Empieza a ponerse de moda entre algunos sectores del
psicoanálisis de orientación lacaniana la palabra antifilosofía. En el número 34
de la revista Freudiana, sin ir más lejos, Josep Sanahuja acaba su artículo
planteando que en el programa de formación del analista habría que incluir
una antifilosofía, que sería no de la historia del pensamiento sino del acto del
pensar. No mucho antes Jorge Alemán publicaba un texto en el que defiendía este
significante, que Lacan utiliza ocasionalmente, en 1974, a modo de conjetura,
como una disciplina posible del Departamento de Psicoanálisis de París-III.
Estos comentarios pueden ser el punto de partida para retomar el tema
de la relación entre psicoanálisis y filosofía, y ver desde aquí que sentido
tiene hoy reivindicar una antifilosofía.
Si nos remitimos al padre
fundador, Freud, podemos comprobar que hay una situación de desencuentro. Freud,
nos dice en su autobiografía algo paradójico : que sus verdaderos
intereses son de naturaleza filosófica; pero al mismo tiempo es
constitucionalmente reacio a lo especulativo y tiene una gran desconfianza hacia
la filosofía. Intentemos resolver la paradoja. Freud, con su espíritu de
conquistador, se orienta hacia los enigmas clásicos de la filosofía buscando
nuevos horizontes teóricos. Pero lo hace con un espíritu de rigor y buscando una
base empírica que el atribuye pura y exclusivamente a la ciencia.. Freud teoriza
y busca verificar sus formulaciones a partir de la observación clínica Casi
podríamos decir que retoma la postura radical de Hume al considerar los
textos metafísicos como un material que más valdría quemar. Estos textos
filosóficos son, como la religión, obstáculos para la verdad. Pero si la
religión es una ilusión ( que Freud insiste en diferenciar del error ) tiene un
interés en la medida en que es la proyección imaginaria de un deseo. Es un
engaño, pero fascinante, mientras que la metafísica es eespeculación estéril..
El triste papel del filósofo es el de sustituir el viejo catecismo de los
clérigos., es decir, lo peor de la religión. Los filósofos nos ofrecen
Weltanschauun (Cosmovisiones)) que tienen un carácter totalizador, basado en
puras especulaciones cuyas pretensiones irritan profundamente a Freud. En otro
sentido la filosofía es un enemigo del psicoanálisis porque defiende el imperio
de la conciencia. El axioma fundamental contra el que lucha ( la identidad entre
psiquismo y conciencia) tiene en los filósofos sus más decididos defensores.
Esto no quiere decir, hay que matizarlo, que Freud desprecie a todos
los filósofos. Aunque desconfia de la filosofia de manera radical Freud se
interesa por el trabajo de algunos filósofos concretos. De hecho tanto la
filosofía como la literatura estan presentes en el discurso freudiano, a través
de referencias que son imprevisibles y rápidas pero que tienen una función
precisa. Podríamos citar a Empédocles, Platón, Schelling …
Lo que no
soportaba Freud es la filosofía académica, en la que predominaba la que
podríamos llamar pseudohegeliana. Más que criticar a Hegel, a quién seguramente
no había leido, lo hacía con sus epígonos, los profesores universitarios. No
olvidemos que es en el siglo XIX cuando aparece la profesionalización de la
filosofía.
Repasando su biografía podemos señalar dos momentos. En su
juventud participará temporalmente en las reuniones filosóficas dirigidas por
uno de los grandes de su época, Franz Brentano. Brentano no sólo le dió una
formación filosófica ( muy centrada en Platón y en Feuerbach) sino que
seguramente le proporcionó, seguramente, materiales sobre los que
construir una lógica rigurosa. También al final de su vida, en 1922, se
interesa por el filósofo Israel Levine después de conocer el contenido de las
tesis que expuestas en un libro que recoge unas conferencias sobre filósofos
judíos; bajo este calificativo, y junto a Filón, Maimónides y Spinoza situará,
sorprendentemente, a Freud y a Einstein.
