Se distinguen varias clases de mitos:
a) Mitos teogónicos: Relatan el origen
y la historia de los dioses. Por ejemplo, Atenea surgiendo armada de la
cabeza
de Zeus. A veces, en las sociedades de tipo
arcaico, los dioses no son preexistentes al hombre. Por el contrario,
frecuentemente los hombres pueden transformarse
en cosas, en animales y en dioses. Los dioses no siempre son
tratados con respeto: están muy cercanos
a los hombres y pueden ser héroes o víctimas de aventuras
parecidas a las de
los hombres.
b) Mitos cosmogónicos: Intentan explicar
la creación del mundo. Son los más universalmente extendidos
y de los que
existe mayor cantidad. A menudo, la tierra,
se considera como originada de un océano originario. A veces, una
raza de
gigantes, como los titanes, desempeña
una función determinante en esta creación; en este caso estos
gigantes, que son
semidioses, constituyen la primera población
de la tierra. Por su parte, el hombre puede ser creado a partir de cualquier
materia, guijarro o puñado de tierra,
a partir de un animal, de una planta o de un árbol. Los dioses le
enseñan a vivir
sobre la tierra.
c) Mitos etiológicos: Explican el origen
de los seres y de las cosas; intentan dar una explicación a las
propiedades del
presente. No constituyen forzosamente un conjunto
enlazado y a veces toman la apariencia de fábulas.
d) Mitos escatológicos: Son los que
intentan explicar el futuro, el fin del mundo; actualmente, en nuestras
sociedades
aún tienen amplia audiencia. Estos
mitos comprenden dos clases principales: los del fin del mundo por el agua,
o por el
fuego. A menudo tienen un origen astrológico.
La proximidad del fin se anuncia por una mayor frecuencia de eclipses,
terremotos, y toda clase de catástrofes
naturales inexplicables, y que aterrorizan a los humanos.
e) Mitos morales: Aparecen en casi todas las
sociedades: lucha del bien y del mal, ángeles y demonio, etc. En
definitiva, los inventos y las técnicas
particularmente importantes para un grupo social dado se hallan sacralizadas
en un
mito. Los ritos periódicos contribuyen
a asegurar su durabilidad y constituyen de esta forma una especie de seguro
para
los hombres. Las fiestas a que dan lugar son
para los hombres ocasión de comunicarse con las fuerzas sobrenaturales
y
de asegurarse su bondadosidad.