Autores : Ingres : Aquiles recibiendo los Embajadores de Agamenón

Uno de los rasgos característicos del estilo maduro de Ingres es la linea serpentina, asociada especialmente a las lineas sensuales del cuerpo femenino.


INGRES (1801): Aquiles recibiendo los embajadores de Agamenón, óleo sobre tela, Paris, Escuela Superior de Bellas Artes. De la red.

En Aquiles recibiendo a los Embajadores de Agamenón (de 1801, Premio de Roma, óleo sobre tela, Escuela Nacional de Bellas Artes, París), algunos de los varones presentados tienen el cuerpo formado también a base de líneas sinuosas; posiblemente esta configuración subraya la relación íntima entre Aquiles y Patroclo; se trata de una obra, de contexto postrevolucionario, en la que se prefiere el cuerpo masculino sensual al heróico.

Ingres estructura el cuadro en dos partes contrapuestas, diferenciando, también, dos tipos de hombres. Estos hombres pueden elegir entre la acción (negotium) o el descanso (otium).

El asunto es del Libro IX de la Ilíada, es el momento en que los embajadores griegos encuentran a Aquiles y Patroclo, en su tienda, que se distraen cantando los hechos de los héroes con su lira.

Aquiles y Patroclo quedan a la izquierda; los embajadores a la derecha: Odiseo se cubre con una clámide roja, con Fénix a su izquierda y Ajax a la derecha; detrás hay dos cabezas más, posiblemente heraldos (Euribato y Odio); al fondo, a la izquierda, hay una mujer encerrada, Briseis, que se disputan Aquiles y Agamenón; su presencia recuerda el rapto de Helena, que motiva la Guerra de Troya.

En otras obras de la época, los Horacios, o el Brutus, ambas de David, se contrapone el estocismo viril con el dolor de las mujeres. Aquí, Ingres adjudica las formas sinuosas a Aquiles y Patroclo, que contrastan con los cuerpos musculados de los embajadores; la estructura bipartita contrapone la calma de la vida privada a la acción de la pública; también, las figuras pequeñas del fondo plantean la duplicidad: unos,a la derecha, lanzan el disco, y se sitúan en la onda de los embajadores, otros, a la izquierda, adoptan las posiciones de Aquiles y Patroclo; además, el entorno, con la tienda, de una parte, y las montañas de otra, destacan el binarismo.

Ingres presenta distintos tipos de hombre, en un estilo que hubiera sido muy criticado en la época de los Horacios o La Muerte de Sócrates.

DAVID (1784): El Juramento de los Horacios, óleo sobre tela, paris, Museo del Louvre. En: CRASKE (1997), Art in Europe..., Oxford-New York, Oxford University Press, 169.

DAVID (1786): La Muerte de Sócrates, óleo sobre tela, Paris, Museo del Louvre. De la red.

DAVID (1799): La Intervención de las Mujeres Sabinas, óleo sobre tela, Paris, Museo del Louvre. En:CRASKE (1997): Arte en Europa..., Oxford-New York, 17.

Estos dos tipos reflejan los intereses de Las Mujeres Sabinas, aquí los dos papeles, contrapuestos, los juegan varones.

Si bien el cuerpo de Aquiles responde al ideal de Winckelman, su actitud tiene que ver con el Paris y Elena, de 1789, de David, de tono muy sensual; ambas obras tratan la disyuntiva entre amor y patriotismo, aunque Aquiles siempre es presentado en la Ilíada como un héroe y Paris como cobarde. Incluso ambos tañen la lira diferentemente: Aquiles la tiene como botín de guerra, para cantar las hazañas de héroes, Paris canta suave y afeminadamente.

Los cuerpos de Aquiles y Patroclo son parecidos, en pose, a los de Paris y Helena, en el cuadro de David, significando así el carácter amatorio de su relación, identificando Ingres a Aquiles en un contexto privado y erótico.

El entorno del cuadro de David es sofisticado (columnas jónicas, cariátides, pebetero), contrastando con la estructura simple de la imagen de Ingres. A diferencia de las armas de Paris, que están colgadas en un rincón, Aquiles tiene un cuchillo en su derecha; y su espada y escudo están entre él y la mujer cautiva.

La obra de Ingres es un pictograma que ilustra el contraste entre la obligación pública y la devoción privada.


DAVID (1789?): Paris y Helena, óleo sobre tela, Paris: Museo del Louvre. De la red.