Freud sólo reconoce
explicitamente la influencia de las especulaciones filosóficas de un científico
peculiar, Fechner. Aunque en su autobiografía considerará a Schopenhauer y a
Nietzsche como antecedentes del movimiento psicoanalítica.( ya que intuyen la
existencia del inconsciente) Freud no reconoce ninguna influencia directa. Aquí
Freud precisa que su virtud no es haber descubierto el inconsciente ( como
acabamos de decir otros ya lo hicieron desde la filosofía, o desde la
literatura), sino haberle dado un fundamento científico. Freud leerá con
atención a Schopenhauer y constatará afinidades profundas con
especialmente con las hipótesis contenidas en Más allá del principio del placer
( aunque precisando que su lectura fue a posteriori de la elaboración de esta
obra). Dirá de Schopenhauerque es el único filósofo que provee a la
metafísica del antídoto necesario. Es interesante tener en cuenta del papel que
jugaba Schopenheuer en el contexto cultural alemán. Schopenhauer era un crítico
radical de la filosofía académica, que ataca el discurso prepotente y dogmático
de los especulativos hegelianos y que despierta curiosidad en los medios
científicos.
Se interesará por Nietzsche ( por la influencia de una
amiga comun, Lou-Andrea Salomé) pero comentará, con una sinceridad que hay que
apreciar, que prefiere no leerlo para no dejarse seducir por su lenguaje.
Nietzsche será para Freud una especie de tabú. Se ha escrito mucho sobre las
coincidencia, siempre discutibles, entre los dos autores, cuyos talantes son,
por otra parte, radicalmente distintos. El gran escritor Stefen Zweig también
será una especie de enlace indirecto entre los dos autores y Thomas Mann escribe
unos breves pero conocidos escritos en los que agrupará a Schopenhauer, Freud y
Nietzsche.
Superficialmente podríamos encuadrar a Freud en la línea
positivista: la ciencia, superadora de la filosofía y antes de la religión, es
hoy el único camino serio hacia la verdad del mundo. Algunos autores, como
Bettelheim, intenta demostrar que Freud nunca fue un positivista. Bettelheim nos
presenta un Freud humanista e incluso educador que entendería su trabajo en la
línea de las teorías del filósofo alemán, contemporáneo suyo, Wilhelm
Windelband. Para él las ciencias humanas son ideográficas y se basan en lo
histórico singular, en el acontecimiento. Los métodos de las ciencias
físico-naturales, que son nomotéticas y se basan en las leyes precisas y en la
estadística, no valen para el estudio de lo humano. Las traducciones inglesas,
según Bettelheim, se han ocupado sistemáticamente de distorsionar el lenguaje de
Freud adaptándolo al cientifista de los positivistas. Personalmente creo que,
aunque Bettelheim dice algunas verdades, su postura es insostenible. Es cierto
que Freud tenía, como dice, un gran bagaje humanista y modeló su estilo
basándose en los clásicos de la lietratura alemana; y también lo es que las
traducciones inglesas dan un sentido falseador a algunos de sus términos. Pero
es dudoso que Freud eligiera el planteamiento de su ciencia como comprensiva en
la línea de Windelband. Sí hay que recordar, y el mismo Freud insiste en ello,
que es Goethe quién le conduce a la inquietud científica. Y Goethe tiene una
concepción holística y heterodoxa de la ciencia muy diferente del cientifismo
positivista. Pero más bien parece que Freud va transformando este impulso de
naturalismo romántico goethiano en una ideología científica que reconoce sus
límites y que es agnóstica en los temas que no puede resolver. Y también que
hubiera un intento pedagógico en sus escritos ( en este sentido es muy
interesante la lectura del magnífico libro de Catherine Millot Freud
antipedagogo)
Freud polemizó explicitamente con las teorías
ficcionalistas de Vahinger. Defiende una concepción realista de la ciencia. Y
acepta el esquema positivista de los tres estadios la ciencia, única fuente
posible del saber, es incompatible con la religión, que tiene el carácter
ilusorio del animismo. Y también con la metafísica, que calificará como un
conglomerado de residuos animistas, de animismo sin magia. En las propias filas
del psiconálisis se ha introducido este animismo por la via de Jung y Freud
deberá realizar una extirpación muy dolorosa para él de esta quinta columna en
el propio movimiento psicoanalítico.
