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Biografia

Enrique Murillo, autor de la novel·la ha treballat com periodista a la BBC, Europa Press, al suplement “Babelia” del diari “El País”, el semanario “El Europeo” i “Vogue”. En el món literari ha treballat durant molt de temps a Plaza i Janés, el Grup Planeta i actualment es troba a Alfaguara. Els seus últims llibres són El secreto del arte (1984) y El centro del mundo (1988). I el darrer és Qué nos pasa (2002)

Obra

Qué nos pasa


Qué nos pasa cuenta lo que podría haber sido la historia de un gran amor. Él, Arturo, tiene una sonrisa de seductor a lo Clark Gable, según le decía su madre. Ella, Adela, es una mujer de cuerpo alegre, caderas amables y ojos tristes, que dejó plantado a su marido sin saber muy bien por qué. Ambos coinciden en un breve episodio de turismo de masas. Ella va a pasar cinco días en Atenas para distraer las penas de amor de una amiga. Él se cree un peregrino moderno y no deja de pensar que al pie del Partenón encontrará un destino que lo liberará de una vida monótona y mediocre.

Documentació

Article publicat al diari “Avui” el 03/04/02


L'editor Enrique Murillo novel·la la por a estimar

Es tracta d'una reflexió sobre la incomunicació humana en la societat més comunicativa que hi ha hagut mai, on molta gent perd la possibilitat de ser feliç per la por que hi ha d'estimar. Una metàfora profunda sobre la solitud.
El protagonista de la novel·la, un verduler de l'Eixample barceloní que no havia sortit mai del seu rovell de l'ou, se'n va de turista a Atenes per conèixer el Partenó, i qui troba de veritat és la que podria ser la dona de la seva vida. "És un home solitari que es troba amb una dona solitària. Entre aquests dos pols només hi poden haver guspires", explica Enrique Murillo, que es confessa malgrat tot "optimista" sobre aquesta societat on abunda la soledat, on la gent no sap "compartir" la seva vida. "Una soledat tràgica i insuportable, però que està molt generalitzada", diu l'autor, que pensa que ens trobem en un món que disposa de tots els mitjans materials però no sap utilitzar-los per ser feliç.
"Sembla que el destí humà sigui patir", explica Enrique Murillo, que ha situat la seva novel·la a Atenes perquè a Grècia van néixer conceptes que podrien facilitar la felicitat de l'home, com el "Coneix-te a tu mateix", de Sòcrates, que vol dir "reconèixer les teves febleses, els teus odis, les teves gelosies". En definitiva, "hem d'aprendre a ser civilitzats".
I això que no és difícil ser feliç, segons l'escriptor, ja que només aprofitant els petits plaers que ens dóna la vida, "disfrutant-los", podria canviar l'estat d'ànim de molta gent. Una altra arrel de la situació actual és la "incapacitat que tenim d'acceptar la mort". Com a mostra, hi ha el fet que la mort "és fins i tot negada pels personatges de la meva novel·la".
Qué nos pasa és una novel·la totalment mediterrània amb dues ciutats que tenen molts punts en comú, Barcelona i Atenes, i amb un protagonista que vol realitzar la il·lusió de la seva vida, veure el Partenó, cosa que no acaba d'aconseguir. I és que les il·lusions "només són vàlides en la mesura que segueixen sent il·lusions".

Entrevista publicada a “Satiria.com” a cura de Manjón Egea

El malestar cotidiano de la realidad

Enrique Murillo se introduce en la piel de un galán a lo Clark Gable para dejarnos entrever, entre las columnas del Partenón, el desamparo y la soledad de nuestro mundo. La desilusión perdida del amor por las cosas, del amor a otra persona.Ya desde el principio de la novela se intuye la idea de que todo está predestinado.

¿Nuestro destino está predestinado?

No, yo creo que no. Lo que pasa es que el protagonista se pregunta mucho sobre eso y tiene muchas dudas. Lo que ocurre es que aquella parte oscura de nuestro propio ser que es la que dirige nuestros propios pasos, que para los psicoanalistas es el subconsciente. Aquello que hacemos sin saber que lo estamos haciendo o por qué lo hacemos. Cada uno tiene un destino, porque arranca de un lugar que desconocemos y puede organizarnos la vida sin que nos demos cuenta.


Otro hecho en el libro relacionado con el azar es el momento en que la mujer le lee la mano al protagonista como si pudiera adivinar lo que le va a ocurrir

El tema del esoterismo y la adivinación lo porque creo que vivimos en una época en la que el saber oficial es el saber científico que nos dice: ahora curamos cáncer, enfermedades, ahora lo sabemos todo. La literatura dice, en realidad no sabemos nada. En cierto modo la literatura se alía al esoterismo y a todas estas cosas en el sentido en que está contradiciendo a la ciencia. A esa actitud prepotente con la que la ciencia nos dice ya está todo arreglad, la literatura dice: todo no está arreglado, sabemos el mapa del genoma humano, pero no sabemos arreglar por ejemplo una neurosis.

El protagonista es un tipo que no tiene problemas a al hora de conquistar a una mujer pero parece que en esas relaciones no hay amor, sólo relación sexual. ¿Cómo se interpreta eso?

Esa es justamente la historia que quiero contar. La historia de un hombre que teniendo mucha facilidad para las relaciones con las personas, sobre todo con las mujeres, parece un conquistador, y sin embargo le cuesta mucho mantener relaciones de verdad. Y este es uno de los temas de fondo del libro. Sin embargo, llega a tener una historia de verdad, con Adela, una de las mujeres turistas del grupo que ronda por Atenas como él, una relación plena de amor.