Esta estructura binaria se complica con el triángulo sexual Aquiles-Patroclo-Briseis; el eje lo forman los dos varones y ella está fuera del mundo homosocial pero es, justamente,  su existencia la que justifica y permite la situación de Aquiles-Patroclo; además afirma la relativa heterosexualidad de Aquiles. BRYGOS (500-480 a. de C): Hombre con un efebo, Oxford, Ashmolean Museum. En: OCKMAN (1993): Profiling Homoeroticism: Ingres's Achilles Receiving the Ambassadors of Agamemnon. Art Bulletin, Vol. LXXV, num. 2, pp. 268. SOSIAS (siglo VI antes de C): Aquiles curando a Patroclo; cerámica de figuras rojas; Berlin, Staatliche Museum. En: OCKMAN (1993): Profiling Homoeroticism: Ingres's Achilles Receiving the Ambassadors of Agamemnon. Art Bulletin, Vol. LXXV, num. 2, pp. 268.
Posiblemente la relación de Aquiles y Patroclo se basa en el paradigma erasta (activo, adulto)/eromenos (joven, pasivo); en la cermámica, a menudo, el eromenos descubre sus genitales (caso de la copa de Sosias con Aquiles y Patroclo), es como si Ingres hubiera adoptado esta disposición para el cuadro: la lira de Aquiles se aproxima a los genitales de Patroclo y, en una expresión sesgada, las curvas de la lira evocan las líneas del torso de Patroclo, implicando la posibilidad de dos tipos de tañido, el del instrumento y el del cuerpo.

PIROLI a partir de Flaxman (hacia1790): Aquiles llorando la muerte de Patroclo. En: OCKMAN (1993): Ingress's Achilles receiving the Ambassadors of Agamemnon. Art Bulletin, LXXV, 2, 270.

Grupo Paschino, ¿Ajax y Patroclo?, mármol, Florencia, Loggia dei Lanzi, foto Alinari. En: OCKMAN(1993): Profiling Homoeroticism: Ingres's Achilles Receiving the Ambassadors of Agamemnon. Art Bulletin, Vol. LXXV, num. 2, pp. 270.


CUNEGO-HAMILTON (1764): Andrómaca llorando la muerte de Héctor, grabado. New Haven: Yale Center for British Art; foto:Yale. En: OCKMAN (1993): Profiling Homoeroticism: Ingres's Achilles Receiving the Ambassadors of Agamemnon. Art Bulletin, Vol. LXXV, num. 2, pp. 270.
Las convenciones pictóricas de otros autores, como Flaxman, son muy claras con respecto a los sentimientos de Aquiles y Patroclo, al representar el dolor de Aquiles por su compañero muerto, que recuerda el de una esposa (Andrómaca llorando a Héctor, en un grabado de la época).

Varios de estos guerreros murieron en la flor de la edad, preservándolos la muerte de la decadencia de la vejez (Patroclo, Aquiles, Héctor); justamente Ajax, presente en el cuadro, fue el que cargó con el cuerpo de Patroclo cuando éste murió en combate (asunto que, en la época, se creía representado en el Grupo Pasquino, en los Uffizzi).

Así, el trazo curvilíneo de los cuerpos de Aquiles y Patroclo y su situación separada de los otros varones, se refiere no sólo al ideal de la belleza eterna, que la muerte arranca y se preserva en el recuerdo, si no también a su situación fuera del ámbito público y masculino.

La reclusión de la mujer describe la política del espacio en el que las mujeres están excluídas del ámbito masculino y relegadas a lo privado. La mujer está en el silencio: como en los Horacios, ésta queda fuera del registro de la palabra; así, Aquiles… recoge la idea esencial del Código Civil francés, que estaba entonces redactándose, de que la mujer era protegida siempre por el marido en tanto estuviera sometida a él.

Pero en el cuadro también hay una contraposición entre el primer plano, con Aquiles y Patroclo y los embajadores, y el segundo, con la prisionera y los Mirmidones, ambos confinados más allá de la esfera masculina, ella en su domesticidad, ellos en el ocio; estos hombres interrumpen lo que hacían y miran hacia el primer plano, puesto que de la decisión de Aquiles depende su destino, de seguir en el ocio o pasar al combate; así pues, aunque Aquiles y Patroclo estén feminizados, su status de hombre no se cuestiona y tienen la capacidad de volver, o no, a la vida pública. La estructura binaria de Ingres coexiste con un conjunto de relaciones complejas: hetero/homosexual, dueño/esclavo, homosocial/homosexual, paterno/filial.

Ingres ha expresado el componente erótico de su cuadro principalmente con la linea serpentina para articular los cuerpos de Aquiles y Patroclo, pero nunca más lo volvió a hacer y ya, en el futuro, reservó la linea ondulante para el cuerpo femenino; Aquiles recibiendo los embajadores de Agamenón fue el último intento de Ingres por establecer unas identidades de género idénticas para el varón y la mujer, mediante la linea serpentina.

INGRES: Gran Odalisca, óleo sobre tela. Paris, Museo del Louvre. De la red.

A partir de: OCKMAN: Profiling Homoeroticism: Ingres's Achilles Receiving the Ambassadors of Agamemnon. Art Bulletin, June 1993, Vol. LXXV, num. 2, pp. 259-274.

 

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F. Chordà


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