EL GEN DE LA ORIENTACIÓN SEXUAL Y LA QUIMERA
BIOLOGISTA
Publicado en el
diario El Punt (Girona) el día 06-12-1995
Se vuelve a hablar de la base genética de la homosexualidad. El intento
de buscarla en esta tendencia sexual en particular y no en la sexualidad en
general, es tildarla como un estigma patológico, defecto genético, aberración.
Quiero analizar tan solo el interés clínico de las investigaciones del
norteamericano Dean Hammer. Desde que Bayle (1825) descubre que los síntomas de
la Parálisis General Progresiva, (provocada pro la sífilis) son causa de una
infección cerebral y la localiza (aracnoiditis), ha habido mucho interés
biologista en buscar el substrato anatómico de los trastornos; como lo han
intentado, con evidentes fracasos con la esquizofrenia, la depresión, la
agresividad… En este punto, posiblemente, lo que se pretende es encontrar la
manera de solucionar el tema de la elección sexual de aquellos que han decidido
que su objeto sexual tenga las mismas características físicas, que no
psicológicas que el suyo. Además sin que nadie se lo hay pedido. Con esta
búsqueda no se tiene en cuenta que se nace con un sexo biológico, que no decide
el futuro objeto sexual. Para esta elección es necesario pasar por unas
identificaciones sexuales que viene propiciadas por los padres. El niño o niña
es conducido, gracias a la función parental (no a la voluntad paterna, no de
manera calculada) a situarse como hombre o mujer.
Las identificaciones
dentro del seno familiar son más fuertes que ciertas características biológicas
determinadas por la herencia genética. Quiero decir que lo que se hereda no es
un cierto gen, sino que el significante, la palabra está circulando en la
familia.
Buscar la base genética es tanto como decir que el deseo sexual
tiene algo estipulado a priori: determinismo sexual. Algo, que calificamos de
normalidad. El objeto de satisfacción pulsional es curiosamente, lábil,
indeterminado. No hay evolución segura hacia una normalidad adulta. No todos, y
la clínica da pruebas, encuentra satisfacción con lo que se considera normal. La
homosexualidad es una perversión (no peyorativamente) respecto del objeto
sexual, como el fetichismo lo es a la finalidad, ya que cualquier objeto puede
servir de sustituto. ¿Qué quiero manifestar?. Que es raciona, que es humano. No
hay animales homosexuales ni fetichistas. Con estas palabras no se promueven las
perversiones, pero tampoco la considerada normalidad: n ila una ni la otra. Se
promueve la idea de que la elección es ajena a las cadenas de ADN. Hay una
cadena afectiva, en este caso más efectiva.
Por todo ello, ya podemos ir
buscando base biológicas. Es una idea que tiene su parecido en el mito platónico
del andrógino, como reminiscencia de los dos sexos en uno. La sexualidad es más
compleja. En “El Banquete” de Platón (de referencia obligada en el tema del
amor), Alcibíades se sorprende de que Sócrates no le haga caso, a pesar de su
apolínea figura. I es que sobre gustos…