Pero Freud supera, en la
práctica, el discurso postivista. Lo supera porque su concepción de la ciencia
es más amplia y porque da a la especulación una función necesaria. Pero entre la
metafísica de la filosofía y la metapsicologia del psicoanálisis considera que
se encuentra la diferencia entre una mala y una buena abstracción. ¿ Y en que
consiste esta diferencia? En que la primera es a priori y la segunda no,
ya que está integrada en el discurso científico y se sostiene en la
contrastación empírica. El tipo de contrastación empírica es, por otra parte,
radicalmente diferente a la verificación positivista ( y posteriormente veremos
que también a la falsación de Popper, que caracterizará a Freud como un
metafísico y no como un científico). Freud defenderá una contrastación selectiva
en la que unos pocos pero significativos casos clínicos son suficientes para
fundamentar una hipótesis.
Mi conclusión es que entre el psiconalisis
freudiano y la filosofía hay básicamente un desencuentro. Resulta entonces
curioso que en programas de bachillerato se incluya a Freud como figura
dominante de la Historia de la Filosofía. ¿ Tiene algún sentido ? Parece que no,
por lo dicho, pero quiero hacer algunos matices. En realidad la Historia de la
Filosofía es una convención que no hay porque identificar con lo que los
supuestos expertos han estructurado. Freud es una figura muy potente en el
terreno del pensamiento y sus últimos escritos culturales son reflexiones
críticas que podrían calificarse, en sentido amplio, de filosóficas. El mismo
Freud nos dice en su apéndice autobiográfico que el cambio de intereses que
reflejan” …se podría describir como una fase de desarrollo regresivo. Mi interés
hizo un rodeo, que duró toda una vida, por la ciencia de la naturaleza, la
medicina y la psicoterapia, y luego regresó a los problemas culturales que desde
hace mucho tiempo antes ya me fascinaban, cuando apenas tenía edad para
reflexionar”.
Otro cuestión sería si ya es productivo en la
actualidad mantener el término, introducido por Paul Ricoeur, de maestros de la
sospecha ( que incluiría a Marx, Nietzsche y Freud). Perono se trata
de saber si este calificativo es o no es verdadero en términos absolutos. La
apreciación de Ricouer fué original en su momento y permitió, junto a otros
trabajos ( como por ejemplo el de Foucault), una lectura diferente de estos
autores y de sus afinidades. Pero una vez pasada la reflexión hay que dejar las
cosas en su lugar. Freud es un ilustrado pesimista, un liberal conservador que
inventa un nuevo saber con pretensiones científicas, al que da el nombre
de psicoanálisis. Su espíritu de conquistador y de veracidad le hace seguir
adelante, no retroceder frente a la ideología dominate . Pero este nuevo saber
es un producto de la propia lógica de la modernidad, de esta razón crítica y de
este sapere aude instituido por la ilustración. Freud habla en nombre de la
razón, de la que dice que, aunque hable en voz baja, lo hace con insistencia,
aunque su voz sea molesta. Será ( como dice Althusser en su precioso artículo
sobre el psicoanálisis) un hijo natural, ilegítimo, no querido de la Razón
Occidental, porque contradice las buenas costumbres, el derecho y la moral. Pero
la propia ilustración ya apareció con hijos naturales, como bien constata
Rousseau. Nietzsche es diferente porque es radicalmente un antiilustrado (
aunque solo podía nacer, también, como un producto de la ilustración). Nietzsche
combate contra los ideales de la ilustración ( razón, progreso, ciencia,
igualdad). Pero como Nietszche no es un reaccionario, en lugar de reivindicar
como otros antiilustrados la tradición contra la modernidad, lo que introduce es
una una mirada abismal sobre el hombre moderno. Ni él mismo puede creerse
la ilusión que ha fabricado, la del superhombre. Hay quizás en común entre Freud
y Nietzsche una cierta visión trágica de lo humano y, por supuesto, una
aceptación de la parte oscura del hombre. Pero esta visión trágica es vivida por
Freud de manera estoica y por Nietzsche de manera romántica, heroica. Sus
actitudes y perspectivas vitales son radicalmente diferentes. En este sentido
Freud es mucho más próximo a Schopenhauer pero no puede compartir con éste su
alternativa nirvánica, búsqueda para Freud de un sentimiento oceánico que se
basa en una regresión del yo que creará nuevas ilusiones.
¿Y Marx?.
