Hola, soy el profesor FRANZ DE COPENHAGE. He de confesaros que también yo suspendía las matemáticas. Estoy aquí para resolveros las cuestiones del abuelo, al que conozco desde hace mucho.
El primer ejercicio está más claro que el agua, así que no creo que me necesites.
La segunda cuestión no tengo ningún reparo en compartirla: los inventores son mis estimados colegas.