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"Mister Livingstone, I Presume?"

Livingstone (David Livingstone) - Explorador escocés (Blantyre, Lanarkshire, 1813 – Chitambo, Zambia, 1873).

Nacido en el seno de una familia pobre, David Livingstone tuvo que trabajar en una fábrica de hilados para pagarse los estudios de medicina, que simultaneó con los de teología. Con esta base confiaba que se le encomendara una misión de evangelización en China. Pero la guerra del Opio significó el fin de sus esperanzas. Tuvo que contentarse con el África austral.

En 1840 desembarcó en El Cabo y se trasladó a continuación a Kuruman, principal centro de misiones protestantes de Bechuanalandia (hoy Botswana). Se familiarizó durante largo tiempo con el mundo africano y se casó con la hija de su superior.

Muy pronto sus actividades se dirigieron hacia la busca de nuevos centros de fundación de misiones. Con este objetivo, en 1849 cruzó el desierto de Kalahari y descubrió el lago Ngami (en el Noroeste de la actual Botswana). En 1851 llegó a un afluente del Zambeze, el río Cuando. Tras haber trasladado a su mujer y a sus tres hijos a El Cabo (1852) volvió a partir hacia el norte y alcanzó la zona de transfluencia que rodea el lago Dilolo, en Angola (1854). De este modo entró en contacto con la cuenca del Congo. Pero entonces contrajo las fiebres y tuvo que regresar a toda prisa a las posesiones portuguesas del litoral atlántico, donde los misioneros católicos le dispensaron una fraternal acogida.

Su regreso, en septiembre de 1854, significó la primera travesía del África austral. En un lento viaje de vuelta, fue descendiendo a lo largo del Zambeze, lo que le permitió hacer (17 de noviembre de 1855) el célebre descubrimiento de uno de los más maravillosos paisajes del mundo: a varios kilómetros de distancia, inmensas columnas de humo “harían pensar en uno de esos incendios de vastas extensiones de pastos que se ven con frecuencia en África”, escribía. Se trataba de los vapores generados por las prodigiosas cataratas a las que llamó, en recuerdo del nombre de su reina, las cataratas Victoria.

Descendiendo a lo largo del río, alcanzó el mar el 20 de mayo de 1856. Una gira de conferencias por Inglaterra le permitió presentar el balance de esta gran exploración. En 1858 regresó a África, con el título de cónsul de la región de Zambeze, y exploró una vez más el curso inferior del río. Remontando luego uno de sus afluentes, el Shire, alcanzó el lago Nyasa (16 de septiembre de 1859), cuya carta dibujó.

Pero muy pronto las pruebas se abatirían sobre el explorador. En 1862 murió su mujer, que le acompañaba en el viaje. Además, el año siguiente Londres le relevó de su misión oficial y tuvo que regresar a Europa.

Gracias a su tenacidad consiguió reanudar sus exploraciones, esta vez con ayuda de suscripciones particulares (1866). Ahora quería intentar resolver el complejo problema de los afluentes del Nilo superior. Al principio chocó con los traficantes de esclavos, cuyo comercio combatía. Le robaron parte de su bagaje y su preciosa farmacia. Pero no por eso interrumpió la más minuciosa de todas sus exploraciones, estudiando las regiones comprendidas entre los lagos Nyasa y Tanganyka.

En noviembre de 1867 descubrió el lago Nweru y en julio de 1868 el lago Bangweulu. En 1869 llegó al Lualaba (Congo Superior), del que pensó que tal vez se trataba de uno de los brazos madre del Nilo. Pero las fiebres le impidieron continuar sus investigaciones. Tuvo que regresar a las orillas del lago Tanganyka.

Mientras tanto, la opinión pública inglesa comenzaba a inquietarse ante la falta de noticias del gran explorador. El editor del New York Herald encomendó a uno de sus reporteros la misión de partir en su busca.

Así fue como el 10 de noviembre de 1871 tenía lugar en Ujiji, el célebre encuentro entre Stanley y Livingstone, que proporcionó una excelente oportunidad al primero para dar muestras de su sentido del humor (“Mister Livingstone, I presume?”). Pero el periodista no logró convencer al explorador para que abandonara aquellos viajes, que le habían agotado.