Marx es, como Freud, un ilustrado. Pero es optimista y revolucionario. Los
ideales de libertad y de igualdad, de racionalidad y progreso han de avanzar por
la vía de la ruptura. Hay también algo de heroico, como en Nietzsche, pero no es
un heroismo trágico, sino más bién profético. Es la ilusión de la utopia como
nueva manifestación de la tierra prometida. En realidad Freud defiende, creo,
una ética de la veracidad que le impide ser transigente con todos estos
filósofos ( así los considera) que acaban en cosmovisiones y en falsas salidas.
Podríamos seguir profundizando mucho más en las relaciones entre Freud
y la filosofía o los filósofos pero prefiero seguir avanzando. Avanzando hasta
Lacan porque el movimiento psicoanalítico posterior a Freud no se interesará por
la filosofía. Sí se habían interesado algunos discípulos suyos como Otto Rank o
los disidentes Adler o Jung pero no lo harán los representantes de la tercera
generación de psicoanlistas, ni siquiera los más brillantes ( Winnickok, Melaine
Klein). Hemos de llegar a Lacan para toparnos con el encuentro real entre
filosofía y psicoanálisis. Encuentro que, insisto, no es reencuentro porque con
Freud no se había realizado. Encuentro que no es ni armonía ni complemento ya
que, siguiendo el tópico lacaniano, la relación sexual no existe y el encuentro
siempre es fallido.
Lacan, recordemoslo, tiene una formación
psiquiátrica pero sus inquietudes adolescentes le habían llevado a lecturas
apasionadas de filósofos ( Spinoza, Nietzsche). Posteriormente participará en
las reuniones parisinas donde las mentes jóvenes más brillantes de la época,
asistían a los seminarios de dos exiliados rusos, Kojève y Koyré. El primero le
dará una concepción racionalista y crítica de la ciencia que lo vacunará contra
cualquier postivismo de forma o de fondo. El segundo le producirá una
influencia, a partir de su lectura de Hegel que nunca abandonará, que conservará
superándola. Por otra parte Lacan realizará una lectura apasionada y minuciosa
de Heidegger, que le marcará sin lugar a dudas. En este sentido podemos hablar
de condicionantes filosóficos en Lacan, no en el sentido de estar influido por
la filosofía sino por pensadores que podemos considerar filósofos. Por otra
parte lo que hará Lacan será conversar con diferentes filósofos, la
mayoría muertos, en un diálogo crítico pero fecundo. ¿ Quienes son estos
filósofos ?: son Platón, Aristóteles, Descartes, Kant, Kierkegaard, Wittgenstein
… Pero también lo hará con contemporáneos próximos como Jean Hipollyte, Marcel
Merlau-Ponty, Georges Bataille…
Bien, en este punto quería pararme.
Lacan es tan irónico y despectivo con la filosofía académica ( zarandajas
académicas) como el propio Freud. Lo que critican es la especulación
totalizadora de los que pretenden saberlo todo sin saber nada, que és,
curiosamente, uno de los discursos contra los que nace la filosofía ( Sócrates
versus sofistas). Podíamos refernirnos aquí a un trabajo de hace décadas de
Manuel Sacristán contra la filosofia licenciada, en el que critica el
mismo tipo de discurso pedante y vacío.
Lo que podemos entonces
diferenciar es dos tipos de discursos contradictorios pero producidos desde el
mismo significante. Hay un discurso dogmático, totalizador y puramente
especulativo que el psicoanálisis más genuino y más inquieto considera un
obstáculo pretencioso al saber objetivo y la verdad subjetiva. Hay otros
discursos que han abierto nuevos horizontes en el pensar que tanto Freud y Lacan
han respetado. La diferencia es que, mientras Freud mantiene una reserva (
incluso hacia los autores que le pueden despertar más interés, como Nietztsche –
al que ni siquiera leerá- y Shopenhauer) Lacan sí entra directamente en el
diálogo y en la polémica.