El protagonista parece un tanto descontento con su vida, con una vida monótona, que en definitiva parece que es lo que ansía todo el mundo

Él está de acuerdo consigo mismo en la medida que su vida es un desastre, pero mantiene despierto y vivo un sueño. Ese personaje es, en cierto modo, la representación de todos nosotros. Todos somos meros consumidores: yo compro coca-cola, tomo J&B, compro pasta fresca, etc. ¿quiénes somos? ¿los sujetos de esas frases: yo compro, yo consumo, yo bebo... Este personaje sabe que su vida es tan oscura como la de todos nosotros y mantiene vivo el sueño de que en realidad él tiene un destino maravilloso. Nosotros, como individuos no somos nadie y eso nos crea una enfermedad, un malestar terrible. Este hombre reacciona creándose esta fantasía de que un día le va a pasar algo. Eso es lo que cuenta la novela.

En la novela, al protagonista se le describe como a un galán a lo Clark Gable, sin embargo le aborda una grave crisis de identidad. ¿Puede que todo ello venga por el declive de los 50 años?

Yo creo que no es por eso. No es una novela sobre la crisis de los cincuenta, de los 40... eso es parte de las leyendas. La construcción de nuestras vidas se basa en las lecturas que tenemos y las malas lecturas, cuando sólo lees periódicos por ejemplo, te crees las cosas que dicen los periódicos en sus titulares. Por ejemplo, que existe una crisis a los cincuenta años. Yo tengo 58 y no creo haber pasado nunca la crisis de los 50. Me interesaba que fuera un personaje de una determinada edad y por eso el que me inventé tenía una determinada edad, pero no es esencial en sus problemas.


El protagonista incluso llega a despreciar el sexo ¿A qué se debe esa desesperación?


Ese es el personaje. Es un tipo que no está de acuerdo con su vida. Pero le pasa lo que nos puede pasar a todos. A veces tú cuando tú quieres una cosa, por ejemplo, y el día que te compras esa cosa, tu vida sigue siendo igual de infeliz. Pues éste, en un momento de su vida, quiere echarse un polvo con la camarera del hotel y se echa un polvo y luego dice, no estoy mejor de lo que estaba, sigo estando mal. Él sigue buscando. Lo que sí es un tipo que no se conforma con estar mal, y por eso se desespera.


Qué quiere dar a entender en la novela cuando al protagonista, ya sin bigote, se le aparece su otro yo aún con el bigote?


Esa es una de esas cosas en las que un novelista no sabe totalmente lo que hace. Salió así. El tema del doble yo se que está ahí porque tiene que estar, pero no se nada más y tampoco me preocupa demasiado. Está contada de una manera para que tú como lector lo vivas como real. Ese es el truco de la literatura; el hacer verosímil lo que si te ocurriera en realidad, no lo sería.


Ahí, incluso parece que la novela va tomando un cariz como de ficción.

Sí, sí. Incluso esta novela es la segunda de las tres novelitas de fantasmas que yo estaba escribiendo. Yo estaba escribiendo un libro que eran tres cuentos con fantasmas o con dobles o... ya he terminado una. Y esta otra, que tenía que tener 40 ó 50 páginas como la primera, debía ser un libro de unas 150 páginas, pues no era capaz de contar todo en tan pocas páginas. El tema tiraba de mí y me exigía darle más desarrollo y se ha convertido en una novela autónoma.

¿La primera o la tercera persona?

A mí me gusta mucho utilizar la primera persona como narrador y es una técnica que no he abandonado. En este caso, técnicamente es una narración en tercera persona pero desde un punto de vista limitado. Lo que se cuenta en la historia es aquello que ve o percibe un único personaje entonces es como si fuera primera persona. Por algunos aspectos de la historia, me parecía que la forma apropiada para contarlo era como desde fuera del personajes, para darle en dentro y el fuera.

Su estilo. Frases cortas y de lectura rápida.

Para mí el estilo debe estar al servicio de la narración. En novela, el estilo es secundario. El estilo de esta novela es la herramienta esencial para la creación de determinadas atmósferas a fin de poder hacer verosímiles algunas escenas que pasan en determinados momentos de la novela. Ese clima opresivo de una Atenas veraniega pero cubierta por un gran nubarrón, requería una especie de estilo reiterativo. Además, la construcción de las frases sencillas hace que el libro se lea con relativa facilidad. Es un estilo en cierto modo afín a algunas cosas del expresionismo, el expresionismo cinematográfico de las películas de Fritz Lang.

El final del libro da a entender que el protagonista ya no espera nada de la vida, porque no hay nada más que lo que hay. ¿Me equivoco?

No hay nada que descubrir. El final del libro es totalmente nihilista. Soy absolutamente pesimista, si no hemos sido capaces de arreglar el mundo en 2000 años es que no vamos a ser capaces de arreglarlo nunca.

Con respecto a su trayectoria profesional, ¿qué cree usted de la edición digital?

La edición digital es maravillosa y es magnífico que todo el que escriba algo busque un lector en un lugar que es el lugar de todos. Ahora bien, el lugar de todos es un no lugar. Cuando entra en el océano de la web, busca a alguien que le de una orientación, esa es la misión de los portales y el trabajo de los editores. Es necesario que siempre exista alguien que ejerza una labor crítica o de asesoramiento sobre los productos.

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