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Lenguaje y lógica

En los grupos primitivos domina el pensamiento visual, explotado en la línea de las lógicas polivalentes.
Incluso hoy, en las tribus primitivas, sus integrantes asumen ser ellos y algo más, un animal, planta o acontecimiento pasado; poseen una forma distinta de la nuestra de afirmar su identidad. En estas tribus no existe la diferencia tajante entre verdadero y falso propia de nuestro mundo; hay una continuidad entre diferentes valores, usando diferentes lógicas; se trata de una condición que nosotros no compartimos al no poder simultanear diferentes cosas.
La Escritura impone un marco de referencia de elecciones limitadas, organizado mediante la disciplina de las inferencias: Si esto es así, luego lo otro será asá.
La lógica escrita es distinta de la oral que refleja conexiones naturales y se oponen a las escritas.

Conforme la experiencia humana se hace más eficiente, se complica; el esfuerzo cognitivo reemplaza el físico; los ciclos de actividad se hacen más largos (cultivar es más complejo y largo que cazar); así, la experiencia se transmite más y más en forma esquemática, desprovista de la riqueza de informaciones que tiene la experiencia individualizada; la Escritura sustituye a las formas expresivas (diálogo, ritual) que se desarrollan en el tiempo.

Así, con la Escritura, cambia el marco vital de la vida humana que es una máquina reduccionista que nosotros usamos para mirar el mundo: las cosas, una vez capturadas por el lenguaje, ven negada su propia condición; fijadas en el lenguaje, constituyen una nueva experiencia, con sus valores propios. (lógica y gramática).

Lógicas detrás de la lógica

El lenguaje funciona mediante un mecanismo que tiene leyes para el buen uso del lenguaje (gramática), conciencia de las conexiones dentro del marco práctico (lógica), medios de persuasión (retórica), selección de posibilidades (heurística), y argumentación (dialéctica).
Pero los acontecimientos también tienen una lógica y hay lógicas particulares (la religiosa, artística, moral) que permiten a la gente establecer y considerar su propio objeto de interés.

¿Hay una lógica universal? No. La lógica se expresa en el lenguaje y constituye un cuerpo de conocimiento que participa en las experiencias humanas. Así, las diferentes culturas y lenguajes tienen sistemas lógicos distintos.

En Occidente, Aristóteles es el fundador de un sistema lógico expresado mediante la Escritura, que lo valida permanentemente: El cielo está cubierto (si a es b), la cubierta son las nubes (y si b es c) , cielo cubierto (entonces a es c). Aristóteles deriva la verdad de la inferencia de la verdad de la premisa.
Los Orientales tienen modos de pensar muy diferentes; los Japoneses usan la lógica de la dependencia (amé): si una compañía y un empleado la aceptan, ambas partes serán fieles a la otra pase lo que pase. La lógica de la dependencia es un marco vital y un contexto de pensamiento, sentimientos, etc; la dependencia, como forma lógica, hace que el individuo haya de quedar sometido a la amé.
Los hindúes tienen otra lógica, relacionada con la identidad humana y su descondicionamiento: hay personas, en el mundo hindú, que se sienten presionados por la existencia que llevan y desean cambiar, buscando una liberación (mukti), rechazan la Escritura, la lógica y buscan una finalidad espiritual.
Un cazador, en la Europa primitiva, en el Lejano Este, en África, Papua o entre los Esquimales, relata una experiencia muy similar a su grupo de forma distinta, estableciendo sistemas de valor e identidades distintos. Pero hay puntos en común: todos buscan la eficacia.

Una pluralidad de estructuras intelectuales

Puesto que la escala afecta a la evolución de la identidad humana, vamos a examinar de qué modo interviene sobre la lógica.
El marco existencial tribal primitivo es el del dominio del instinto y la intuición, expresado mediante medios de expresión visuales; es un estadio muy flexible, con gran capacidad de adaptación, superior al nuestro.
La Agricultura es una actividad que precisa de la lógica y, siendo la base de la vida económica, hizo que ésta penetrara todas las actividades humanas.
En nuestra sociedad postindustrial, la pragmática es diferente: ya no leemos la lógica del lenguaje ni lo deducimos de la experiencia.
Leibniz quiso establecer un lenguaje universal pero el proceso de diversificación de las experiencias humanas hace que sea imposible.
Hoy queremos obtener niveles de eficacia que sean adecuados a la escala que ha alcanzado la Humanidad.