Podíamos entonces considerar que el
psicoanálisis interesa a la filosofía, entendida como ejercicio crítico del
pensar no científico ( uno de los múltiples intereses que mencionaba Freud) y
desprecia la escolástica estéril que se autodenomina filosófica. Y viceversa, ya
que los primeros se interesan por el psicoanálisis ( desde diferentes
posiciones) y los segundos lo ignoran o lo rechazan desde el altar de sus
prejuicios. En este sentido hay una posibilidad de diálogo que se ejemplifica en
casos como el filósofo contemporáneo Richard Rorty. Rorty entra en diálogo con
el psicoanálisis ( especificamente con Freud y con Lacan) y diversos
representantes de la cultura psicoanalítica ( Zizek – del que hablaremos- y en
nuestro país Francisco Pereña y Enric Berenguer) entran en una lectura crítica
de sus planteamientos.
Finalmente me gustaría referirme a un fenómeno
que tiene una significación interesante y ya empieza a conocerse en nuestro
país. Es la incidencia de la obra, cada vez más extensa de Slavoj Zizek. Zizek
es un extraño lacaniano porque no es psicoanalista, sino doctor en Filosofía e
investigador del Instituto de Sociología de la Universidad de Liubliana (
Eslovenia) y profesor visitante en la New School for Social Research de Nueva Yo
filosófica rk. Es dificil de definir la obra de Zizek pero personalmente
considero que trabaja filosóficamente con el legado teórico de Lacan. Lo hace de
una manera absolutamente heterodoxa, a través de lo que el denomina la cultura
popular ( cine de Hitchcock, literatura de Patricia Highsmith o incluso de
Stephan King) pero sus escritos son claramente ensayos filosóficos ( o
antifilosóficos, si nos gusta más). Él mismo ha comentado ( siguiendo con la
topología lacaniana) que su enfoque es resultado del nudo borromeo entre Hegel,
Lacan y la sociología crítica; pero especificando que es Lacan el que ilumina
las otras. ¿ Nos encontramos entonces con una filosofía de orientación lacanina,
es decir, basada en el psicoanálisis ? No puedo evitar, a partir de aquí,
recordar las diferentes versiones del freudomarxismo que se pusieron de moda los
años 60 y 70. Tenían un peculiar antecedente que era Wilheim Reich, igualmente
denostado por la ortodoxia psiconalítica y comunista y el personaje más
emblemático fue Hebert Marcuse, que al igual que Norman Brown, fueron gurús de
la mal llamada contracultura y a los que Lacan, en una entrevista que le hizo
Pablo Caruso en el año 66 trata con bastante simpatía ( aunque denunciando, por
supuesto, su sobrevaloración mediática ). En nuestro país fue Carlos Castilla
del Pino el que intentó teorizar este freudomarxismo. En Francia hay intentos
muy interesantes en la obra de Castoriadis, Pero fue sobre todo Althusser el que
intentó trazar puentes entre su retorno a Marx y el de Lacan a Freud (
Castoriadis intentará formular una teoría psicoanalítica en contraposición a
lacan, del que inicialmente fue seguidor). Curiosamente la antifilosofía
de Althusser consistiría lisa y llanamente en una negación de la filosofía en
nombre de la ciencia ( como dirían los entonces sus epígonos españoles la
filosofía y su no lugar en el marxismo). Para él tanto el marxismo como el
psicoanálisis son ciencias en el sentido fuerte de la palabra, y lo demás (
todas las filosofías, incluidas la de Hegel) es ideología. Althusser
evidentemente se equivoca radicalmente. Con respecto al psicoanálisis porque fue
el mismo Lacan el que concluirá que el psicoanálisis no es una ciencia aunque
sean ambas producto del sujeto cartesiano. Y la propia dinámica de la teoría y
de la práctica científica ha acabado mostrando que la suya fue la peor lectura
del marxismo ( lo cual no significa la menos inteligente). La peor lectura,
porque lo acaba convirtiendo en una metafísica dogmática y el marxismo me parece
( como decía el historiador Hobbsman que sólo puede salvarse como tradición.
Me he referido a Althusser como contrapunto de Zizek, con quien
podríamos de entrada asociarlo por su doble filiación marxista y lacaniana. Pero
el marxismo de Zizek es plenamente hegeliano y postmarxista, valga la paradoja.