Encuentro entre Stanley y Livingstone el 10 de noviembre de 1871

Livingstone volvió a partir hacia el lago Bangweulu, pero murió, la noche del 30 de abril al 1 de mayo de 1873, en Chitambo (al sudeste del lago). Sus porteadores embalsamaron su cuerpo con aguardiente y lo trasladaron a Zanzíbar: se le concedió el honor de ser enterrado en Westminster al hombre que más había hecho por conocer el interior de África.

Durante su vida escribió entre otras obras: “ Missionary Travels and Reseaches in South Africa” (Viajes misioneros y estudios en África del sur), en 1857, y “Narrative of an Expedition to the Zambesi and its Tributaries” (Relación de una expedición a la cuenca del Zambeze), en 1865.

 

Stanley (John Rowlands, Sir Henry Morton) - Explorador británico (Denbigh, País de Gales, 1841 - Londres 1904).

Nació en Denbigh, en 1841, de una familia humilde, e hijo natural. Fue abandonado por su madre y recogido, durante algún tiempo, por su abuelo. Más tarde permaneció con sus tíos hasta ser confiado, a la edad de seis años, a la "Unión Workhouse" de Saint Asaph, una siniestra institución, en la que realizó brillantes estudios. Se evadió a los 15 años, tras haberse rebelado contra los malos tratos de los que era víctima en el internado. Encontró asilo en casa de un primo y después obtuvo un pequeño empleo en Liverpool, donde se unió a marinos y se embarcó como mozo en un barco con destino a Nueva Orleáns (1858).

Una vez en América, sin el menor medio de subsistencia, tuvo la suerte de ser protegido por un negociante que, tras encontrarle un trabajo, le trató casi como a un hijo y llegó a darle su propio nombre, Stanley. Pero su benefactor murió la víspera de la guerra de Secesión. Sin el menor entusiasmo, tuvo que alistarse en las filas sudistas. El 6 de Abril de 1862, durante la batalla de Shiloh, fue capturado por los nordistas y no tardo en cambiar de bando, pero pronto fue licenciado por una enfermedad.

A partir de ese momento, libre por completo de cualquier obligación, viajó a Europa y, al final de la guerra volvió a América para retomar el uniforme de los federados. Encontró entonces una primera vocación enviando a los diarios crónicas de los combates. Al acabar la guerra, volvió a sus viajes llegando hasta Asia menor, donde fue hecho prisionero, durante semanas, por bandidos. Tras volver a Estados Unidos, se convirtió en un cotizado periodista y escribió artículos sobre las "guerras indias", a las que asistió personalmente.

En 1868, el New York Herald le envió para "cubrir" una campaña británica contra Etiopía. Stanley sobornó a los responsables del telégrafo de Suez y consiguió prioridad para transmitir la noticia. Así, los lectores del periódico conocieron la noticia de la caída de la fortaleza de Magdala mucho antes que los ministros o la reina Victoria. Eso le hizo ganar fama en el mundo periodístico. En 1869 viajó a España con el fin de informar sobre una insurrección Carlista.

El director del New York Herald, James Gordon Bennett, envió a Stanley en busca de noticias de Livingstone, poniendo a su disposición grandes medios económicos. Stanley salió el 21 de marzo de 1871 de la región de Zanzíbar, con una gran caravana con más de 200 personas. Retrasado por conflictos, deserciones y motines, llegó finalmente al poblado de Ujiji, en la ribera oriental del lago Tanganyka. Fue este el momento de su célebre encuentro con Livingstone (10 de noviembre de 1871). Después de realizar una exploración conjunta hacia el norte y el este, Livingstone, muy fatigado por los años de exploración, se negó a volver con Stanley. A su regreso, Stanley conoció el éxito, pero también la envidia y la hostilidad de parte de la opinión pública, que le consideró norteamericano y no apreció sus métodos de exploración, por considerarlos demasiado militaristas. Se llegó incluso a poner en duda la autenticidad de las cartas de Livingstone, que había traído consigo.

