Juan Eduardo Cirlot

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Lo oscuro en poesía.
Descubrir Cirlot no es solamente una lectura, es una vivencia.

La faceta de Cirlot como poeta ha sido prácticamente desconocida por su costumbre de publicar en ediciones muy limitadas y sus temas concernientes a doctrinas secretas que trataba.

Cirlot nace en Barcelona el año 1916. Su vocación literaria despierta definitivamente el año 1943 cuando colabora en 'Entregas de Poesía'.

"Más allá de las galaxias y más allá de este espacio, finito
infinito, hay un jardín. No sé si tiene estrellas o flores
o solamente hierbas. Ven allá Bronwyn. Un día este universo
morirá como nosotros hubimos de morir. Entonces."

'Visio Smaragdina' presenta la última etapa de los estados espirituales cromáticos que percibe el místico con los siguientes versos:

"Maresmer
maresmel vad
valma resdar
mares delmer

Maresmer ver
demeral dar
dar
ver
verd
verd smerald."

 

 

 

 

 

 

Cirlot y Dalí.
Cirlot se inició en el surrealismo, un surrealismo en la línea daliniana, pues frente a los automatismos del movimiento parisino, prefería la exploración onírica para luego aplicarle, conscientemente, la técnica y estructuración, en un proceso que Dalí llamó método paranoico crítico y que se alimentaba de las obsesiones.

Cirlot admiraba a Dalí, el joven rey del surrealismo, y le dedicó varios poemas. Esta relación entre los dos genios catalanes se extendió más allá del surrealismo, alcanzando ambos una etapa mística religiosa con la que pretendían ver y comprender la fuerza y las leyes ocultas de las cosas, para adueñarse de ellas.

"Cristo, cristal.
Cristalizado,
cristal izado.
Izado en cruz
crucificado
cristificado
cristal de luz
lucificado."

Visiteu Univers Dalí

 

 

 

 

 

 

Cirlot y Bronwyn.

Con el nacimiento de su segunda hija , en 1955, Cirlot se aleja hacia el centro. Comienza un decenio de introspección y aislamiento entre sus contemporáneos. En esta época se dedica profundamente al estudio de la simbología y la acumulación de nuevos conocimientos y experiencias conducen a una de sus obras cumbres: el 'Diccionario de Símbolos'.

 

En su última época, de 1966 a 1972, resurge su vena poética. Es curioso como de la visión de una mujer llamada Bronwyn en la película de Franklin Schaffner: "El Señor de la Guerra", se desarrolla una impresionante obra poética, toda una nueva mitología.

Cirlot ve en Bronwyn algo más. Quizás por una de aquellas sincronías divinas en que intuye su enfermedad, quizás su muerte, dice Cirlot: " Lo que llamo Bronwyn es el centro del lugar que dentro de la muerte se prepara para resucitar; es lo que renace eternamente."

Bronwyn presenta la madurez poética de Cirlot. En los dieciséis libros que componen la serie se plasman todos sus conocimientos sobre simbología y arte medieval, y en ellos experimenta, construye y destruye. Las formas poéticas abarcan desde el soneto hasta la más espectacular poesía permutatoria o fónica, pasando por el verso blanco o la prosa poética; múltiples formas, desde las más tradicionales a las más vanguardistas.

"Las ruinas de las runas en la roca
hablan de que yo estuve en este mundo,
donde el mar y la tierra de las nieblas
se funden y confunden.

Los demonios me buscan por los campos,
se disputan mi espada, mi armadura,
mis manos, mi cabeza, mis entrañas.
Mis hogueras de hierro se amontonan
y mis restos oscuros aún humean.

Mensajera del más allá, tu vienes
con forma de mujer, pero el abismo
se cierne junto a ti tan dulcemente."

Bronwyn, fue convertida en mito cósmico, y de su nombre permutado hasta surgió un idioma inventado. Un ejemplo de versos en este idioma son los siguientes, que se han de escuchar más que leer, y que de pronto, se convierten en oscuras invocaciones atávicas, que Cirlot mismo calificó de "rito verbal":

"Yrb
row
nwb
Rwynyr nyrwynyr byrwynyr
Wyn Yrw "


 

 

 

 

 

 

Cirlot y Lovecraft.
En el año 1960 J.E. Cirlot realiza un extraño viaje a la ciudad de Carcassonne. En su visita dio tres vueltas a las murallas y fue a misa a la iglesia de la Cité, recreando una especie de rito iniciático. Se había sentido llamado por algo o alguien, pero no lo encontró, y además a su vuelta se hirió en una mano, la derecha, lo que fue interpretado como un castigo por querer penetrar en los misterios de la ciudad.

Se nos presenta Cirlot como el reflejo poético de Lovecraft, por su carácter desolado y sus visiones de lo oculto:

"Las estrellas huyeron de la tierra.
Eran ojos humanos, eran flores nocturnas
y diurnas. Pero alguien, de pronto, supo
que existían los abismos superiores. Y todo
cayó hacia arriba, huyendo de no se sabe qué,
hacia no se sabe dónde."

Los versos de Cirlot ilustran aquellas sensaciones del terror cósmico, de las épocas de oscuridad primigenias, de los arcanos mensajes, de los mitos:

"Vestigios de mi horror cristalizado
en lamentos sin voz; duros fulgores
metálicos, que cubren la tortura
eterna de este monstruo maniatado
que extiende ya reseca su locura,
bajo un cielo sin luz y sin clamores."

Leyendo su "Salmo de la Batalla" nos podemos imaginar a Abdul Alhazred invocando el poder del Necronomicón:

 

"Ha llegado la hora de arrancarme los ojos
más allá de las rocas del paisaje rugiente.
Ha llegado la hora de cortar los cordajes
de ese globo de rosas que entre tus dedos tiembla."

Hasta llegar a las Oraciones Oscuras en que dice: "Potencia oscura que me has creado, acoge sólo este instante mío, en que el dolor sabe aún pensar, y todavía puede decir y ser como exigente de lo que juzga pertenecerle. Y recibe en ti misma, Potencia, la fuerza de mi padecer y avanza más aún desde el fondo del universo ciego hacia el Espejo de Fuego que, dándote la felicidad, me iluminará."

 

 

 

 

 

 

 

Cirlot y el eterno renacer.
Juan Eduardo Cirlot muere el 11 de mayo de 1973, en su casa de la calle Herzegovina, a las 13 horas. Víctima de un cáncer da páncreas, sus células descubrieron el horror del ser-dejando-de-ser, la irrealidad sufriente que subyace en toda su poesía.

En el año 2001 se funda el Círculo Bronwyn para recordar su obra y rendirle un sincero homenaje.

Sin duda hay un Cirlot por descubrir, hay unas joyas de poemas que vibran en los registros akásticos del Universo:

"Más allá eternamente en el espacio
y el tiempo; más allá
del espacio y el tiempo
y de la eternidad,
Bronwyn,
On, in
u, i, n ..."

 

Josep Mª Aguadé 2004