El Marx de Zizek puede serlo en la medida en que es todavía Hegel y en la medida
en que ya es, digamoslo solo a titulo de ejemplo, Walter Benjamin. No hay
freudomarxismo en Zizek, su proyecto es completamente original, y muy
productivo. Lo que habrá que discutir es si es legítimo utilizar a Lacan contra
mismo ( Enric Berenguer recuerda en una reseña en un suplemento literario de la
Vanguardia que Lacan siguió a Kojève y no directamente a Hegel, y que lo superó;
y que repetió incansablemente que ni el ni Freud querían convertir el
psicoanálisis en una cosmovisión). Berenguer acusa entonces a Zizek de furor
explicativo ( en referencia al furor sanandis que denunciaban Freud y Lacan).
Pero yo planteo una doble cuestión :
1)¿ Fue Freud consecuente al
decir que su teoría no es una cosmovisión ? ¿ No hay en Más allà del principio
del placer una concepción sobre lo que és la vida ? ¿ No nos da El malestar de
la cultura una visión global sobre la condición humana ? ¿ No acaba Lacan
planteando también una visión global sobre los avatares humanos y los mismos
lacaninaos, incluidos los que critican a Zizek hacen lo mismo ?
2) ¿ Cual es
la productividad de los trabajos de Zizek ? ¿ Son útiles sus trabajos para una
mayor comprensión de la ontología del presente, como diría Foucault refiriéndose
a la función de la filosofía ?
En realidad la segunda pregunta es la
fundamental. Habrá que seguir de cerca y a fondo la obra de Zizek para concluir
sobre lo que nos aporta. Y lo que hace es filosofía, aunque si nos resulta más
cómodo para distinguirlo de las especulaciones estériles también le podemos
decir antifilosofía. Aprovechando, como ya nos sugirió Freud, el múltiple
interés del psicoanálisis.
Luis Roca Jusmet
BIBLIOGRAFIA :
-ALTHUSSER,L. El porvenir es
largo Ed.Destino, Barcelona, 1990
-ALTHUSSER,L.
Freud y Lacan Cuadernos Anagrama, Barcelona,, 1970
-ASSOUN,P.L.
Freud, la filosofía y los filósofos Ed. Paidós, Barcelona, 1982
-ASSOUN, P.L. Nietzsche et Freud Presses
Universitaries de France, París, 1980
-BELINSKY, J. El retorno del
padre Ed. Lumen,1991
-BETTELHEIM, B. Freud y el alma
humana Ed.Crítica, Barcelona, 1982
-CARUSO,P. Conversaciones con
Levi-Strauss, Foucault y Lacan Ed.Anagrama, Barcelona, 1969
-CASTILLA DEL
PINO,C. Psicoanálisis y marxismo Alianza editorial,
Madrid, 1971
-CATORIADIS,C. La institución imaginaria de la sociedad
Ed.Tusquets, Barcelona, 1989
-FORRESTER,J. Sigmund Freud. Partes de
guerra. Ed.Gedisa, Barcelona, 2001
- FOUCAULT, Michel
Nietzsche, Freud, Marx Cuadernos Anagrama, Barcelona, 1970
-
FREUD,S. Obras completas Ed. Nueva
- GAY,P. Freud.
Una vida de nuestro siglo Ed.Paidós, Barcelona, 1990
-
LACAN,J. Escritos Ed. Siglo XXI
- MANNONI,O.
Freud: el descubrimento del inconsciente Ediciones Nueva Visión, 1987
- MILLOT, Catherine Freud anti-pedagogo
Ed.Paidós, Barcelona, 1979
- NIETZSCHE,F. Genealogia de la
moral Alianza editorial
- NIETZSCHE,F. Más allá del bien y
el mal Alianza editorial
- NIETZSCHE,F. El crepúsculo de los
ídolos Alianza editorial
- NIETZSCHE,F. Ecce homo Alianza
editorial
- NIETZSCHE,F. Sobre verdad y mentira ( y La voluntad de
ilusión en Nietzsche de Hans Vahinger) Ed Tecnos, Madrid, 1990
-
ROUDINESCO,E. Lacan. Esbozo de una vida. Historia de un sistema de
pensamiento Ed.Anagrama, Barcelona, 1995
-TORT, M. Freud y la
filosofía ( en Interpretación freudiana y psicoanálisis ) Ed. Paidós, Barcelona,
1972
-ZIZEK,S. Porque no saben lo que hacen Ed.Paidós,
Barcelona, 1998
-ZIZEK,S. Mirando al sesgo Ed.Paidós, Barcelona,
2000