LAS METÁFORAS DE DOLLY 

Publicado en el Diari de Girona del día 15-04-1997

 En una película de Woody Allen, un psiquiatra incapaz de resolver la transferencia con su paciente una - oveja armenia -, se enamoraba de ella. ¿Quién se resiste a la mirada interrogante que “Dolly” nos ofrece en los diarios?. Hoy cuando me afeitaba y el espejo me devolvía mi imagen simétrica y inversa allá en el fondo, me ha venido la idea de cómo es posible que el ser humano que se quiere tanto a sí mismo,  haya sido capaz de inventar un artificio, como este que nos refleja nuestra realidad. Decididamente no veo ningún motivo por el cual clonarme.
La lluvia de noticias relativas al tema me han hecho pensar en la cantidad de metáforas significativas que se derivan del hecho de la clonación. Sin frivolidad pensaba que Dios y así lo manifiesta el Génesis, creó primero al hombre a su imagen y semejanza, posteriormente a la mujer para que no estuviera solo y los situó en el paraíso.
Ian Wilmut, un embriólogo, varía los hechos y en lugar de Adan, da prioridad a una hembra “Dolly” y no en base a su imagen y parecido, sino de una raza especial “Funn Dorset” y en lugar del paraíso lo hace en el Instituto Roslin de Edimburgo (Escocia). Si el Creador lo hizo  de la nada, Wilmut, de un célula de la ubre (incosnciente), será por ello que a su creación le ha puesto el nombre de Dolly, en referencia a Dolly Parton, cantante de country que tiene dos (no célula, sino tetas voluptuosas).
La polémica está servida. Algunos piensan que más que un creador, es un científico inspirado per las malas ideas de  Mefistófeles. La cuestión sibilina está en el hecho de la experimentación en humanos; pero con unas referencias curiosas. Piensen si no que se ha empezado con ratas y ranas… y se ha conseguido con corderos, animales a los cuales por sus costumbres gregarias nos parecemos mucho. Tal vez para llegar a la clonación humana se tiene que practicar con aquellos animales a los cuales recurrimos para insultarnos. Basándose en esta aventurada hipótesis, seguro que continuaran después de las ovejas con cerdos, hienas, lobos. La cuestión, siguiendo la sátira, no es tan nueva. Pienso que hay dos formas de clonar. Una es esta noticia, la clonación genética, repetición de individuos de forma asexual, sin fecundación; que considero aberrante por el hecho de que nos quiten el mecanismo. Mediante este método podemos pedir una Claudia Shiffer (todos los han pensado ya), un Einstein, un Freud, once Ronaldos… Por tanto podremos crear genios, pero no olvidemos que la característica que los define es la individualidad, no la copia. Evidentemente la cuestión del copyright se tendría que resolver con sus familiares. Me imagino a la Patronal y los Sindicatos negociando  el número de trabajadores clonados, sumisos y sin derecho de vaga, que tendrían que formar parte de la empresa. Los políticos clonando en masa a los votantes… También, por qué no, podrían clonarse médicos sin fronteras, ONG, Teresas de Calcuta, Mahatma Gandhis.
Hay otra manera de repetir individuos no tan genética, pero sí más cultural que es tan vieja como la humanidad. Repetirnos es lo que mejor sabemos hacer. Nos clonamos en política, socialmente, en música seguimos como ratas al flautista de Hamelin o a Motzar, educamos a los hijos como copias, siendo nosotros los originales. Nos repetimos en las guerras, en la agresividad, en el amor, la violencia, los vicios, por ello somos tan parecidos a las ratas, lobos, cerdos y ovejas como “Dolly”.
Pero mira por donde, ahora nos da por el futuro, como si el presente fuera más esperanzador. Pienso que en este final de milenio asistiremos a conquistas que nos acercarán a Adam y a “Dolly”. Clonar es un reto casi divino, cada vez más cerca del sueño de Ícaro. Como Cesar acabamos de pasar el Rubicón: “Alea jacta est”. La cuestión esta ahora en manos de los hombres y mujeres y la experiencia nos dice que ni la palabra, ni el hierro, ni el átomo han sido creados para hacer el mal a pesar, el insulto, la espada y la fusión fisión han sido aprovechamientos erróneos. De la “Doly” ya hemos conseguido que no sepa quién es su madre (o sus madres), la  edad, y si será fértil. Cada vez que nos acercamos a la creación, que variamos el curso de la naturaleza, que abandonamos nuestra condición de humanos y nos acercamos a la divinidad comenzamos a temblar. El límite entre lo divino y lo humano es peligroso y los científicos nos ayudan a desmitificarnos, pero no estamos preparados y lo que aportamos como novedad se nos escapa al control.
Mientras tanto piensen en el condenado a muerto que delante del patíbulo y expresando su última voluntadafirma:  -¡Que me clonen!. O el enamorado y celoso Otelo viendo a su amada clonada  con otro.
“Dolly” pastoreará por los verdes campos de Escocia y parándose delante de una fuente de agua nítida, contemplará su imagen y pensará: -¡ Te pareces a tu madre!. La imagen responderá:-¡ Querrás decir a tu hija!