En la Sociedad Industrial, para conseguir una sociedad homogénea, se consiguió erradicar, en el mundo occidental, la hetereogeneidad y variedad de experiencias; cuando sus razones han dejado de servir se impone una nueva lógica, la Escritura deja de ser útil sin afectar a la lógica que la habita. Nuestra escala hoy nos lleva no a una Escritura universal sino a muchas Escrituras y a una pluralidad de horizontes lógicos, apareciendo nuevos recursos de lenguaje.

Se hacen más necesario sistemas de conexión entre individuos que aquellos de comunicación masiva que aun ahora son tan importantes.
Así llegamos a la lógica polivalente, la lógica temporal y la lógica de la vaguedad (fuzzi).

Lógica de las acciones

El tránsito de la sociedad de la Escritura, monolítica y uniforme, a la realidad plural, heterogénea de Escrituras parciales es difícil para las personas de cultura escrita, formados en el espíritu de la racionalidad: se encuentran perdidas ante las múltiples Escrituras parciales y las inferencias lógicas que aparecen en los nuevos campos en que evoluciona la identidad humana.
A lo largo del tiempo, muchas veces, por ejemplo, del Paleolítico al Neolítico, de Roma al Feudalismo, han ido apareciendo situaciones por las que se erosionan unos códigos de conducta y aparecen nuevas formas de cohesión.

Nuestro tiempo insiste en la importancia de la eficacia; así, la Humanidad va del mundo natural al artificial y la extiende incluso a la vida artificial;

en este mundo la tendencia es hacia la fragmentación, en pos de cohesiones locales y no globales; de ello resulta la necesidad de establecer una estrategia de segmentación y de disponer de una lógica que la soporte; ésta no tiene que ser idéntica a la que se ha alojado en la Escritura.

En nuestro marco vital, la Ingeniería es muy importante. Los dibujos, y planos, han sido esenciales en el trabajo de la Ingeniería; muchos no han llegado a nosotros, tan sólo las carreteras, casas, herramientas y cosas que, a partir de ellos, se han construido.
La civilización sin Escritura deja de lado el texto para decantarse por formas de visualización de la información y de los sistemas como las que usan los Ingenieros.

Los nuevos medios expresivos reemplazan a los antiguos, sin descartarlos; en la realidad hetereogenea coexisten diferentes posibilidades aunque unas se hacen más fuertes que otras.

Salvar la Escritura es mantener relaciones lineales, determinismo, jerarquía y centralización en un marco que requiere no-linealidad, descentralización, diversas experiencias y valores inestables. Los dos marcos referenciales son incompatibles;

pero esto no quiere decir que la Escritura haya de desaparecer, como la notación cuneiforme mesopotamia; lo lineal satisfará un numero ciertamente importante de actividades pero dejará de ser un modelo universal o incluso un ideal (hacer lineal todo lo que no lo es, establecer secuencias de causa-efecto, centralizarlo todo).

El lenguaje escrito también usa de una lógica dual de verdadero o falso; pero el marco referencial no lineal, vago e impreciso de la sociedad postindustrial, se adapta mejor a la escala de una Humanidad que busca una mayor eficacia.

Ya hay ejemplos de los resultados del nuevo campo referencial: la lógica de la vaguedad se usa para el diseño de los trenes de alta velocidad y en el Japón, ya desde en 1993, se vende una lavadora fabricada mediante la lógica fuzzi.

Muestreo

La civilización de la Escritura se basa en la cita: se escribe sobre algo que existe (o ha existido), recreando una experiencia. Una cita (de un texto) es la base sobre la que se hace un ejercicio de autoría, estableciendo autoridad, o crítica.
En cambio en la cultura sin Escritura se disuelve esta noción de jerarquía.

Hoy estamos en la cultura mosaico: cualquier información (de un texto, imagen, música…) puede ser seleccionada, descompuesta en partes, apropiada y usada para establecer un nuevo significado, combinada con otras.

Es la nuestra. En la vida práctica, la gente prueba emociones, productos en los supermercados, programas en la televisión o asociados (para los negocios o la vida familiar).
Opuesta a la cita, el muestreo desecha la Escritura que se basa en la continuidad y fortalece la estructura diversificada y hetereogenea de nuestra civilización. El muestreo implica elección de una porción y su síntesis con otras. El precedente artístico del muestreo es el collage, basado en la lógica de las elecciones, más allá de la figuración realista, negando mediante la yuxtaposición las leyes de la perspectiva. El collage, así, cuestiona la noción de autoría y derechos; el muestreo no preserva las identidades previas, constituyendo nuevas.
También en el mercado aparece esta complementareidad: las estrategias para optimizar las transacciones incluyen diversidad de operaciones que suponen el uso de sistemas lógicos distintos, adaptados a nuestro marco diverso.

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