Evolución poética de Juan Ramón Jiménez

"Vino, primero, pura"



Vamos a estudiar la vida y la evolución literaria del gran poeta del Novecentismo, Juan Ramón Jiménez.


Para ello contamos con el famoso poema "Vino, primero, pura", escrito en 1918, un pequeño comentario sobre el mismo y un enlace a la "Fundación Zenobia y Juan Ramón Jiménez".


Después de oír el audio, leer el texto de la izquierda y ampliar información en el enlace, escoge la respuesta correcta para cada pregunta haciendo clic sobre la letra correspondiente.

J.R.J.
 


Estudio de la evolución de Juan Ramón Jiménez
a través del poema "Vino, primero, pura".


La vida de Juan Ramón fue una constante búsqueda de la palabra, de la expresión poética perfecta. Ese hecho explica los continuos cambios de tono, temática y estilo de sus poemas. El propio autor fue consciente de esos abundantes cambios y en un intento de explicarlos escribió en 1918 el siguiente poema:

Vino, primero, pura,

vestida de inocencia.

Y la amé como un niño.

Luego se fue vistiendo

de no sé qué ropajes.

Y la fui odiando, sin saberlo.

Llegó a ser una reina,

fastuosa de tesoros…

¡Qué iracundia de yel y sin sentido!

…Mas se fue desnudando.

Y yo le sonreía.

Se quedó con la túnica

de su inocencia antigua.

Creí de nuevo en ella.

Y se quitó la túnica,

y apareció desnuda toda…

¡Oh pasión de mi vida, poesía

desnuda, mía para siempre!

Comentario del poema.

El proceso evolutivo de su obra está marcado por una fuerte tendencia a la interiorización y por una búsqueda incansable y casi enfermiza de la expresión desnuda, hacia una poesía pura que sea capaz de dar forma a sus inquietudes y experiencias íntimas.


Los tres primeros versos de este poema se refieren a sus poemas adolescentes, en los cuales elogia la sencillez y la inocencia, o quizá, como otros críticos han señalado, a la ingenuidad de la poesía simplemente sentida, sin que haya llegado aún la necesidad de la expresión literaria.

Después, con el Modernismo, los elementos ornamentales que llegan a su poesía merecen la desaprobación y el desprecio del autor. Cuando va depurándose, despojada de adornos, de nuevo la  poesía comienza a entusiasmarle. Es la segunda etapa, que se analiza como una vuelta a la sencillez primitiva.

Por último, en una tercera etapa, la depuración es total, y entonces el poeta considera que ha logrado su meta.

Juan Ramón sentía un deseo tal de perfección que nunca quedaba totalmente satisfecho al terminar un poema; "soy un metamorfoseador sucesivo y destinado", decía el mismo. Ello le lleva a corregir sin cesar sus versos, a revisar y transformar los libros ya publicados.

Fuente: A. Barroso y otros, Introducción a la literatura española a través de los textos. El Siglo XX hasta la generación del 27. Ediciones Istmo. Madrid, 1986, págs 243 - 244.