Sellos conmemorativos con las imágenes de Livingstone y Stanley

Después de seguir la campaña de las tropas británicas contra los Ashanti de Costa de Oro (Ghana) [1873-1874], Stanley se persuadió, tras la muerte de Livingstone, de que debía retomar la antorcha de la exploración y encontrar finalmente las fuentes del Nilo. Con la ayuda del Daily Telegraph y del New York Herald, Stanley volvió a salir de Bagamoyo, frente a Zanzíbar, en noviembre de 1874. Llegó en primer lugar al lago Victoria, que estudió con detalle, gracias a un barco desmontable que llevó consigo. Después volvió a descender el lago Tanganyka y llegó por fin, dos años después de su salida, al Lualaba, el gran río en el que Livingstone había creído ver el origen del Nilo. Gracias al apoyo de un poderoso comerciante de esclavos, Tippoo-Tip (1837-1905), comenzó a descender el Lualaba el 5 de noviembre de 1876, chocando constantemente con la hostilidad de los ribereños. Las cataratas que llevan su nombre fueron sorteadas en enero de 1877. Poco después, resultó evidente que el río se orientaba definitivamente hacia el oeste: el Lualaba resultó ser el curso superior del Zaire (Congo). Uno de los principales descubrimientos geográficos del siglo XIX se debió, por tanto, a Stanley, cuya expedición, diezmada y debilitada, llegó por fin al estuario el 9 de agosto de 1877.

El mayor explorador de la época se puso en lo sucesivo al servicio de un nuevo imperialismo, esta vez personal, representado por Leopoldo II, rey de los Belgas. Habiendo salido de nuevo para África en 1879, aunque de manera discreta, Stanley comenzó a crear de forma metódica puestos avanzados en la cuenca del Zaire por cuenta de un "Comité de estudios del Alto Congo". A partir de este momento se enfrentó a la influencia francesa en la zona, representada por Savorgnan de Brazza, el cual había establecido un puesto avanzado en lo que más tarde seria Brazzaville.

La rivalidad entre ambos exploradores fue fuerte. No obstante, gracias a su labor incansable, como lo demuestran la cantidad de tratados firmados con los jefes locales, Stanley consiguió sentar las bases del "Estado independiente del Congo", que fue puesto bajo la soberanía de Leopoldo II (1885).

A pesar de todo ello, la falta de diplomacia del explorador, sus difíciles relaciones con los franceses, así como otras causas, hicieron imposible la continuación de su tarea en las regiones donde la política internacional, es decir, el reparto imperialista de África, tomaba la delantera al explorador.

La expedición de Stanley vadeando un rio

Una diversión se le ofreció entonces a Stanley: Emin bey (más tarde Emin baja), gobernador de Equatoría, al servicio de Egipto, estaba sitiado en la región del lago Alberto por los rebeldes maholistas. Stanley fue encargado, por un comité filantrópico, de ir a liberarlo. A partir de junio de 1887, su expedición remontó el zaire, luego un afluente, el Aruwimi. Después de un viaje muy arriesgado a través de la selva, Emin bey fue reencontrado el 28 de abril de 1888. Este recibió a su "libertador" con boato y no aprobó del todo la necesidad de su "ayuda". Stanley tuvo que insistir mucho para llevarlo consigo hasta Zanzíbar. Poco después de su regreso de África, Stanley se casó con una descendiente de Cromwell (1890) y comenzó a realizar giras triunfales de conferencias por Europa, EEUU e incluso por Nueva Zelanda.

Nacionalizado norteamericano en 1885, recuperó de nuevo la nacionalidad británica en 1892 y pudo entonces iniciar su carrera política, sin relieve por otra parte, al ser elegido para los Comunes como liberalunionista (1895).

Stanley es autor de varios libros que escribió a lo largo de su vida y sus viajes. Entre ellos están "Como encontré a Livingstone" ( How I found Livingstone , 1872) en el que narra su primer viaje en busca del desaparecido Livingstone y todas las calamidades por las que tuvo que pasar; una biografía de Livingstone; "Coomassie y Magdala" (1874); "A través del Continente Oscuro" ( Through the Dark Continent , 1878); "El Congo y la fundación de su estado libre" ( The Congo and the founding of its free state , 1885); "En la oscura África" ( In darkest Africa , 1890); "Emín baja y la rebelión en el ecuador" ( Emin pacha and the rebelion at the equator , 1890); Y en colaboración con Jephson, "A través de África del Sur" ( Through South África , 1898).

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