Es la forma más fácil de creación de palabras. Consiste en tomar vocablos de otros idiomas. Términos como: blog, chat, e-book, hacker, enduro, fitness, batasuno, batzoki o burka, que aparecían en el texto 2, son originarias de lenguas como el inglés, el euskera o el árabe.
Éste no es un procedimiento nuevo, lleva miles de años en funcionamiento. Veamos tres ejemplos históricos:
Pero sobre este procedimiento hay que hacer una advertencia: que un vocablo se utilice en un momento determinado, no significa que vaya a incorporarse definitivamente a una lengua. De nuevo un ejemplo relativamente reciente: hace unos veinte años, apareció un tipo de ordenador que incorporaba una herramienta nueva: el mouse; en los primeros años parecía que la voz mouse se había consolidado como un término del castellano y sin embargo, hoy en día nadie utiliza el mouse, sino el término castellano ratón.
Por tanto, para saber a ciencia cierta si un préstamo acabará formando parte de una lengua determinada hay que dejar pasar el tiempo. De ahí que la Real Academia de la Lengua -la R.A.E.- se muestre cauta a la hora de incorporar nuevas palabras al Diccionario.