INTELIGENCIAS MÚLTIPLES

HOWARD GARDNER, DESCUBRIDOR DE LAS INTELIGENCIAS MÚLTIPLES
“Todos disponemos de siete inteligencias”

Tengo 61 años y nací en Pennsylvania, pero he vivido 42 años en Harvard. Soy profesor de Psicología en la Universidad de Harvard y de Neurología en la Universidad de Boston. Tengo cuatro hijos (de 35 a 18 años). ¿Política? Me siento cerca de la vieja Europa. Como hijo de judíos alemanes, soy de cultura judía..., pero no soy practicante

VÍCTOR M. AMELA

17/05/2004

LA VANGUARDIA

Howard Gardner

AUTORIDAD

Es venerado como autoridad inapelable por los psicólogos de todo el orbe. Lanzó en 1983 su tesis de las inteligencias múltiples, que 21 años después se ha convertido en un saber sólido desde el que otros investigadores continúan ahondando. No le gusta dar charlas ni conceder entrevistas (“me pagan para pensar, no para hablar”, suele decir), pero esta vez ha hecho dos excepciones: con “la contra” y con el colegio Montserrat de Barcelona, que ha venido a conocer (para sorpresa y desconcierto de docenas de universidades que le invitan sin éxito) y del cual asegura que es “admirable, una joya” por su sistema educativo y de estimulación precoz. Para saber más, lean sus obras “Mentes creativas” e “Inteligencias múltiples”, ambas en Paidós

 

Qué es la inteligencia?

–Yo rechazo la idea clásica de que hay una única inteligencia (mesurable con un test) y que quien la tiene desarrollada es capaz de todo y quien no la tiene desarrollada es inútil para todo.

–Es lo que siempre se ha creído, ¿no?

–Mis investigaciones durante 20 años, con niños y adultos, lo desmintieron. ¿Por qué tantas personas con limitaciones intelectuales mostraban talentos en ámbitos diversos? Lo estudié, y en 1983 expuse mi teoría.

–¿Qué teoría?

–La teoría de las inteligencias múltiples.

–A saber...

–En cada ser humano no existe “una” inteligencia, ¡sino siete inteligencias distintas!

–¿Siete? Me temo que yo no tengo tantas.

–Lingüística, lógico-matemática...

–Ésta me falla, ya de entrada...

–...corporal-cinética, espacial, musical, interpersonal e intrapersonal. Habrá quien goce de varias en grado elevado, y quien goce mucho de alguna y muy poco de otras...

–Si yo tuviese buena inteligencia musical...

–Le sería muy fácil tocar un instrumento.

–No es mi caso. La lingüística quizá...

–Es la que nos da facilidad para leer, escribir, contar historias...

–¿Y la lógico-matemática?

–Da facilidad para resolver problemas aritméticos, juegos de estrategia, experimentos.

–¿Y la corporal-cinética?

–Procesa conocimiento a través de sensaciones corporales: si la tienes bien desarrollada te será fácil ser atleta, bailarín, artesano...

–¿Y qué es la inteligencia espacial?

–Permite pensar en imágenes: quien la tiene se entusiasma con puzzles, dibujando, con juegos de construcción, soñando... Y tiene facilidad para jugar bien al ajedrez

–¿En qué inteligencia destaca Bush?

–Es una excepción. Bush está donde está más por su linaje familiar que por otra cosa.

–De alguna inteligencia gozará...

–Tiene problemas linguísticos, odia leer, le cuesta memorizar nombres, usa apodos... Si admitiese ser disléxico con naturalidad haría un bien social..., pero aún se ve eso como un defecto de carácter, una tara. La inteligencia de Bush es la interpersonal: capta lo que quiere oír la gente, sabe hacerse popular.

–La inteligencia interpersonal es la que más le conviene a un futuro político, pues...

–Sí. Y a los empresarios. Es una inteligencia que sabe escanear el entorno. Los científicos y artistas, en cambio, suelen focalizar su inteligencia en un muy estrecho campo de interés, no suelen gozar de esa inteligencia.

–¿Qué diferencia la inteligencia interpersonal de la intrapersonal?

–La inteligencia interpersonal permite comprender al prójimo y trabajar con él. La intrapersonal, comprenderse y trabajar con uno mismo.

–¿Tiene esto que ver con la célebre inteligencia emocional de Daniel Goleman?

–El término inteligencia emocional lo acuñé yo justamente para referirme a la combinación de las inteligencias interpersonal e intrapersonal. Y Goleman lo popularizó.

–¿Es Goleman su discípulo?

–Es un colega.

–¿Cómo evaluar estas varias inteligencias?

–Mediante la observación de cada niño en la escuela, de los recursos y habilidades que cada uno utiliza para enfrentar sus retos.

–Y una vez observado, ¿cómo actuamos?

–Jamás etiquetando a los niños. Siempre ayudando a reforzar sus inteligencias más escondidas y a estimular las más descollantes.

–¿Y de qué tipo de inteligencia depende la creatividad, el ser más o menos creativo?

–Ser creativo depende de la voluntad, del temperamento, más que de una inteligencia: es creativo quien no teme equivocarse, quien está dispuesto a fracasar, a ser criticado y a intentarlo de nuevo. ¡Bin Laden es muy creativo, por ejemplo!

–Menudo ejemplo.

–Creatividad y ética son esferas independientes, ya ve... Pero algunos las fusionan, ¡y entonces tenemos a Gandhi o a Mandela!

–¿En qué inteligencia descolla usted?

–En la lingüística y en la musical. De niño, yo iba para músico. Estudiaba piano. Cuando a los doce años me dijeron que tenía que estudiar tres horas cada día para ser pianista, abandoné. Eso no me motivaba...

–¿Qué vocación tenía?

–Quise ser abogado..., porque todos en casa me guiaban hacia ahí. Finalmente, a los 18 años, sentí que lo que me gustaba era la enseñanza, pero ¿de qué campo? Y, accidentalmente, acabé en el área de la psicología...

–Señáleme a la persona más inteligente que haya conocido usted.

–Noam Chomsky es muy completo. Antes, Ingmar Bergman...

–¿Y entre los personsajes históricos?

–Nietzsche o Kierkegaard tenían gran inteligencia intrapersonal. Freud sumaba unos altos grados de inteligencia lingüística, intrapersonal e interpersonal. Einstein, de la espacial y lógico-matemática (aunque poco de la interpersonal: era inhábil en el trato social).

–Regale tres consejos a la nueva ministra de Educación del Gobierno de España.

–Primero: que todos los niños empiecen a aprender con la misma edad, sea con un año o con tres. Segundo: entusiasmen a los niños con la idea de aprender. Tercero: que puedan continuar aprendiendo fuera de la escuela.

–¿Y lo que jamás debería hacerse qué es?

–Jamás imiten a Estados Unidos: en la mayoría de sus escuelas, los alumnos no aprenden nada, pues se recurre a las pruebas tipo test, como si fuesen ratas de laboratorio... ¡Me canso de advertirles de lo peligroso que es eso para todos!, pero no me hacen caso...

LA VANGUARDIA 17/05/2004

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