni escribir. En total las estadísticas mundiales señalaban que uno de cada tres adultos es analfabeto y en algunos Estados, ser analfabeto equivale a no poder ejercer los derechos cívicos (en Perú, en las elecciones generales de esa década, tres millones de personas fueron excluidas del censo de los electores porque no sabían ni leer ni escribir). Las mujeres suponen el 60 % de la población iletrada ya que se produce un gran absentismo escolar femenino. En África es muy elevado por causas como el matrimonio temprano y los subsiguientes embarazos. En las mujeres del Tercer Mundo la desigualdad de género se hace más patente que nunca: en lineas generales son las que trabajan más horas, tienen ingresos inferiores, una escolarización escasa o nula y poseen menos derechos que los hombres. Además, maltratar a las mujeres (y a los niños/as) es considerado como algo natural.

                       La economía subdesarrollada, las desigualdades sociales, las diferencias étnicas, linguísticas y religiosas han generado una constante inestabilidad politica, con episodios de largas guerras y revoluciones y contrarevoluciones que se traducen en el predominio de regímenes políticos autoritarios donde la violación de los derechos humanos (detenciones arbritrarias, utilización de la tortura institucional, ejecuciones sumarias) y la corrupción forman parte de la normalidad. Las oligarquías que gobiernan o el dictador basan su autoridad en la fuerza militar y muy a menudo los golpes de Estado son el medio de acceder al poder. Incluso en los países declarados formalmente democráticos suele ser frecuente el fraude electoral, las limitaciones de los derechos políticos y la persecución de los opositores (por ello los movimientos armados llegan a ser la única opción política de la oposición). Los derechos civiles, sociales y políticos se hallan limitados en muchos de estos paises (derechos de reunión, de expresión, de manifestación, libertad de prensa...) o son inexistentes (subsidios sociales, pensiones de jubilaciòn y de vejez, sanidad pública gratuita, educación obligatoria y gratuita). Toda esta inestabilidad y las acciones represivas gubernamentales emprendidas para controlarla provocan inseguridad, asesinatos, secuestros, movimientos guerrilleros, mafias... que aumentan la inestabilidad y la desconfianza de la población hacia las instituciones. En latinoamérica la propagación de movimientos revolucionarios (que tendrían su punto culminante en los movimientos guerrilleros organizados por el Che Guevara en los años 60), provocó la instauración de dictaduras militares por el centro y sur del continente (Honduras, Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Bolivia, Paraguay....), con el soporte directo (golpe de Estado en Guatemala, 1954) o indirecto de los EEUU (golpe de Estado contra el presidente Allende en Chile, en 1973, organizado por la CIA). Son también muy frecuentes los problemas de racismo o los conflictos étnicos como los que se dan en Sudáfrica y en la región de los Grandes Lagos, que periódicamente degeneran en genocidios y guerras civiles en los países de la zona (Ruanda, Burundi, Zaire (Congo), Uganda, Tanzania, Angola, Nigeria, Liberia, Somalia, Etiopía, Sierra Leona). En las decisiones internacionales, los países del Tercer Mundo, aunque constituyen la mayoría de las naciones independientes y concentran la mayoria de la población mundial, cumplen un papel secundario -y en ocasiones subordinado- respecto del que tienen las naciones más poderosas (que els volen atreure interessades en l’explotació de les seves riqueses).

                    Los valores tradicionales, aunque mayoritarios, están en retroceso mientras la cultura de la clase dominante sigue siendo la metropolitana que, lentamente, se va difundiendo entre el resto de la sociedad creando profundas contradicciones culturales por la mezcla de creencias y costumbres propias de culturas agrícolas o nómadas con las provenientes del capitalismo occidental. Ante la diversidad de lenguas, la que unifica a todos los habitantes es el inglés o el francés, y la educación de las élites y la formación de los cuadros técnicos y los funcionarios sigue estando en manos de la antigua metrópoli, no obstante, frente a la permanencia del colonialismo cultural, los países del Tercer Mundo reclaman tener una cultura propia (el principal problema reside en cómo conseguir que los monopolios de la telecomunicación y la informática no terminen por arrasar a las culturas autóctonas).

 

El Índice de Desarrollo Humano

                          Hasta los años 90, el concepto de desarrollo era fundamenalmente económico y el indicador básico para medir el grado de desarrollo de un país o una región era el producto interior bruto (PIB) por habitante, pero, cómo es una media, no daba información real de cómo vivía la gente (un país podría tener bastante riqueza debido a sus recursos naturales, como por ejemplo el petróleo, pero esta riqueza estar concentrada en unas pocas personas y la gran mayoría de la gente vivir en la pobreza). Por esto, pronto se fue imponiendo el Índice de Desarrollo Humano -IDH- como medida para calcular el desarrollo de los diferentes países al fijarse en la calidad de vida de las personas. Esta medida se hace a partir de tres características:

  • La salud, que tiene en cuenta la esperanza de vida al nacer, los índices de mortalidad infantil, etc.
  • La educación, con aspectos como los niveles educativos de la población o la tasa de alfabetización de los adultos.
  • El nivel económico, a partir de los datos del producto interior bruto (PIB) per cápita

 






 

Tornar a La Guerra Freda                                     Tornar a l'índex General